C A P I T U L O C U A T R O

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Capítulo cuatro.

Dos días habían pasado desde qué crucé por segunda vez palabra con Finn, ayer me lo topé en el pasillo pero no me dirigió palabra alguna, Finn ahora es una persona bastante rara a decir verdad, pero yo no tenía por qué soportar sus cambios de humor.

Como de costumbre en la última semana Michael está en mi casillero para darme los buenos días los cuales le respondo amablemente, veo a Finn pasar junto a Lucas y muevo mi cabeza en cuestión de saludo para el moreno el cual me responde con una sonrisa.

El timbre sonó indicando qué era hora de entrar a la primera clase, me despedí de Michael.
Al despedirme de el castaño encamine a el salón, pero siento un ligero agarre a mi brazo lo cual me alarmó porqué esta persona qué me tomo me metió dentro de el cuarto de limpieza.

--Te dije qué Michael no es bueno para ti.--La voz de Finn resonó en el pequeño cuarto.

--Deja de meterte en mi vida, Finn.--Contesto tajante dispuesta a salir de aquel lugar pues llegaría tarde.

--No me estoy metiendo en tu maldita vida porqué a fin de cuentas no me interesa solo te estoy advirtiendo para qué después  no te arrepientas.--Me tomo de el brazo por segunda vez mientras me miraba sin ninguna emoción en su rostro.

--Yo no me estoy metiendo con nadie, Michael está siendo amable y solo  me da los buenos días.--le expliqué, sinceramente no sé porqué le daba explicaciones, solo quería dejarle todo claro para qué dejara ese tema.

Finn rodo los ojos cansado.

¡Dios! Qué irritable se volvió este chico, nunca he sido una persona violenta pero en este momento le quiero proporcionar otra bofetada.

--En fin, disfruta tu viaje a dirección.

Le doy una mirada confusa.

--Practicamente has perdido la primera clase así qué la maestra Suzie te mandara a dirección.--dijo como si lo qué acaba de decir fuese la cosa más obvia en el planeta, pensé qué esa era la última cosa qué diría pero no fue así, él continuó.-- Asi qué si no quieres sentarte en una estupida silla al rededor de una hora al frente de un viejo calvo dándote un discurso ridículamente estúpido, sal de aquí conmigo.

¡Qué invitación tan grosera!

--¿Contigo?

--Si, conmigo, y por favor ya no hagas más preguntas porqué eres muy irritable.

Respire hondo y lo segui, bien sabia qué lo qué estaba haciendo estaba mal, pero una parte de mi sabia qué con Finn no me pasaría nada, es decir en el fondo confiaba en él, habíamos pasado muchas cosas juntos, o tal vez en el qué confiaba era en em Finn de nueve años, no en este qué es un total grosero.

Escapamos sigilosamente de la escuela, sentía incomodidad de volverme a subir a su motocicleta.

--¿Piensas quedarte ahí parada?--Finn me dio una mirada cansada, si seguía así me iba a cansar muy rápido de su actitud.

--¿Y tú podrías dejar de ser tan grosero?--Le pregunte con un tono de voz cansada de su estúpida actitud.

--Oh, lo siento.--Por un momento pensé qué lo decía de verdad y que había sido amable, pero no-- ¿Acaso he herido un nervio, Hannah?-- me contestó con la mano en su pecho dramáticamente.

Esa fue la primera vez qué dijo mi nombre después de seis años.

No articule nada más y me subí, mis mejillas tornaron un color carmesí al colocar mis manos en su abdomen y apretarlo para no caerme.

DESPUES DE ELLA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora