Capítulo 25: Secuestrados

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10 de Diciembre del 2014

No debieron entrar aquí - dijo aquél hombre de aspecto rudo para después hacer su cabeza un poco para atrás dándole a alguna persona alguna señal.

Dos personas me agarraron a mi y otras dos a Marcos, traté de liberarme, pero eran muy fuertes, Marcos logró liberarse y comenzó a golpar a los hombres, pero otros dos llegaron y se le tiraron en sima para después sostenerlo de nuevo.

Encierrenlos - dijo el hombre con el que nos topamos al principio.

Una vez que terminó de decir eso los hombres nos encerraron en una habitación con poca iluminación, en toda la habitación, la cual era muy grande, solo había un pequeño foco que iluminaba el centro. Los hombres cerraron la puerta con varios seguros y se fueron, había una pequeña rendija en la puerta que alparecer solo se podía abrir desde afuera.

Marcos se levantó y comenzó a patear la puerta repetitivamente intentando derribarla, pero sin éxito en ninguno de sus golpes.

¡HIJOS DE PERRA! ¡DEJENOS SALIR! - gritaba Marcos mientras golpeaba la puerta.

Yo me quedé en shock por pensar que moriríamos ahí adentro, por lo que no hice nada más que encojer mis piernas hacia mi torso y llevar mi cabeza a mis rodillas, para luego abrazarlas con mis brazos y hacerme una pequeña bolita.

Pasó el tiempo y de repente escuchamos un sonido muy fuerte afuera de la habitación, logramos escuchar que una puerta había sido derribada, luego de unos minutos comenzamos a escuchar disparos y golpes, alguien se estaba enfrentando con los secuestradores.

Los disparos y los golpes seguían, pensé que en cualquier momento, alguien podía entrar y matarnos, por lo que agarré una tubería y me mantube lista para cualquie imprevisto. Marcos y yo lográmos escuchar que un disparo había impactádo en la puerta, más disparos impactáron en esta y uno de ellos logró atravezarla y dió a una entrada que llebava a un ducto de ventilación.

Marcos, creo que encontré una salida - dije mientras señalaba el ducto.

- Perfecto vamos por ahí - dijo Marcos felicitándome.

Comenzamos a gatear dentro del ducto de ventilación y después de una serie de vueltas logramos llagar a un ventilador que llebava a las afueras del edificio. Marcos iba adelante, pero nadie incluyendo a Marcos podría pasar por esa zona, el ventilador lo cortaría en pedasitos, por lo que le pasé la tubería y con eso logró destruir las haspas del ventilador y gracias a eso logramos salir.

¡Genial!- dijo Marcos.

-¡Perfecto! - dije.

-Vámonos de aquí - dijo Marcos comenzando a correr a nuestro auto.

Los disparos todavía se escuchaban, pero no nos importaba, lo único que queríamos era salir de ahí cuanto antes. Entramos al auto y Marcos comenzó a manejar, y me senté en el asiento del copiloto y ya con todo listo, salímos de ahí.

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