Capítulo 26: La visión

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11 de Diciembre del 2014

Teníamos planeado ir a Washington para encontrar al pesidente, pero antes teníamos que reunir recursos. Fuimos a una tienda y nos abestecimos de comida, y luego fuimos a una tienda de armas y adquirimos armas mejores y munición. Yo tomé un rifle de asalto y dos pistolas nueve milímetros, mientras que Marcos eligió una escopeta y un revólver, ya listos subgimos al auto y partimos hacia Washington, pero hubo un imprevisto...

¡Maldición él otra vez! - grité desesperada.

El mounstruo había vuelto a aparecer, pero esta vez, con una herida en su pecho, como si le hubieran rasgado con algo filoso. Marcos me pidió que tomara el volante, lo cual hice, y ya en nuestras posiciones, Marcos comenzó a dispararle a esa cosa, mientras yo conducía.

¡sdDisparale a la herida de su pecho, a ver si sirve! - grité mirando repetitivamente hacia atras para saber qué tan cerca estaba el mutante de nosotros.

Marcos hizo lo que le dije y comenzó a dispararle en su herida y tuvo efecto afortunadamente. El mutante gritaba de dolor, pero no paraba de perseguirnos, hasta que después de varios disparos, esa cosa calló al suelo muerta.

¡¡¡Yiiiihaaaaaaaaa!!! - gritó marcos de felicidad.

-¡Perfecto! - dije felicitándo a Marcos.

-¡Espera detente! - gritó Marcos.

Yo me detuve y Marcos salió del auto corriendo hacia un callejón muy obscuro, para parerce en frente de el mismo. Marcos se quedó contemplando el callejón, me parecía muy extraño que se quedara así de quieto, sin mover ni un dedo, así que me bajé y comencé a caminar hacia él. Y cuando estuve justo detrás de él, dije su nombre...

¿Marcos? - pregunté extrañada.

Avancé un poco y voltee a ver su cara... estaba llorando... Marcos abrió la boca lentamentey tartamudeo un par de veces antes de soltar unas débiles palabras...

Mis... mis padres... - dijo Marcos con una voz muy débil.

Miré hacia adelante y forcé un poco la vista para poder ver, y en efecto, eran los padres de Marcos, estaban centados, recargados en el fin del callejón, con la piel grisacea y llena de sangra, ya estaban muertos. Pude apreciar en el estómago del padre una gran herida, como si alguien, o algo, le hubiera atravezado, por otro lado, la madre, estaba simplemente muerta, al parecer, al ver a su marido muerto, la madre se quedó llorando hasta morirse de hambre. Al igual que con Marcos, varias lágrimas se escaparon de mis ojos, pasaron varios segundos contemplando a los padre de Marcos, pero esos segundos, parecieron horas.

Lo siento - fue lo único que logré decir.

- Solo espero que mi hermana alla salido con vida - dijo Marcos llorando.

-¿Tu hermana? - pregunté confundida.

-Mi hermana menor, tiene tu edad - dijo Marcos todavía llorando.

-Vámonos ya... no quiero segur contemplando el final tan trágico que mis padres han sufrido  - dijo Maros mientras salía del obscuro callejón, conmigo detrás de él.

Salimos al callejón y nos dirigimos al auto, pero entonces... eso pasó... 

Marcos... - dije sin nada en mente que decirle.

-Estoy bien - dijo Marcos.

Llegamos al auto y le dije que esta vez, yo conducuría, que él no podía conducir en ese estado. ·En ese momento, Marcos se sentó la última lágrima.. y justo después de eso...

¡¡Ahh!! - gimió Marcos de dolor.

-¡¡¡Marcooos!!! - grité llorando a montones.

El monstruo nos había estafdo esperando todo este tiempo. Y cuando tuvo la oportunidad la clavó sus grandes y afiladas garras a Marcos en su pecho.

¡¡¡Desgraciado hijo de puta!!! ¡¡¡Maldito, mil veces maldito!!! - grité mientras comenzaba a dispararle al mutante.

El mutante, soltó a Marcos del dolor de los disparos y lo arrojó cerca del callejó en donde estabamos hace rato.

El monstruo se cubrió con sus brazos y empezó a correr hacia mi, intentó golpearme, pero logré esquibarlo con una maroma, el monstruo chocó con un auto que estaba detrás de mi corrí hacia hacia esa cosa y me trepé por su espalda y me colgué de su hombro izquierdo, luego saqué mi cuchillo y se la clavé en la herida, lo comenzé a mover de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, hasta que logré hacerle la herida el doble de grande que antes. Luego recordé la granada que Marcos ma había dado la primera vez que lo ví.La saqué de mi bolsillo y me dispuse a clabarcela en su herida, pero justo antes de poder hacerlo, el monstruo me golpeó y me aventó, volé por unos segundos y luego choqué con un árbol de un parque cercano. Pude sentir como mis huesos tronaban y no aguante el dejar escapar un grito de dolor.

Estaba muy adolorida, me dolía absolutamente todo el cuerpo, pero no me iba a dar por vencida.

¡¡No me voy a rendir!!... ¡¡¿oíste?!!... ¡¡Voy a salvar a Marcos pase lo que pase!! ¡¡No voy a fracazar, menos ahora que Marcos menecesita... él me salvó la vida... ahora yo salvaré la suya!! - grité furioza y adolorida.

La bestia dio un espeluznante grito y corrió de nuevo hacia mi, trató de matarme, pero nuevamente lográ esquibarlo con una maroma, y el mutante se estrelló con un árbol. Aproveché y me colgué de nuevo en su hombro, saqué la granada, la activé y con un grito la incrusté en su herida lo más profiundo que pude. Bajé y corrí más rápido que nunca para no ser alcanzada por la exploción...

Lo había logrado... había matado a esa cosa... algunas de sus extremidades salieron volando en pedasos por la exploción... varios árboles cercanosse habían incendiado...Tomé un gran suspiro y recordé lo más importante de todo el asunto...

Marcos - susurré antes de hecharme a correr hacia él.

-¡Marcos! - grité mientras corría.

-Ahh... el monstruo... - dijo Marcos.

-Tranquilo, ya está muerto - dije.

-Marcos... vas a salir de esta - dije.

-No... no lo voy a hacer - dijo.

-Ma5rcos... por favor - dije llorando.

-Eres el único amigo que tengo con vida - dije llorando cada vez más fuerte.

Escucha Jade... vas a tener enemigos... que podrán ser como este... incluso hasta peores... encontrarás a alguien más... incluso podrías enamorarte de esa persona... con esa persona derrotarás a tus enemigos... pero habrá gente que saldrá herida... igual que yo... así que si encuentras a Jessica Mrogon... dile que su hermano y sus padres... la van a esperar... que sea fuerte y que luche hasta la muerte... - dijo Marcos antes de soltar us suspiro e irese del mundo...

Marcos... ¡Marcos!... - decía una y otra vez.

Comenzó a llover muy fuerte, la lluvia apagó el fuego y los árboles dejaron de incendiarce... puse a Marcos en mi espalda y lo llevé al árbol donde me estrllé. Lo recosté y con mi cuchillo rayé en árbol:

"Marcos Morgon. 1994 - 2014"

Saqué de mi auto una sábana y lo cubrí con ella, luego tomé su escopeta y di tres disparos en su honor. Luego del velorio, entré al auto y me dirigí a Washington. Llegué a una tienda de abarrotes para tomar un poco de comida. La tienda estaba vacía... o al maneos eso creí...

Zona ZeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora