ABC para entender a un idiota.➵ ❝JaeYong❞

Chapter 2: Bored and simple person

Luego de haber sido el paria de los niños de grados menores me decido en buscar la sala de detención donde estaré las próximas tres horas, simplemente tengo que llegar allí, dejar mi mochila en el respaldo y esperar a que sean las doce para que comience mi castigo, no obstante con eso, porque no parece lo único que importa, tengo que evitar ser observado con intriga y casi con desprecio por los alumnos que merodean por mi alrededor, porque eso de ser el sobrino del director, el favorito de casi todos los profesores de la escuela e inclusive el problema de Bae JooHyun, la enfermera escolar, es agotador y casi todos quieren o estar en mi lugar o hacer de ese lugar un asco; algunas veces me preguntaba cuál era peor, pero creo que ya tenía la respuesta a ello, eso creo.

Al llegar a mi casillero, que está cerca del salón de castigos, me doy cuenta que SiCheng está en el suyo, a unos cuantos del mío, con una mueca en su rostro mientras mira algo en sus manos. Me acerco a él, poso una de mis manos en su hombro y él salta en su lugar antes de girar a verme y dejarme ver sus mejillas llenas de lágrimas.

― ¡Dios, SiCheng!―. Le abrazo, él me corresponde escondiéndose en mi pecho para llorar, muerdo mi labial inferior y aprieto su cuerpo jadeante y tembloroso―. ¿Qué ha pasado?

― L-lo est-tán ha-aciendo otra v-vez―. Es difícil algunas veces saber qué es lo que SiCheng dice, pero habíamos aprendido a tenerle paciencia, es por ello que espero que respire hondo, deje de llorar y me hable. ― Ellos lo están haciendo, me están m-molestando.

― ¿Otra vez? ¿Los de grado superior? ¡Esos idiotas!

― N-no digas e-eso.

― Lo lamento, SiCheng, pero no puedo. ― Le digo. ― Es complicado, porque toda la escuela sabe que eres tartamudo, por eso tienden a tacharte como débil y eso no es así. No puedo permitirles que te hagan eso, no puedo dejar que te hagan de lado.

― Y-yo pensé que las c-cosas se iban a m-mejorar desde que me a-alejé de él.

Río irónico.

― No claro, porque el cortejo especial que le tienen los estudiantes a Nakamoto Yuta siempre vive acabando con mi paciencia.

Observo a SiCheng negar, se aleja un poco y termina por guardar la nota en su casillero y cerrarlo con una de sus manos, con la otra limpia sus mejillas, húmedas, para luego mirarme.

― N-no siempre la culpa es d-de Yuta.

Ruedo los ojos, me muevo hasta mi casillero y SiCheng me sigue. Le ingreso la clave al candado la primera vez, luego la segunda, luego la tercera y finalmente a la cuarta es que lo puedo abrir; estoy sereno, cansado de tener que hacer eso todos los días, pero aquello no me perturba en realidad, simplemente agrega a mi lista de cosas que no voy a extrañar cuando esté en la Universidad el que odio mi casillero de la preparatoria.

Observo con el ceño fruncido el interior; hay cosas que no sabía que estaban allí, como el poco de papeles de colores con notas, una caja algo grande y una chaqueta negra. Frunzo el entrecejo, observando aquello, miro a SiCheng con curiosidad, pero él no se mueve, simplemente se encoge de hombros y sigue mirando el interior.