Jack Frost es un joven veinteañero que creyó haber encontrado el amor de su vida en: Rapunzel Corona, una bella joven que posee un gran corazón y belleza. Sus vidas se unen en matrimonio, cuando Jack creé que tiene la vida perfecta una ilusión surge...
Después de besar a Jack en plena lluvia, decidimos ir a secarnos al jacal de Merida...
Ella nos felicitó a ambos por haber resuelto nuestras diferencias y yo le agradecí por haberlo ido a buscar y convencerlo de que lo que sentía era muy en serio, de verdad amaba a Jack por sobre todas las cosas.
-Jack...¿qué vamos a hacer ahora?, me refiero a ya sabes que voy a tener un chilpayate pero pos tu esposa también ¿qué no?, ¿aún así te vas a separar de ella?
-Por supuesto.-Dijo besándome la mano-Te amo solamente a ti Elsa, a mi hijo con Rapunzel me aseguraré de cumplir mis deberes como padre así como con el nuestro...¿sabes Els? Merida salió y dijo que no volvería a venir hasta mañana.-Dijo mientras comenzaba a acariciarme el brazo lentamente-Te cuidaré-.Murmuró Jack en mi oído cuando me abrazo, su mano acarició mi espalda.
No encontré mejor respuesta a las palabras de Jack que buscar su boca masculina de forma desesperada, cuando la encontré me dejé guiar simplemente, ambos movíamos nuestros labios de manera pasional quizás Jack tenía unos cuantos besos más de experiencia que yo pero nada más. Nuestras respiraciones se volvieron aceleradas, tanto que tuve que alejar mi boca de la de Jack para poder tomar aire, mis mejillas las sentía arder pero sonreí cuando vi que Jack también estaba completamente rojo.
-¿Qué te hace gracia?-Preguntó Jack al momento que distraídamente acariciaba mis hombros cubiertos por aquel blanco vestido que llevaba.-Parece que te diviertes torturándome Elsa...
-Tú rostro, se ve gracioso...-Ahogué una risita cuando él me besó el cuello y lo mordisqueó un poco-¡Jack!-La caricia de su boca me relajó y me produjo una sensación electrizante que bajo por mi columna vertebral y se expandió por mi estomago hasta concentrarse en mi vientre-Jack...-Suspiré cuando él hizo un camino de besos llegando a mi clavícula, corrió con fuerza la tela dejando mis pechos expuestos a él.
-Te necesito-Dijo Jack con la voz ronca contra mi piel desnuda-Mucho-Casi gimió desesperado, a pesar de que se encontraba avergonzado una parte de él, su instinto me estaba incitando lo que debía hacer...
Al día siguiente, Jack tuvo que irse a la oficina para arreglar los trámites del divorcio que estaban estancados así que me quedé en el jacal de Merida un rato para limpiar un poco, cuando acabé volví al jacal de Idún en donde vi a la esposa de Jack...
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