Los chicos borrachos

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Mientras tanto....

—¡Ho no!, ¡mi bolso!, —gritaba una joven madre con un pequeño en brazos.

—Yo iré por él. —Exclama Suki, mientras sale corriendo tras el delincuente.

—¡Suki!, estaremos en la entrada del mercado. —Sokka observando lo veloz que era y lo inútil que sería ir tras de su novia.

—¿Chicos no creen qué ahora si debemos de comprar las verduras?, ya solo nos quedan dos monedas. —Mirando el dinero y desviando la vista en su amiga que se llenaba la boca de carne seca y al nuevo bumerang que limpiaba Sokka.

—Claro pies ligeros, solo que no encontramos verduras en este mercado, ¡es gigantesco!.

—Claro que sí —señalando un puesto. ¡Este es el quinto puesto de verduras qué pasamos!.

—Como sea, igual yo no puedo verlos.

Aang solo se golpea la frente con desesperación. No podía creer la inmadurez de sus dos amigos, deseaba tanto haber acompañado a su novia y a Zuko, que tal vez la estén pasando mucho mejor. Nuevamente una gran preocupación se apodera de él, no se quiere ni imaginar el coraje que sentirá Katara al ver que se compró de todo, menos las provisiones que se les encargaron. Toma una gran cantidad de aire y se prepara para volver a protestar cuando Toph lo interrumpe...

—¡Wow, chicos!, ese lugar sí que se escucha divertido —señalando una pequeña cantina con fachada de madera y grandes ventanas. —¡Vengan!, hay que entrar.

—No creo que sea correcto Toph, tenemos que comprar las...

—¡Genial!, entremos. —Con emoción, Sokka toma del brazo de la maestra tierra y entran de un solo salto.

Aang miró a ambos lados deseando que Katara y Zuko aparecieran entre la multitud, pero fue inútil y decidió entrar y cerciorarse que sus amigos no se metieran en problemas. Al entrar observó que Toph y Sokka se encontraban muy emocionados apoyando a unos tipos que competían para ver quién tomaba más cerveza, los gritos retumbaban por todo el lugar, algo que al joven maestro aire no le agradaba mucho.

—¡Vamos fortachón te está ganando un debilucho! —grita Sokka eufórico.

Uno de los competidores se levantó algo mareado y se va a vomitar toda la cerveza detrás de una planta de bambú.

—Qué tipo tan débil, ¿Tan poco aguanto?, me da lástima, hay que irnos de aquí Sokka, este lugar es decepcionante.

—¡Oye tú niñita!, eres buena criticando. Como no nos demuestras cómo se hace. —Comenta el cantinero mientras estiraba la mano con un tarro grande de cerveza.

—¿Qué?, —vacila un poco. —Por supuesto que puedo. Lo haré mejor que toda esta bola de inútiles.

—Toph, no creo que sea una muy buena idea. —Susurrando en su oído.

—Tienes toda la razón pies ligeros, qué tal si hacemos esto más interesante —quitándole las dos monedas y mostrándoselas al cantinero. —¿Cuánto estás dispuesto a apostar?.

—¡Oh!, Toph eres maravillosa. —Menciona Sokka entre risas y alentando el acto de la maestra tierra.

Mientras tanto en un lugar del mercado con Katara y Zuko...

—Qué extraño que los chicos no hayan vuelto aún —comento Zuko mirando a todos lados. —Creo que tenemos que ir a buscarlos.

—Tal vez deberíamos esperar un poco más.

—No sé si a mi estómago le guste esa idea, —dice él príncipe, tocando su estómago y así evitar que este protestará. —Mira ese restaurante se ve lindo, ¿No crees?.

¿Qué es el amor? #Wattys2019 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora