La casa de papel (Rio Y Roma)

Capítulo 4️⃣

-Río que susto me has dado joder! - Dije al darme vuelta y verlo.

-Hijo? Tienes un hijo? - Dijo el lleno de curiosidad.

-Dijimos que nada de preguntas personales Rio - Dije advirtiéndole.

-Lo sé, pero un hijo no es una tontería Roma, porque arriesgas tu vida aquí? - Dijo el.

Era como un niño curioso que necesitaba respuestas.

-No sabes nada de mi vida Rio, a veces uno tiene que hacer lo que tiene que hacer - Dije esperando terminar con la conversación, aunque obviamente esto no fue así.

-Pues cuéntame, que me da curiosidad, además si tu me cuentas yo te cuento a ti de mi, vale? - Dijo el dando una propuesta tentadora.

¿Quién diablos es Rio?.

-Tal vez luego, creo que debemos seguir con las clases del profesor, verdad? -Dije yendo de vuelta hacia el aula con el siguiendome.

Cuando nos sentamos el profesor sacó la foto de una niña de unos diecisiete años, pelo rizado y castaño.

-Entrarán-Dijo seco- Entrarán porque tenemos a nuestro corderito, Alison Parker, hija de el embajador de Reino Unido, amigo íntimo de la Reina de Inglaterra -Me paso la foto y yo se la pasé a los demás- Creerán que no lo sabemos, creerán que han conseguido esconder esa información a la opinión pública, por eso entrarán la primera noche, y lo harán antes de las cuatro y cuarto, porque a las seis y media se hace de día. Y más vale que lo hagan sin pensárselo mucho, porque así tendremos más posibilidades de ganar la primera batalla.

-¿Y que haremos? - Preguntó Berlín.

-Vamos a descolocarlos totalmente, los sacaremos de sus casillas, no sabrán como ni a quien atacar.

-¿Nos vestiremos iguales? - Pregunté adivinando.

-Exactamente, misma uniforme y misma máscara. Llevaremos setenta uniforme más, para dar uno igual a cada rehén, junto a armas falsas.

-¿Armas de juguete? -El profesor asintió--¿Pará qué?.

-Pará completar el plan. Pero ahora cambiaros todos, vamos a hechar un partido de fútbol.

No entendía el porqué haciamos esto, pero bueno no me quejo, viví mucho tiempo en Argentina y allí están locos por el fútbol así que aprendí.
Una vez afuera formamos los equipos. Denver, Helsinki, Nairobi y yo; contra Berlín, Rio, Tokio, Oslo y Moscú. Se supone que teníamos las de perder pero ideamos un plan.
Helsinki detuvo a Berlín poniéndose frente a él impidiéndole el paso, como Helsinki era como una pared enorme Berlín no pudo hacer nada.
Nairobi detendría a Tokio subiéndose sobre su espalda.
Yo tiraba a Río al pasto y trataba de que no se levante. Y entre Nairobi y yo tratábamos de distraer a Oslo, quedando así padre contra hijo. Me sorprendió que Moscú jugará tan bien, pero Denver fue más rápido y anoto un muy buen gol.
Todo surgió como queríamos, o bueno casi, yo me subí sobre Río y en vez de distraer a Oslo, Rio me distraía a mi hablandome y haciéndome cosquillas. Pero como Oslo no corria mucho no hubo problema.

-Venga todos sentaos ya -Dijo el Profesor.

-Pero déjanos respirar un poco - Dijo Moscú, el realmente había corrido mucho. Luego de unos minutos el prefesor volvió a hablar.

-Entrarán por las cuatro puertas por las que se puede acceder: La puerta principal, la azotea, la zona de carga y la salida de emergencia. Pero van a esperar, van a esperar a que los de intervención técnica hagan un reconocimiento del terreno, y eso lo van a hacer desde el acceso de carga - Dijo muy seguro- Y cuando lo hagan estaremos ahí, atrincherados con los rehenes, y no sabrán a quien disparar. Así ganaremos la primera batalla, sin entrar en combate y por sentido común.

Hablamos un rato más y después todos se fueron a sus habitaciones.

-¿Me contarás? -Dijo Rio atrás mio, ni siquiera sabía que estaba ahi.

-¿Puedes dejar de asustarme así? Mierda Rio. -Dije saltando del susto.

-Lo siento -Dijo con una sonrisa hermosa.

Me le quedé mirando, realmente no me había dado cuenta de lo guapo que era.

-Oye se que soy guapo pero no me mires tanto -Dijo haciéndose el gracioso.

-Ja ja - Dije irónica.

-Vale, ¿Quieres hablar? Quiero conocerte - Dijo el, y realmente me pareció muy tierno.

-¿Por qué quieres conocerme?

-Porque creo que eres muy interesante y jodidamente hermosa - Dijo nervioso.

-Creo que me gustaría que nos conoscamos - Dije dudando.

-Entonces confía en mí, al diablo las reglas -Dijo agarrando mi mano y sentandonos en el pasto.