La única antorcha que iluminaba el calabozo, se mantenía fuertemente ardiendo mientras el resto del lugar se encontraba en penumbra; actuando como camuflaje para que los guardias que le custodiaban se mesclaran en la oscuridad, parecían dos estatuas parados en medio de la nada.
Su mirada plata se sentía cansada al ser ese fuego lo único que podía ver, se encontraba inmóvil; las cadenas que le aprisionaban eran de un tipo especial, que no permitían el uso de magia, todo un dolor de cabeza, sumado el hechizo de restricción de la zona, le era por ahora imposible liberarse sin utilizar aquel poder que escondía y que no le gustaba usar. Sus heridas eran lo de menos en esos momentos, no había comido, ni bebido agua desde que le atraparon, estaba seguro que sus captores lo pensaban matar lentamente.
Los últimos acontecimientos que vivió daban vuelta en su cabeza, martillándolo y reproduciéndose una y otra vez, logrando que se mantuviera cuerdo en esa situación donde se encontraba privado de su libertad pero, al menos sabía donde estaba ella Asuna... a quien espero por semanas en aquel lugar y nunca apareció.
Que lo haya dejado plantado no le importaba pero, su curiosidad de escuchar su historia y saber ¿Por qué desapareció? ¿Quién era ella en realidad? Le llevaron a romper toda regla, aquellas que había olvidado por encontrarla al sentir que algo malo giraba alrededor de su acosadora, aquella soledad que siempre se manifestaba en su mirada.
El frio que invadió su cuerpo le hizo estornudar, el lugar estaba tan helado que la humedad se filtraba en las paredes, dejó escapar el aire en sus pulmones antes de tomar más oxigeno y tratar de tranquilizarse, para no entrar en pánico.
Sus captores; la familia real, los Yuuki. La casa Imperial más fuerte entre las cuatro que conformaban Centoria y la más leal a la Iglesia Axiom, obedecían a cabalidad todo lo que dictaba la Sumo Sacerdote quien vive en lo más alto de la torre blanca que comparte el cielo con las nubes y las aves.
A pesar de las grandezas y poder militar que hacían a los Yuuki los más temibles, existía una irregularidad; los hombres de esa familia nacían con un cuerpo débil y enfermizo, gobernaban únicamente sentados en el trono, sin participar en si en la milicia, su uso de la magia también era limitado y por lo mismo el actual emperador se encontraba postrado en su lecho de muerte, dejando a su único hijo a cargo del Imperio a espera de su ya inevitable pronta coronación cuando su padre muriera.
Lo curioso era que las mujeres nacidas en esa familia, no heredaban esta anomalía que los varones, vivían una vida larga y saludable. Asuna Yuuki... hija del emperador pero que en los registros que robbó, decía que murió cuando nació, detalle que le hizo investigar más a fondo que es lo que pasaba en aquella casa imperial. Estaba seguro que lo que vio y con quien vivió durante más de un mes, no era producto de que se estaba volviendo loco, ni que estaba viendo fantasmas, además que aparte de la soledad que desprendía la de ojos miel algo, más se encontraba escondido en su interior, ese algo que se asemejaba a la gran carga con la que él mismo nació... por eso actuó de esa manera tan imprudente, quería descubrir lo que pasaba, no importaba el precio que pagara...
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El caos que recién se formó, se calmó por escasos segundos, aquella fiesta donde todos los invitados en realidad eran magos de alto rango, se mantenían serenos esperando que el invitado de honor diera su primer movimiento en falso.
¡Todo era una trampa! —aunque ya lo sabía desde el inicio, se encontraba atrapado en un campo mágico, todo estaba en su contra pero, no pensaba quedarse con el recuerdo marchito, deseaba verla, Asuna...
El cuidadoso pasó de uno de los muchos que le rodeaba corto su hilo de pensamientos, aquel hombre parecía ser el líder, quien le preparó esa cálida bienvenida.
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Los sueños de mi princesa
FanfictionLa magia: poder que gobierna sobre la tierra y es la base de fuerza de los reinos, siendo regidos por la iglesi Axion para evitar que se use de maneras inadecuadas. La historia del pasado, y el pasado del presente...