¡Por fin! El timbre sonó y en cuestión de segundos los alumnos salieron de sus clases. Me uní a ellos y caminé de vuelta al jardín para no perder el autobús. No quería llegar tarde a casa.
Una vez en la parada, me senté a esperar al conductor. Me recosté y revisé mi móvil. Nada interesante. Sue me estaba hablando de una fiesta que se celebraría esa misma noche, en casa de los Stone. Le contesté con un "me lo pensaré" y guardé el móvil en el bolsillo.
Recordé el incidente en el pasillo. No me gustaba que la gente hablara de mí, estaba de más. Drew había sido el único que permaneció callado, pero no sabía cómo sentirme al respecto. Al fin y al cabo, se había reído.
-Enana.
Levanté la vista y me encontré a un sonriente Marc tendiéndome la mano. La apreté con fuerza y subimos al autobús, buscando los asientos de antes. Por suerte, estaban vacíos.
-¿Estás mejor?
-Sí, definitivamente sí. La clase de Francés avanzado me ha alegrado el día.
Marc me miró cómo si estuviera loca.
-Es sarcasmo, mente pensante.
Me golpeó suavemente y rió.
-Ya decía yo. Sé que no estás muy bien de la cabeza pero decir eso de una clase de la señorita Greigner es demasiado.
-A mí no me parece tan mala- abrió los ojos con sorpresa y añadí- ¿en serio? ¿Tengo que avisarte cada vez que use la ironía?
Solté una carcajada contagiándolo. Tardamos unos segundos en relajarnos y Marc llamó mi atención levantando el brazo y poniéndolo sobre mis hombros.
-Me alegro de que estés mejor, porque hoy- remarcó la última palabra- vas acompañarme a una fiesta.
- ¡Pero si es miércoles!
-Ya, pero acabamos de empezar la universidad y tocan dos semanas reglamentarias de fiesta sin parar- me sonrió inocentemente.
-Marc, por favor- supliqué- No me hagas ir.
-He dicho que vienes conmigo, quieras o no. Te vendrá bien desconectar y beber algo.
-Pero-
-A las 8:30 te recojo.
Asentí y miré al frente. El resto del trayecto fue calmado y silencioso.
Me baje del autobús cuando paró cerca de mi casa y le di un beso a Marc en la mejilla. Intenté convencerlo una vez más de que no tenía por qué recogerme. Se negó rotundamente y me hizo prometer que estaría lista y sin ninguna excusa para esa hora.
Abrí la puerta y entré con cuidado. No había nadie en casa, cosa que no me sorprendió. Dejé las llaves en la cerradura para que nadie pudiera entrar sin llamar y fui a la cocina. Dos minutos después, me tiré en el sofá con una manzana en una mano y chocolate en la otra. Encendí la tele y decidí que era hora de retomar "Friends".
Cinco capítulos después, apagué la tele y me levanté con pereza. Eran las 7 en punto y quedaban menos de dos horas para que Marc me recogiera.
Encendí Spotify y puse la primera playlist que apareció. Me metí en la ducha y me enjuagué. Me relajaba mucho lavarme el pelo, por lo que perdí un poco la noción del tiempo.
El reloj marcaba las 8:15 y yo aún no sabía que ponerme. Me había maquillado ligeramente, nada excesivo. Toda mi ropa estaba encima de la cama y yo estaba empezando a agobiarme.
Me miré en el espejo tras ponerme mis sandalias favoritas. No sabía qué pensar. Tenía mejores cosas pero quería ir cómoda. Había elegido unos vaqueros negros y una blusa más arreglada. Llevaba algo de tacón, no era mucho, pero sabía que Sue lo aprobaría.
Poco después escuché el timbre y bajé las escaleras rápidamente. Marc me esperaba apoyado en un lado de la puerta. La empujé fuertemente haciendo que se tambaleara.
-Estás agresiva esta noche- en guiñó un ojo y se arregló el pelo.
-Te lo debía por hacerme ir a la fiesta.
-Te va a encantar, por cierto, estás guapísima.
-No me voy a sonrojar.
Rodó los ojos y me guió hasta su moto.
-Marc.
-Enana.
-¿ Por qué vas en bus teniendo esta preciosidad ?
-Para verte.
-No me voy a sonrojar, Marc.
-Joder, enana. Eres imposible.
Reímos y arrancó la moto tras asegurarse de que me había puesto el casco bien.
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Unpredictable
Humor- ¡ Oh, venga ya! Me giré y comencé a andar rápidamente mientras que mis supuestas amigas se reían a mis espaldas. Traidoras. Les lancé una mirada cargada de odio y vi como me seguían sin decir nada, solo se partían el culo. Aligeré el paso y crucé...