(Él de la foto es Calum).
— Tu, tu eres el chico del anuncio de internet - dijo Osorio mayor sin pensarlo, sosteniendo a Calum en sus brazo, sin pensar que eso ofendería a Joaquín.
— Si, soy yo, ¿por que no? ¿no pensaba que pudiera ser el dueño por mi manera de vestir? - respondió Joaquín con el ceño fruncido, para después mirar a Calum y sonreirle abiertamente, como si Emilio nunca hubiese dicho nada estupido.
Emilio seguía embobado con los ojos de aquel muchacho, que no se dió cuenta de que le había dicho que lo siguiera para mostrarle el lugar donde se quedarían, hasta que Calum se bajo de sus brazos y lo jalo de la camisa para ir tras de Joaco.
Ghana era un lugar pequeño, muy pequeño y muy mal organizado, casas pequeñas de madera regadas por todo el territorio, no había calles ni nada, solo eran casas construidas con mucho trabajo.
Joaquín los llevaría a su casa, era de material, por que todo el pueblo ghanes había estado de acuerdo con la idea de que su solecito (asi es como lo llamaban los niños de cariño), los ayudaba, tenía que vivir en buenas condiciones, como agradecimiento, por que era lo único que podían hacer por el, no contaban con dinero, mucho menos comida.
Calum no se separaba de Joaquín, ambos tomados de las manos, mientras este último le explicaba como funcionaban las cosas en aquel lugar, los horarios de comida, de duchas, trabajos y descansar.
Cal no dejaba de hacer preguntas acerca del lugar, estaba muy impresionado, que las personas ricas no se interesaban por los niños que no tienen alimento, y por eso admiraba cada día mas a su padre.
Al fin habían llegado a la casa del rizado menor, y cuando entraron, Emilio quedo sorprendido por lo poco que había ahi, estaba la entrada, una pequeña sala con un televisor diminuto, un sillón para tres personas, le seguía la cocina que solo había una barra como desayunador, que Emilio supuso que ahí comía y cenaba al no ver ningún otra mesa. Había un pequeño refrigerador, una estufa vieja y oxidada, una cafetera y una alacena donde se podía ver unos tres pares de platos, vasos, cubiertos y nada mas. Todo estaba limpió y ordenado.
A pesar de que Joaco no los había llevado a su recamara, el mayor se podia imaginar las condiciones en las que Joaquín vivía, desde quien sabe cuanto.
Joaquín les ofreció café y galletas a ambos, la cual, solo Calum se negó, diciendo que el era muy pequeño para tomar esa bebida tan fuerte, Joaco rió y le dió un jugo de manzana que se encontraba en el diminuto refrigerador. Y comenzaron a charlar...
Cuando los mexicanos u otros oriundos iban a Ghana, se quedaban en un hotel, el mas caro, o mas bien, el unico hotel que había ahí.
Realmente no era un hotel, era la mansión que sus padres le habían heredado tiempo atrás, pero el lo convirtió en hotel, al ver que los donadores millonarios se quejaban de que no tenían donde quedarse.
Cuando Calum escucho esta pequeña historia contada desde los propios labios de Joaco, le pregunto la razón por la cual no los había llevado a dicho hotel.
— Tu eres diferente cal, quería que vieras como se vive aquí y luego preguntarte si querias que te llevara al hotel - respondió Joaco, mientras la pequeña bcoca de Calum se formaba una "O", luego de eso sonrió para responderle a Joaquín que quería quedarse con el, en su casa.
A todo esto, Emilio no formulaba palabra alguna, y su mirada estaba completamente fija en su taza de café, y el menor lo supo, Emilio se sentía culpable por la mala imágen que había creado de él, un chico totalmente diferente.
Calum no paraba de bostezar, mientras este le platicaba al castaño sus aventuras con su padre, y cuando estas anécdotas eran graciosas, jaoco miraba al padre del niño y este último se sonrojaba y sonreía, negando con la cabeza en desaprobación de que su pequeño hijo le estuviese dejando en cierto modo, en ridículo.
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GHANA / EMILIACO
FanfictionGHANA. Joaco es un chico de 24 años que dedica su vida a ayudar a los demás, dispuesto a vivir entre la pobreza con tal de hacer feliz a los niños de Ghana. En cambio, Emilio de 27 años lo tiene casi todo, fortuna, trabajo, salud, y un hijo precioso...