Capítulo 2

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No pude evitar pensar en la situación. Llevaba años sin llamarme, no entendía por qué me buscaba ahora. Cuando se fue, nadie le importó y estoy completamente segura de que eso no ha cambiado.

Bufé y tiré de mi pelo hacia atrás. Marqué el número de mi madre mientras intentaba tranquilizarme.

-Me ha llamado.

-Es tu padre, cari-

-No. Ese hombre no es más que un desconocido.

-Del cual tienes su apellido...

-No por mucho tiempo, mamá.

-Elle, perdón por lo que te voy a decir pero creo que deberías darle la opción de hablar contigo, sólo eso.

-Vale, te perdono, sé que no lo piensas de verdad.

Colgué antes de que pudiera decir algo más que consiguiera cabrearme de verdad. Odiaba a ese hombre con todo mi ser. Sé que mi madre solo quiere lo mejor para mí pero no podía darle la razón.  Una lágrima recorrió mi mejilla. La retiré velozmente y respiré concentrada.

Vi el autobús aparecer por la esquina y me incorporé, solo quería llegar a clase y olvidar lo ocurrido. Las puertas se abrieron y, tras pagar el viaje, me dirigí a mi asiento de siempre, cerca de la ventana.

-Hey

Miré sobre mi hombro para ver a Marc parado delante de mí. Le dediqué una cara de pocos amigos y volví a concentrarme en las gotas de lluvia que caían por la ventana. Tampoco he cogido paraguas, mierda.

-¿Me puedo sentar?

-¿Acaso no lo estás ya?

Volteé para darme cuenta de que tenía razón. Se me escapó una pequeña sonrisa.

-Pregunto por educación, Elle- pude ver la diversión en sus ojos y eso me contagió.

-Ahórrate tus comentarios, Toft.

Me acarició el pelo y se relajó en el asiento.

-Enana, sé que estás mal, como todos los días- lo golpeé suavemente - ¡Auch!

Se sobó el brazo y rodé los ojos- Eres un exagerado.

-El caso es, sé que estás mal pero me gusta verte feliz, muy feliz, ¡Sonríe para Marc!

Me giré para enfrentarme a sus ojos y a su sonrisa burlona. De repente, una luz blanca tapó mi campo de visión.

-¿¡Me has hecho una foto!?

-Es la primera vez que sales sonriendo. Tengo que comprar un marco. Por cierto, tu sonrisa es preciosa, deberías enseñarla más- me guiñó un ojo y se quedó mirando la foto.

Junté mis labios en forma de desaprobación. Apoyé mi cabeza en su hombro y escuché como tarareaba alguna canción sin sentido.

Marc era el mejor amigo de mi hermano. Siempre estaban juntos gastándome bromas y jugando conmigo. Éramos inseparables, hasta aquel día.

*FLASHBACK*

-Uno, dos, y...cien- reí- ¡ya voyyy!

Salté y salí corriendo en busca de Marc y Finn. Estábamos jugando al escondite en casa de nuestros abuelos.

-¡Marc, te estoy viendo!

Me aproximé a la cocina y toqué su hombro sonriente.

-¿En serio? ¿Detrás de la encimera?

- ¡Siempre me encuentras el primero, no vale, Mamá!- hizo un puchero y se rindió.

-Vamos, hay que encontrar a Finn.

Buscamos por toda la casa, pero no hubo rastro de mi hermano. Subí a la planta de arriba mientras Marc revisaba el garaje.

-Tranquila, aún nos queda el jardín.

Una vez allí, todo pasó demasiado rápido.
Empecé a gritar cuando vi el coche de mi padre a pocos metros de Finn. Todo se oscureció cuando vi a mi hermano tumbado en medio de la carretera. Nada se movía y el aire desapareció.

*FIN DEL FLASHBACK*

- Todo fue culpa mía, Marc...

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