21 Deseos

Sueños de cumpleaños.

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Emilio llegó temprano a la casa de Joaquín, tan temprano que el castaño todavía no bajaba a desayunar, saludo a la madre y hermana de su amigo, que esperaban al festejado con unos hot cakes especiales de cumpleaños.

Emilio traía el regalo de Joaquín en sus brazos, y decidió esconderse para sorprender a su amigo.

Joaquín bajó a la cocina su hermana corrió a sus brazos y le deseo un feliz cumpleaños, al igual que su madre.

— ¿Cuál es el plan para el día de hoy? — Joaquín miró a su madre, mientras se metía un pedazo de su desayuno a la boca.

— Madre sabes que no me gusta hacer nada — contesto al terminar su bocado.

— ¡Ay hermanito! Obvio lo sabemos pero, cumples 21. Es algo especial y creímos que te gustaría hacer algo especial.

El castaño suspiró.

— Los Marcos me dijeron que vendrían con un pastel, supongo que ese es el plan.

Su madre asintió, no muy convencida de que su hijo estuviera tan desanimado para ser su cumpleaños.

Emilio que se había escondido en el baño decidió que era tiempo de salir de su escondite y darle a su mejor amigo la sorpresa de su vida, asomo con mucho cuidado su cabeza a la entrada de la cocina para verificar que cuando el se estuviera acercando su amigo no se diera cuenta de que el estaba cerca. Una vez comprobado que Joaquín le daba la espalda se acercó a el, haciéndole señas a la madre y hermana del festejado de que no le dijeran nada.

Se acercó cuidadosamente, colocó sus manos en los hombros del castaño y gritó.

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! — Joaquín salto del susto y volteó a ver a su amigo con la respiración agitada y sus abiertos como platos.

— Baboso me espantaste.

— Bueno pues este baboso, te trajo un regalo de cumpleaños — Emilio extendió el pequeño regalo mal envuelto en un papel amarillo con Estrellas blancas y un moño azul — Yo lo envolví.

— Lo puedo notar — contesto el castaño riendo.

Emilio solo podía sonreír emocionado por ver la expresión de su amigo al ver su regalo, Joaquín al ver el contenido de éste soltó un grito de emoción.

— No mames Emilio, está increíble — el castaño sacó la cazadora de mezclilla — No era necesario.

— ¡Oh vamos! Aún recuerdo tu cara de emoción al verla y después tu cara de decepción al ver que no te alcanzaba, ese día no querías que yo te la comprara pero hoy es tu cumpleaños y no la puedes rechazar.

— Eres un baboso — Emilio rió — Pero gracias, me encanta.

— Sabía que te gustaría, ahora vayamos a la escuela o se hará tarde.

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El resto del día fue absolutamente normal, a excepción de algunos compañeros de clase de Joaquín que lo felicitaban, afortunadamente nuevamente no se encontró a Andrés, éste pintaba como un buen día.