Capítulo 7

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No podía dejar de llorar, estaba destrozado por completo. Se sentía un idiota por haber dejado ir a sus Osorio.

No tenía fuerzas para nada, para ir a la fundación, ni para bañarse, ni comer, nada. Quería quedarse postrado en la cama hasta que sus rizados de ojos marrones regrezaran con él.

Quería educar, cuidar, y proteger a Calum, se encariño con ese niño a tal grado que quería darle mucho amor como sus padres hicieron con el.

No quería que cuando llegase a México, Emilio regresara a su trabajo y se olvidara del pequeño, no quería eso para Cal, lo amaba demasiado.

Y Emilio, su mailo. Se había enamorado de el intensamente. Su alma estaba destinada a el por siempre, nunca en la vida se había sentido así con alguien. Nunca había sentido esa vergüenza al estar desnudo frente a alguien, ni que se sonrojara con un beso o con una simple mirada, pero con Emilio si.

Su alma gemela era él y estaba seguro, pero en ese momento le dolía estar lejos de esos muchachos, que en tan solo con tres días lo cautivaron. No soportaba la idea de no tenerlos cerca, se odiaba por eso.

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Habían llegado a su casa por medio de un taxi que tomaron en el aeropuerto.

En el camino Calum no dejaba de repetir lo maravilloso que fue estar en Ghana y lo triste que se sentía al dejar a Joaco ahí solito.

Esto lastimaba mas a Emilio, que lo unico que quería era arrancarse el corazón del pecho para guardarlo en una caja de cristal y después entregarsela de nuevo a Joaquín, claro, cuando lo vuelva a ver.

Emilio llamó cientos de veces al celular de Maria pero esta nunca respondió. Por suerte cargaba una copia de las llaves de la casa.

Calum se había quedado dormido en el taxi, cansado del viaje que conllevaron.

Cuando llegaron, las luces estaban apagadas, el taxista lo ayudo a bajar sus maletas, dejandolas en la puerta de la casa, agradeciéndole al señor por la ayuda, ya qu el cargaba a su dormido hijo en brazos.

Una vez las maletas estuvieran dentro de la casa y que Cal estuviese en su habitación, quiso buscar a su esposa, pero le mportaba poco donde estuviese.

Se quitó su sweater y lo dejó sobre uno de los sillones que se encontraba cerca de la puerta de entrada.

Al subir a su habitación, comenzó a escuchar ruidos extraños, y como si por arte de mágica se tratase, la puerta se abrió dejando salir a un chico desnudo y detras de este, Maria.

— Oh, hola Emilio ¿como les fue en su viaje? - preguntó, como si fuera que no paso nada.

— Bien, pero no tan bien como a ti - respondió el rizado rojo del coraje, y no por que estviese celoso... ¿Que le diría a Calum?, por que era obvio que está era una estupenda oportunidad para separarse de esa mujer.

— ¿Eh?, tu no me quieres, y yo no te quiero ni a ti ni al mocoso de Calum, asi que puedo disfrutar de mi vida - le dijo, para luego darle un beso corto aquel hombre.

El desconocido, para el joven Osorio, le dijo a Maria que la esperaba en el auto y se retiró de aquel pasillo.

— Vamos a divorciarnos entonces - dijo Emilio tratando de controlar su ira.

¿A que madre no le importa su hijo?.

Solo a ella.

— Bien, solo debes recordar que nuestras empresas estan vinculadas - respondió la chica como si nada, tomando su bolsa de mano y metiendo ropa y algunas pertenencias.

— ¿Donde has estado estos últimos años?, la vida no solo es ropa y maquillaje, tus padres han quedado en bancarrota y la empresa Osorio los mantiene a flote - dijo mirandola fijamente, acompañodo de una risa burlona.

— Eso es mentira, te quedarás en la calle por esto - dudo la chica castaña - regresaré por mis demás cosas luego - dijo terminando de guardar la última playera de marca.

— No voy a dejar a los Gutierrez en la calle, si es eso lo que piensas, no soy una mala persona, Maria - habló Emilio para después ver a su futara ex esposa salir de la casa.

Emilio no entendía la razón por la que ella se comportaba así, le importaba mas el dinero que su propio hijo. Si algo le pasaba a Calum, el se moría.

Necesitaba alcohol y aire fresco, nesecitaba olvidar por un momento todo; Maria y sus problemas ambisiosos, y su dolor por no estar con su Joaco en ese momento tan terrorífico.

Llamó a su amigo Diego, que seguro lo odiaria por tener abandonada su amistad, pero cuando este le contestó, aceptó cuidar a Cal, siempre y cuando el rizado le explicara lo sucedido.

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Cuándo llegó al bar, este estaba lleno de humo de hielo seco, las luces de colores neon recorrian la pista de baile y las chicas guapas que le tiraban miradas lujuriosa no se hacían esperar.

Se acercó a la barra y pidió un Dr.Lemon, estaba a punto de inclinar la botella a sus labios, cuando de repente recuerda a su amado castaño, dejando caer la bebida y ver los trozos de cristales por el suelo.

[°°°°°°°°°°]


— ¿Puedes comer un sándwich por lo menos? - le preguntó Julia al ver que Joaco estaba en la cama desde las tres de la tarde, sin intención de levantarse, bañarse, ni siquiera comer.

— No tengo hambre - respondió secamente.

— Estoy en desacuerdo de que te estes haciendo esto, sabías perfectamente que el es un hombre casado y tienen un hijo que educar ¿lo sabia, no?. No puedes estar así por el resto de tu vida - le comentó Julia para después salir de aquella pequeña habitación.

Ella tenía razón, no podía quitarle a una mujer el cariño de su pequeño hijo, ni mucho menos podía quitarle al exelente esposo que era Emilio.

Pero Joaco se quería morir, no quería seguir viviendo, si ni Cal y Emilio estaban junto a el.





























































y un día volví. Acá les dejo él capítulo debido.

Y saben que tenemos un grupo de whatsap donde contamos chisme y todo eso, sin quieren estar ahí

Me mandan un mensaje con su nombres y los agrego.

Mi número: +541121585713

Avisen.

Los quiero....
Besos.. Flor 🌸✔



GHANA / EMILIACODonde viven las historias. Descúbrelo ahora