Un buen plan

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En la nación del fuego estaba Azula entrenando con un arco y un par de flechas, llevaba días interesada en este tipo de arma, Tay-Le y Mai la miraban asombradas no podían creer que en tan corto tiempo ella mejorará tanto y es qué no era para menos teniendo como mentor al líder de los arqueros YuYan.

—Has mejorado mucho —decía Tay-Lee admirando su destreza.

—Como sea su plan es un suicidio total —responde Mai anticipando la derrota de la princesa.

—Eso lo dices porque no las llevaré conmigo y se perderán de toda la acción, —comentó la princesa, acercándose lo suficiente a Mai para intimidarla. —Tal vez alguien tiene la intención de volver a ver a cierta persona que la dejo enserada en una celda, todo por liberar a unos sucios campesinos —girándose con una sonrisa en su rostro. —Nunca aprenderás Mai y es una lástima que con tu ingenio caigas con algo tan monótono como lo es el amor.

—No es eso Azula tu plan te va a llevar directo a la muerte, necesitas soldados de tu parte, para protegerte.

—Tal vez eso sea verdad. —Tay-Le dándole la razón a Mai.

—No me haré notar, seré cautelosa. —haciendo movimientos con ambas manos. —Por eso mi abuelo, mi padre y él tonto de mi hermano fracasaron. Su patética hombría no los dejaba idear un plan perfecto, creían que con la fuerza de un ejército podrían derrotar al avatar. Simplemente patético. A mí no me pasará así; sin embargo no te preocupes Mai le daré tus saludos a Zuzu. —Mientras se alejaba entre risas.

Mientras tanto en un pequeño pueblo del reino tierra los chicos se preparaban para partir a la antigua casa de playa de Zuko, para reforzar su entrenamiento con el fuego control...

—¿Listo chicos?. Vámonos.

De pronto todo el equipo se encontraba por los cielos, Zuko, Suki y Sokka dormían. Aang aunque se encontraba cansado por la desvelada del día anterior no podía dejar de pensar en aquella noche en donde los labios de katara se fundieron con los de él, esa sensación lo hacía estremecer. Una sensación que sin duda quería repetir,

—Que tremenda lluvia la de anoche. ¿No chicos?. —Comentó una burlona Toph.

—¿A si?. La verdad no sentí nada, estaba demasiado cansada. —Respondió muy segura de sí la maestra agua.

—Es extraño, porque ni tú ni Aang estaban en el campamento.

—Eh Toph ¿No tienes hambre?. Sokka tiene una nueva bolsa de carne de foca en sus cosas —rascándose ligeramente la cabeza cerca de sus tatuajes intentando desviar la conversación. —Te prometo no decir nada.

Toph se quedó callada, la actitud de sus amigos solo confirmaban sus sospechas, era ciega pero no tonta y aunque no podía sentir las vibraciones de ambos sabía que mentían.

—Am rica carne de foca —interrumpió él hambriento de Soka entre sueños.

—Creo que ya es tiempo de bajar y comer algo Aang, no quiero que mi hermano se enferme.

—Tienes razón Katara. —Descendiendo a una pequeña isla en medio del gigantesco mar.

Los chicos bajaron y pronto dividieron tareas para empezar a comer, Toph siguió a Katara que recolectaba frutos en los árboles de la pequeña isla. Quería saber esa verdad que ya conocía y que no era necesario que ninguno de los dos se la confirmara, pero últimamente estaba tan aburrida que este juego le resulto un entretenimiento exquisito.

—Hola princesita.

—Hola Toph, —nerviosa y sin dejar de recoger más frutos. —Con esta fruta se hará una deliciosa mermelada. —Concluyo.

—Anoche me costó mucho trabajo mentirle a tu hermano, le tuve que decir que fueron a buscar a Momo. Me debes una y creo que me la cobraré pronto. —Haciendo una mueca malvada con los labios.

—Gracias Toph.

—Ya veré como me agradeces. —Palmeando su hombro.

—En cuanto estemos en la nación del juego te pagaré la manicura.

—Muy graciosa. —Se burló mientras se alejaba.

—Toph —sujetando su muñeca evitando que siguiera avanzando. —Por favor no comentes nada de lo que sabes.

—¿Por qué? —pregunto con gran inquietud, acercándose más a Katara para sentir sus vibraciones.

—Aang y yo queremos guardar el secreto durante un tiempo.

—¿Pero por qué esconderlo?, no están haciendo nada malo. ¿O sí?.

—No, claro que no, es sólo que lo consideramos así.

—¿Ambos lo consideran así?. No creo que Aang después de lo que ha pasado se encuentre en circunstancias de seguirse escondiendo por una decisión.

La chica solo se quedó en silencio, analizando las palabras de su amiga, pero sus palabras la hacían pensar y por un momento se sintió molesta por su descaro.

—Piensa bien las cosas Katara, estas actuando cómo si lo que tienes con Aang fuera algo malo.

—Es solo que no lo quiero distraer de sus obligaciones. —Tragando saliva.

—Por todos los cielos el chico no da paso sin pensar en ti. —Katara agacho la mirada, dándole razón a su amiga. —De igual forma si lo que te preocupa es que diga algo, ten por seguro que no será así, no soy una soplona. —Alejándose del lugar a paso firme.

Mientras tanto en el mar...

—Am Sokka ya no creo que sea buena idea. —Aang observando como su amigo se vendaba los ojos y tomaba la caña de pescar.

—Tranquilo cabeza de aire —entrando al mar. —Sokka no pierde ninguna apuesta.

—¿Qué va a hacer?. —Toph cuestionándole a Aang.

—Lo rete a vendarse los ojos, entrar al mar y pescar un pez.

—Ahora quedan menos esperanzas de comer algo decente, si cuando no tiene los ojos vendados no consigue atrapar nada. Estoy perdida y muerta de hambre. —Lamentándose. —Iré a quitarle las nueces a Momo.

Lo último que se escuchó después de la partida de Toph fue el grito de Sokka, esto desconcertó a Katara y Suki quienes pronto se acercaron a averiguar lo que sucedía.

—¿Qué pasó?, ¿Y Sokka?. —Pregunto Suki preocupada.

—Se acaba de enterar la caña de pescar en el dedo. —Dijo Toph entre risas.

—Sal de ahí Sokka. —Dijo preocupada Katara.

De pronto un pequeño remolino hizo desaparecer al guerrero, el aire difícilmente entraba en sus pulmones, quería nadar pero su cuerpo estaba totalmente inerte, no podía más que solo parpadear, resignado se dejó envolver por esa fuerza inerte que lo llevaba al fondo del mar. Hasta que se encontró con una joven semidesnuda de cabellos blancos y piel bronceada, Sokka estaba hechizado por la mirada de fuego de aquella chica. Ella lo observó por unos minutos, movió sus largas pestañas en un lento movimiento, lo tomó de la garganta con su mano derecha y lo besó, Sokka sintió como ese beso le extraía algo de su ser para posteriormente salir del mar sobresaltado.

—¡Sokka!. —Katara entrando al agua y atrayéndolo a toda prisa. —¿Qué estabas pensando?.

Sokka quiso hablar pero ningún sonido salió de su garganta, nadie se explicaba lo que había pasado, después de varios intentos nulos por hablar Aang decidió entrar al mar sin y buscar una explicación.

—Será mejor que nos alejemos de este lugar —saliendo del agua empapado. —No me parece seguro.

El grupo empacó sus cosas confiados de que el malestar de Sokka se debía a la gran cantidad de agua salada que tomo y se prepararon a volar hacía su destino.

En la nación del fuego. Sala del Palacio Real...

—¿Ya sabes cuál es el plan? —comento Azula seria y con un tono intimidante. —No quiero errores, en serio me gustas mucho como para tener que echarte a la hoguera.

—No los habrá mi princesa. —acercándose y propiciándole un largo y apasionado beso.

¿Qué es el amor? #Wattys2019 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora