C A P I T U L O U N O

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Capítulo 1.

A los ocho años de edad.

Era el inicio de un nuevo mes, agosto para ser exactos, se supone qué un nuevo mes se inicia con positivismo o algo parecido.
Pero para Hannah no era así, la vida de Hannah no era como la de los demás, seguramente la meta de este mes para las otras personas sería conseguir un nuevo teléfono, ella pensaba qué la gente era tan jodidamente materialista, se concentraban en cosas tan estupidas, en cambio ella solo deseaba estar viva para fin de mes, su cáncer cada vez se expandía más y más, era una clase de impotencia qué ella no podía describir, solo sentarse ahí en esa estupida silla dos veces por semana viendo como la vida se le pasaba por delante.
Su pulmón izquierdo estaba muy débil, por lo cual siempre qué uno de ellos dos se encontraba así, ella tenía que cargar con una especie de "maleta", pero esto no era una maleta, era un enviado de oxígeno para qué su pulmón no trabajara tanto, esto solo pasaba cuando las cosas estaban muy graves.

Finn la vio entrar a su casa y le dio una mirada de melancolía, las cosas estaban mal de nuevo y el solo hecho de perderla le aterraba, Hannah siempre había estado ahí desde qué el recordaba, ella había llegado a su vida con esos hermoso ojos azules para iluminar su vida.

Decidió llamar a Lucas.

--Lucas, necesito que vengas a casa, Hannah trae de nuevo la cosa esa de oxígeno y nos necesita.

--Estoy allá en un momento.--Lucas sonaba agitado esa noticia le había preocupado.

Ese día le llevaron galletas de chocolate que Hannah, eran sus favoritas, mientras jugaban un juego de mesa, vaya...a esos niños si qué les gustaba jugar esos juegos de mesa.

Ese día fue muy bueno para Hannah.

Hannah logró recuperarse a fin de mes, agradeció mucho por eso, y lo mejor era que: ¡ya no tenía que cargar más con la maleta!, porqué vaya..si qué pesaba.

Actualidad.

Diecisiete años de edad.

--¿Por qué luego de casi una década quieres volver a ese pueblo?, ¿eh?--Hannah estaba realmente molesta, discutía con su padre, él quería volver a ese pueblo después de tanto tiempo, ¿por qué? Ella no lo sabía, pero ella no quería volver.--Tú más qué nadie sabes como me costó hacer amigos aquí para luego querer irte, no es justo.--Aquello último qué dijo salió más bien como un sollozo, ella tenía una buena posición en la escuela, era una chica muy hermosa, y además amable, además ahí estaba su novio Peter, para él no fue nada fácil conquistar a aquella pelirroja, ¡Vaya, si qué tenía un corazón duro!

--Porqué si, quiero tranquilidad, y la ciudad no me la da.--esa simple respuesta hizo qué se enfureciera más.

--¡Mierda, siempre es lo qué tú necesitas!--Le gritó a su padre, nunca había dicho ninguna vulgaridad  delante de él, Hannah era muy educada.

--¡Cuida tu lenguaje! Y..¡Basta! Ya no se habla más de el el tema, nos vamos el miércoles, ¡no quiero escuchar nada más!--Con eso se encerró en su biblioteca, dejándola ahí con muchas cosas qué pensar.

Todo había cambiado cuando su madre murió, él había cambiado, era muy estricto, ella nunca podía salir con Peter en la noche porqué el se ponía como un loco, lo qué ella no sabía es qué, ahora qué ella era todo lo qué a él le quedaba, estaba solo, era su tesoro, y además a él le aterraba la idea de despertar un día y encontrarla muerta por algún ataque de su enfermedad, eran muchas cosas con las cuales lidiaba ese hombre.

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--¿Prometes qué la distancia no podrá con nosotros?--Le preguntaba Peter  Hannah, se encontraban en el frente de su casa a punto de irse, sus frentes estaban juntas.

Desde qué Finn le había prometido algo y no lo cumplió, ella dejó de creer en las promesas, es decir las persona qué fue más importante para ella le había fallado, desde ese entonces las promesas eran algo muy importante para ella, y hasta ese mismo instante que pensó en Finn no había reparado qué quizá lo volvería a ver, pero eso no la emocionó en lo absoluto.

--Lo prometo, Peter.--Hannah le regalo una hermosa sonrisa, de esas qué la caracteriza, Hannah era una persona tan buena, pero eso sí, ella tenía un carácter muy fuerte.

--Te amo.--Le dijo Peter dándole un abrazo, Hannah aspiro por última vez su aroma, admiro lo bonito qué era su novio, tenía unos ojos verdes, cabello enrulado y castaño mientras qué sus mejillas siempre estaban sonrojadas.

--Yo también.

Se metió dentro de el auto y no le dirigió la palabra a su padre en casi todo el camino, quizá él tenía algo de pesar a lo qué dijo:

--¿Quieres qué te compre un helado cuando lleguemos?--Hannah era fanática de el helado, pero el hecho de qué él pensara qué todo se iba a arreglar con un helado le molesto.

--¿Crees qué aún tengo cinco años?--le espetó.

--No...y-..--Este fue interrumpido por ella.

--Déjalo, papá.--Y sin más volteo a ver por la ventana.

Él no dijo nada más, sabía qué su hija estaba dolida.

Ese lugar tanto a él como a ella les traían malos recuerdos, por eso no entendía porqué él quería volver ahí.

Cuando llegaron a su antiguo hogar, bajaron las cosas, el lugar estaba igual que hace seis años, cuando lo dejo.

Acomodaron algunas cosas, después mañana terminarían, estaban cansados y hambrientos.

--Sé qué te preguntaras por qué hemos venido aquí.--Su padre rompió el silencio.

No dijo nada, solo le dio una mirada para qué continuara.

--El padre de Finn ha muerto.

Y esas seis palabras la impactaron, ¿Qué?

--¿Qué has dicho?--pareció reaccionar

--Tumor cancerígeno en los órganos, cuando se dieron cuenta de lo sucedido ya era muy tarde, los tratamientos no bastaron, era mi amigo de mucho tiempo, y quiero estar para apoyar a Mary y a Finn, y creo qué tu también, ustedes dos eran muy unidos antes de irnos de aquí, esto...esto no será por mucho, ¿sí? Solo quiero apoyarlos, nosotros no tuvimos a nadie cuando tu madre nos dejó.

Y ella lo abrazó, haciéndole entender que todo estaba bien.

En la noche, después de la cena, Hannah salió al porche, tenía intenciones de ir a la casa de Finn, pero era extraño, ¿qué debería de hacer? Es decir no lo ha visto por mucho tiempo.
Se preguntó como lucía físicamente.
Ella vestía un bonito vestido blanco qué resaltaba el color blanco de su piel y su cabello Lucía más rojo qué nunca.

Es gracioso, porqué antes uno iba a casa de el otro sin anticipación, camino un poco más hacia la casa de Finn, tenía la esperanza de verlo ahí, aunque eso era casi imposible porqué era muy tarde.

Localizó a dos cuerpos en el frente de Finn, estaban al lado de una moto, eran....un chico y una chica, se estaba besando, decidió irse ya qué era un momento muy privado y antes de preguntarse quiénes eran, logró ver sus rulos....

Mierda.

Un recuerdo golpeo la mente de la pelirroja.

Finn dándole el primer beso de su vida.

Ahí entendió algo, ella ya no era importante para Finn, y le dolió, le dolió como las primeras semanas qué el nunca llamo.

DESPUES DE ELLA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora