Capítulo 7

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Con mi vista borrosa trataba de ver lo que más podía siendo inútil.

-¿Trajiste la máquina?

-No, pensé que tu eras el encargado de eso.

-Mejor traela antes de que la utilize en tí

Escucho todo lo que pasa, es lo único que puedo hacer, el sonido de utensilios chocando entre sí llama mi atención espero que sean cucharas y tenedores, aunque algo me dice que son otra cosa utilizadas para cirugia, sombras, la habitación de pronto esta llena de ellas susurran cosas que no entiendo,algunas intentan tocarme, El miedo se apodera de mi al ver como las sombras se acercan, gritos de terror salen de mi boca al estar indefenso ante ellos.

-¡Alejense!, ¡No!, ¡Basta!- Repetía varias veces con la intención de que se alejaran pero no fue así, comenzaban a tocarme la cara, me retorcia en la camilla siendo esto lo único a mi alcance por mi estado-

-¿Qué demonios?

Escuché que habló el Doctor al ver como estoy histérico gritando sin control e impulsandome.

-Estúpidos... ¡No lo inyectaron correctamente!

Poco a poco la claridad llega a mis ojos aterrados y lo único que veo son estos espantos que antes eran sombras, me sonríen cínicamente otros me tocan se ríen, piden ayuda, cierro fuertemente los ojos esperando que desaparezcan.

Unas manos me tocan el cuerpo e instantáneamente habró mis ojos viendo primero a mi alrededor mareado, un gran jadeo sale de mi boca al darme cuenta que ya no están los tormentos de hace un instante, el doctor me mira extraño examinado mi cara, mis ojos, mueve su mano tratando de llamar mi atención y lo consigue, otra persona se hace presente en la habitación siendo este otro vestido de blanco trae una maquina muy rara consigo, la coloca aun lado y su vista se fija en nosotros.

-¿Qué estás haciendo? -Pronuncia confundido-

-No se quien estuvo jugando a hacerse el gracioso dándole una muy pequeña dosis, está totalmente consciente -Dice en un tono molesto- a demás se puso a gritar histérico y se empujaba.

-Ya sabes como son los locos, eso es normal en ellos.

-¿Qué me van a hacer? -Pregunté una vez con más fuerza y menos mareado-

-Tienes razón, está totalmente consiente, así no podremos trabajar.

-Pero no le podemos poner más de esa dosis, puede ser mortal y se recomienda una vez por semana.

Demonios, ¿qué es esto? Miró a mi alrededor, sangre, instrumentos para cirujanos, suciedad, hachas, ratones muertos dacapitos y cocidos, ¿¡Qué es esto!?.Mi respiración se vuelve pesada y el pánico me invade nuevamente gritando y moviendome inútilmente.

-¡Callate! -Me grita-

-¡¡No quiero estar aquí!! -Gritó haciendo eco en la habitación-

Uno de ellos se acerca y me golpea fuertemente el estomago quedandome sin aire y con un dolor muy agudo en esa zona.

-No le pegues imbécil, lo matarás y sabes que está prohibido.

-No lo hago con esa intención, solo que se calle.

-Parece que será sin la droga

-¿Estás loco?, ¿Qué tal si lo mata?

-Eso lo dudo, pero también es una opción y hay que tomar el riesgo...La máquina.

Duele...duele horrible ese golpe no me lo esperaba para nada y menos viendo de ellos, pero, ¿Qué se puede esperar de un lugar así? Jadeos de dolor siguen saliendo aunque me muevo poco duele y sigo con la sensación de no poder respirar adecuadamente, unas tijeras cortan la camisa que llevo puesta y se deshacen de los restos de ella, parches color blanco con un cable conectado ahora están pegados en mi pecho, confundido observó como encienden la máquina descuidada, tocan una pequeña palanca.

Descargas eléctricas me invaden en todos mis músculos por instinto grito a causa del dolor, siento cuanta potencia tienen las descargas mis manos y pies comienzan a entumirse pues mi cuerpo se contrae devido a lo intenso y doloroso que se siente, sin dejar de gritar desgarradoramente las lágrimas salen de mis ojos sin detenerse.

De pronto los choques eléctricos se detienen y me quejo del insoportable dolor que ha dejado en mi pecho Voy a morir, me dará un ataque al corazón

Fue lo que pensé antes de cerrar mis ojos...



                            ー

Una semana después han hecho lo que quieren conmigo, me inyectan drogandome para luego experimentar en mi, tengo heridas físicas y algunas Cicatrices como cuando me dan toques eléctricos, gritar es la única forma de expresar mi dolor y llorar siempre que estoy en esta maldita habitación, dije que no podria ser peor ahora esas palabras ya no concuerdan en este lugar donde escuchar gritos es el pan de cada día, definitivamente detesto este sitio, no entiendo como es posible que experimenten en humanos, encerio estoy exhausto no duermo en 2 días acausa de lo adolorido que me encuentro preferiría estar en la cárcel en vez de estar acá aguantado frío, aburrimiento, dolor, miedo, aveces malos tratos. En verdad quería luchar para salir y ser libre descubriendo lo que ahora vivo tengo unas inmensas ganas de matarme acabando con el sufrimiento la muerte es la mejor opción pero una parte de mi no quiere rendirse y buscar una solución que parece no haberla.


Veo el cielo, el sol, apenas las hojas de los árboles pensando que hace tiempo no los veía, por fín me han sacado al sol esto es como un recreo que existen en las escuelas, nos reunen para disfrutar del aire fresco, me comentó una enfermera que 2 veces se hace esto a las dos semanas dándonos media hora, tal parece que esto es lo único bueno, examinó alrededor, algunos llevan camisa de fuerza y otros que parecen estarse comportando, diría que mantienen conversaciones con los demás pero parece imposible por que todos están locos.

Un suave viento comienza a hacerse presente, alzo mi cara encontrando más aire fresco acompañado de una brisa muy fina, una lágrima se resbala por mi mejilla al sentirme tan tranquilo y en paz. Quitó la lágrima y me dedico a observar personas en vez de eso me doy cuenta lo amplio que es aquí, las paredes son grises uno muy oscuro, el suelo es césped de un verde tierno aunque lo solo hay bancas es suficiente para sentirme tranquilo en este lugar, observo el cielo una vez más puesto que no hay techo y es absolutamente perfecto para mi.

Cuando estoy dispuesto a cerrar los ojos una silueta llama mi atención, ¿Qué me está pasando?, creo que sigo con miedo a que aparezcan y ahora los imagino hasta en momentos donde por fin puedo descansar un poco, una chica derrepente llama por completo mi atención está sentada muy alejada de todos sentada en una banca por la posición que esta su cuerpo diría que está llorando, se ve joven casi de mi edad su cabello es muy corto más arriba de los hombros un castaño muy claro. Intento dejar de mirarla pero me es imposible, quiero acercarme y es extraño por que lo que menos quiero es estar cerca de los locos algo me dice que no es igual, que ella está perfectamente consciente.

Me pongo de pie teniendo en cuenta no acercarme mucho para no molestarla en cambio de que su actitud no sea buena.

-H-Hola...-Le dije un poco tímido tratando de llamar su atención-

Levanta su vista hasta toparse con la mía, sus ojos miel cristalinos por las lágrimas me observan con miedo y susto.

Manicomio Del TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora