Capítulo 9

126 12 1
                                    


Luego de un par de Días que se me hicieron eternos por fin estoy aquí con Hima-chan hablando de cualquier cosa que se nos ocurra, estoy consciente de que nos quedan pocos minutos para que volvamos a las habitaciones y es que no me salen las palabras o no se por donde comenzar con lo que escuché días atras, no tengo idea si entrará en pánico, tengo más miedo que pase eso y los doctores o enfermeras nos descubran hablando de este tema, en verdad necesito decirle lo que está pasando.

-Hima... -Pronunció seriamente a la vez armandome de valor-

-¿Pasa algo? -Entendí su tono un poco preocupado y su cara de confusión-

-T-tengo algo que decirte... Solo necesito que no te exaltes, creeme que a mi también me cuesta asimilar -Traté de sonar lo más relajado que pude-

-Me estas asustando -Me mira con mucha preocupación y susto- ¿Qué tienes que decirme?

Suspiré pesadamente pensando las palabras adecuadas para usar.

-Hace unos días, escuché por parte de dos personas no se si eran guardias o doctores que me han vigilado todos los días a través de la Cámara de vigilancia que se encuentra en la habitación que estoy, ellos saben que no estoy loco.

-¿De verdad?, ¡eso es genial!, ¡Podrás salir de aquí!

Comentaba sonriendo con emoción, mientras que yo traté de desviar mi mirada con un semblante nada emocionado. Sentí como tomó mi cara entre sus manos y la giró para que pudiera verla a los ojos.

-¿No es así?... Saldrás de aqui.

Creo que es aquí donde me arrepiento y desearía no a verle contado nada de esto para no causarle preocupación, debí quedarmelo y buscar una solución yo solo.

-Hay más...

-¿Más?, ¿A que te refieres?

Sin duda me estoy arrepintiendo de contarle lo que escuché.

-Tragué saliva antes de seguir hablando- No me sacarán de aquí, apesar de que lo saben lo mantendrán oculto y me consideran como los demás, para ellos sigo siendo otro loco.

Miré su reacción, no hace más que verme sorprendida, las lágrimas empiezan a acumularse en sus preciosos ojos miel. Entonces dice:

-No, no es... Justo.

-Lo sé, creeme que estoy consciente de eso.

Las lágrimas salían de sus ojos empapando su cara, al verla en ese estado me sentí muy mal haciendo que me acercara a ella y la abraza a lo que ella correspondió. Así permanecimos, escuchaba sus lamento solté una que otra lágrima. Hasta que se me ocurrió contarle lo que tenía en mente.

-Hima-chan... -Le llamé la atención separandome suavemente de ella- Escapemos.



Capítulo corto.

Manicomio Del TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora