"Reunión"

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Se encontraban todos reunidos en el centro del pueblo,un lugar rodeado de mercados para comerciar,donde discutían los problemas que sucedían en el valle.

En una parte de este,había una mesa llena de papeleo y varios hombres y jóvenes en fila para llegar a esta,donde un hombre con traje del ejército los atendía y los hacia firmar unos papeles.

Sin saber que sucedía,Snufkin y papá Moomin se colocaron en la fila mientras que Moomin comenzó a preguntar a las personas alrededor que sucedía,pero las respuestas de ninguna de estas personas sirvieron;

"Que te lo expliquen tus padres"

"No tengo idea"

"No es de tu incumbencia"

"No necesitas saberlo"

"Eres demasiado pequeño para entenderlo"

.Entre otros.

El ya tenía 16 años,¡Ya no era ningún niño!

Cuando llegó su turno en la fila, entendieron que estaban anotando a las personas que iban a ir al ejército.

-¿Nombre,muchacho? - Pidió el hombre -

-Snufkin - Contestó esté -

-¿Edad?

-18

- Ya veo...

Siguieron con el papeleo durante un rato,la gente miraba horrorizada a Snufkin firmar aquellos papeles con una mirada neutral,sabiendo los problemas que eso traería.

Snufkin no era el único al que miraban con la cabeza baja y susurrando,ya que ahí se encontraban varios jovencitos con su misma edad,que iban en nombre de sus padres enfermos,difuntos o mayores. Y daba pena ver a niños forzados a volverse adultos,quienes pocos años antes jugaban con pequeñas armas de juguete entre sus manitas,y revolvía el estómago imaginarlos en el campo de batalla,cubiertos de sangre propia y ajena,rodeados de muerte y desesperación,luchando contra otros jovenes y cargando con armas más pesadas que ellos,que ni saben manejar. Te atacaba a la consciencia saber que viste crecer a esos niños.

Snufkin no era distinto,todos lo habían visto crecer correteando con sus amigos entre las flores,pescando o buscando insectos. No era un simple vagabundo y para ser presuntamente huérfano estaba bien educado,pues nunca se negaba a ayudar a alguien. Era un gran ejemplo a seguir para muchos niños,un icono de independencia y voluntad,un pan de Dios,como dirían algunas ancianas,pero...

Iba a tener que irse.

Y con el,la sonrisa de muchos,porque,¿Y si jamás volvía? El valle jamás volvería a ser lo mismo sin la dulce música de su harmónica,o de sus leves risas que robaban los suspiros de las jovencitas que rondaban su edad o menos,pues era muy apuesto y para ellas era un perfecto "Principe azul". Muchas se le habían confesado,pero siempre respondía que su corazón le pertenecía a alguien más. Era un misterio a quien,pues se rehusaba a decirlo.

Cuando todos en la fila terminaron de firmar,Papá Moomin llamó la atención de los presentes para anunciar que el día de mañana habría una fiesta de despedida en la casa Moomin con mucha comida,bailes y música,para despedir de buena manera y desearle buena suerte a quiene iban al mismo lugar que Snufkin.

Luego de eso,Snufkin se fue a dar una caminata por el valle,y aunque Moomin se ofreció a acompañarlo,el mayor se negó alegando que quería estar solo,Moomin no tuvo más opción que ir a casa a ayudar con los preparativos de la fiesta.

~El viaje de Snufkin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora