DESPUES DE ELLA.

P R O L O G O

A los seis años de edad.

Finn escucho algunas voces en planta baja, dándole a conocer qué ahí se encontraban personas, pero....él no conocía a esas personas.
Decidió bajar, ahí se encontró a tres personas qué no tenía ni remota idea de quiénes eran, pero con esas personas venía una niña...y esa niña era la más Bonita qué el había visto en sus siete años de vida, tenía unos hermosos ojos azules, ese azul se parecía al de el cielo qué el solía dibujar.
Pero...notó qué está niña tenía algo extraño, ella no tenía cabello.

<<¿Se lo habrán quitado?>>

Se preguntó el niño, ¿quién podría ser tan malo para hacerle eso a una niña tan bella?

Su mamá fue la primera en notar su presencia.

--¡Hola, cariño!, ven baja, creo qué te gustaría conocer a alguien.--lo alentó su madre, su hijo solía ser algo tímido, pero nadie solía notarlo, se concentraban más es su físico, era un niño tan bello, contaba con unos rulitos de color negro azabache, una narizita perfilada y una pequeñitas de lo más tierno, ella sin duda tenía un hijo precioso.

Sus pasos fueron lentos escaneando el ambiente, los ojos azules de la niña se clavaron en él.

--Finn, ellos son nuestros nuevos vecinos.--Esta vez hablo su padre, dando la iniciativa de qué el niño hablara.

Los dos adultos le sonrieron al niño y él no supo nada más qué hacer así qué les devolvió la sonrisa.

--Finn, ¿por qué no le enseñas el patio de juegos a Hannah?--Le dijo su madre para que socializara.

<<Hannah>> con qué ese era su nombre..

--Bien--Solto al final.

El poso su mirada en "Hannah" y ella lo miró con timidez, el le regaló una hermosa sonrisa para qué ella lo siguiera y se sintiera en confianza.

Los niños encaminaron al patio.

--Me gusta tu nombre.--Le dijo Finn a Hannah, no tenía idea de qué decir, y en realidad aquello no fue mentira, su nombre le parecía muy lindo, pero ella era más linda.

--Gracias.--Le dijo ella en un susurro.

--Eres algo tímida, ¿eh?--bromeó Finn.

Pero ella no lo miro, veía la hierba, ¿acaso eso esa divertido? Solo es un montón de paja verde--penso.

--Y a mi me gusta tu cabello.--Hablo ella, el se sorprendió un poco, su voz era suave, una voz tranquilizante, ella olía a galletas, desde ahí lo podía oler, quería olerla más de cerca pero eso iba a parecer muy raro.

--¿Por qué no tienes cabello?--Pregunto él curioso.

--Estoy enferma, eso hace qué se me caiga.--Dijo ella encogiéndose de hombros.

¡Vaya, qué enfermedad tan rara!, Finn recordó qué el se había enfermado muchas veces pero nunca se caía su cabello, a pesar de qué tenía muchas dudas, no pregunto más sobre el tema.
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A los nueve años de edad: