Para poder entenderlo -porque era lo que TaeYong quería-, decide seguir un plan enmarcado en el orden de las letras del abecedario, comenzando por la A.
¿Quieres conocer el ABC para entender a un idiota, como lo es Jung YoonOh, por Lee TaeYong?
ABC...
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Temprano por la mañana, después de dos días donde el tío ShinDong me obligó hacerme miles de exámenes en el hospital, la tía LeeHi me pregunta por cómo me siento al darme mi desayuno. El uniforme de la escuela ya está algo viejo, vocifera, pero estoy más concentrado en las tostadas en mi plato que en sus palabras; TaeYeon baja poco después, ajustándose la falda del uniforme y TaeHyun ingresa con su mochila en el hombro para tomar el batido que mi tía le ha servido.
El desayuno es silencioso, eso llevo notándolo desde hace dos días, días que durante el desayuno no había un alma transitando hasta que agradecían la comida y se iban de allí. Nunca le pregunté a mi tía por la reacción de mis hermanos y porque el tío ShinDong no desayunaba con nosotros, sino que prefería irse temprano a trabajar.
La tía LeeHi se encarga de recoger nuestros platos, de despedirnos en la puerta y cerrar la casa, asegurándola. Los tres observamos, a los pocos minutos, como la camioneta del tío Yesung llega por nosotros; TaeYeon sube conmigo en la cabina trasera y TaeHyun ingresa en la cabina delantera con nuestro tío. El ambiente siendo pacíficamente frío, mucho para mi gusto.
― ¿Por qué todos estamos muy callados?―inquiero con temor.
Ellos -al parecer- se toman el tiempo de pensar lo que dirán y luego de una gran pausa hablan, o bueno, al menos eso es lo que escucho de la voz de mi hermana.
― ¿En verdad te sientes bien, TaeYongie? ¿No te molesta o duele algo?
― Estoy bien, Yeon, pero... ¿por qué actúan así de escalofriante?
― Solo estamos preocupados por tu salud, TaeYong.
Asiento poco convencido, vuelvo a mi postura mirando por la ventana y cierro mis ojos para ponerme a pensar profundamente. El tío SiWon prometió que me daría las hojas con las opciones para el ABC pero yo estaba mucho más concentrado en otros términos, como en saber de mis amigos. Desde aquel día no supe de JungWoo, no recibí algún aviso suyo y los regalos habían sido un bonito detalle, por eso, aquel día me puse la chaqueta que descubrí me regaló DongYoung. Hablando de él, no tenía idea de que había sido de su salud los próximos días y se había mantenido alejado de todos, realmente de todos nosotros.
Admito que mis amigos son bastante inusuales, porque sus problemas personas se lo toman relativamente a pecho, muy personales. Ninguno podía opinar en algo que no nos convenía, bueno, lo decía por JungWoo y su problema familiar con Lucas, o sus debates sentimentales como DongYoung con Chittaphon. Solo esperaba que mis amigos comprendieran que solo quería ayudar, que yo no era el enemigo.
Quería llegar a la escuela y verlos, como siempre, esperando por mí, mientras hablan, ríen y vamos a clases con las usuales conversaciones mañaneras entre nosotros acerca de nosotros y para nosotros mismos.
No podía admitir que realmente la situación con mis amigos me deprimía, porque de ser así capaz mis tíos y hermanos me encierran en un psicólogo, sucesivo en el psiquiatra y pronto creo verme tomando odiosas pastillas antidepresivas para poder controlar mis estados de ánimo. Lo que menos quería era pasar mis cortos días de adolescencia dopado de medicamentos hasta la médula, así que yo prefería guardarme todos mis comentarios.
