Alguna vez te has preguntado, cual es tu propósito en la vida, o cual camino debo tomar. Pues esto le pasa a Steve Cortés, un joven de 21 años, quien se ha mudado recientemente a los Ángeles-California. Steve es un joven de buen parecer, con unos ojos grisáceos, con un cabello negro y lacio peinado hacia atrás, (y cabe destacar que su cabello normalmente se mantenía con un brillo natural) su piel posee una tonalidad clara, sus labios son de color miel, alto y con una nariz que cualquier modelo soñaría tener.
Steve tenía que adaptarse a un nuevo país, un nuevo idioma, una nueva escuela, nuevos amigos, nuevos vecinos y un sin números de cosas nuevas.
El cual se hace un poco difícil para el, debido a que siempre se había acostumbrado a las mismas personas que lo rodeaban.Y ahora se encuentra envuelto en un mundo totalmente diferente.
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El día de comienzo a clases. un día que todos los jóvenes de su edad esperan con ansias. Pero el no.
Se levantó sabiendo que ese día no iba a hacer nada bueno para el. Fue directamente a la ducha a darse un baño, el cual le afirmaba que su día no iba hacer nada bueno al sentir que el agua bajaba fría.
Bajo directamente al comedor, donde se encontraban sus padres con el desayuno ya hecho,
—Buenos días mama, buenos días papa—dijo Steve—como la pasaron anoche.
—Buenos días hijo—respondió su mamá mientras le sacaba su desayuno.
—la pasamos bien anoche—dijo su papa, al mismo momento que miro a su esposa con una sonrisa de alegría en su rostro.
Marta no pudo evitar soltar una pequeña risa, que inmediatamente bruno le siguió con una carcajada a medias.
—Si lo pude notar ya que no me dejaron dormir bien anoche—respondió el chico con seriedad en sus palabras.
—lo siento hijo no volverá a pasar—respondió el papa con una sonrisa a medias en su cara—trataremos de hacer menos ruido para la próxima.
—Gracias por su compren...—respondió el chico,pero un sonido fuera de la casa no lo dejo terminar.
Le sonaba familiar, pero que era eso? es... es... ¡EL AUTOBÚS¡
Corrió rápidamente a buscar su mochila e irse. se despidió rápidamente de sus padres.
Se paró un minuto a buscar su billetera en la sala y emprendió su carrera hacia el autobús.
Pero se detuvo al darse cuenta que el autobús se había ido sin él. otra vez volvió a pensar en lo malo que iba hacer su día.
Decidió tomar un taxi hasta la escuela. pero el todavía seguía pensando en lo malo que iba hacer su día.
Así que escogió la opción de cerrar los ojos y ponerse a escuchar música en vez de seguir deprimiéndose. Puso su canción favorita (believer-imagine dragons).
Pero algo hizo que todo su mundo se detuviera al abrir sus ojos. vio a una chica como nunca antes había visto. una chica con cabello negro, largo y rizado, con unos ojos verdes como las hojas de los árboles, con una tonalidad de piel mediterráneo, por lo que se veía, parecía ser un tanto pequeña, pero su edad, parecía ser similar a la de él, un tanto delgada.
La joven parecía estar escuchando música al igual que él y por el mover de sus labios parecía estar escuchando algún tipo de balada.
Por un segundo pensaba que era alguna de esas personas que dicen que deben ser hijas de los Dioses.
Pero de un momento a otro el carro donde ella iba, adelantó al carro donde él iba.
Sus ojos no podían dejar de observar ese carro en donde iba la muchacha no quería perderle de vista.
Pero por cosas del destino, el carro se alejó demasiado del de el.
Por un momento pensó que su día ya iba mejorando, que las cosas que le habían pasado a él no eran nada similares para ese momento él había vivido.
El joven todavía seguía escuchando música y sin dejar de pensar en aquella chica que había visto.
Pero algo cruzó por su cabeza que hiciera que él dejara de pensar en la chica. recordó hacia donde iba, al mirar su reloj, (que por como se veía, parecía de oro, con un tinte de plata en los bordes), que marcaba las 8:02.
No podía pensar que iba a llegar tarde en su primer día, en su nueva escuela. sabía que ya había comenzado su mala suerte otra vez.
Pero aun así, con esa preocupación en su mente de que iba a llegar tarde, no dejaba de pensar en esa chica del carro.
—Disculpe, chófer cuánto falta por llegar?—pregunto Steve con preocupación.
—Solo unos cuantos minutos—respondió el chófer con mucha serenidad.
—Podría decirme como llego?
—Solo tienes que doblar en esa esquina y seguir caminando hasta el final de la calle. Pero claro, ponerse a correr desde aquí hasta allá solo lo haría un ...—pero un sonido de la puerta trasera lo interrumpió.
Steve salió disparado como un rayo y le tiro el dinero al chófer en la parte trasera. ni siquiera se había parado a contarlo, solo saco la billetera y le tiro las primeras papeletas agarro.
El joven comenzó a correr calle por calle, chocando con todas las personas que por allí se encontraban.
No se paraba en ningún semáforo que estuviese en rojo, sino que solamente corría y corría y evadía carros y seguía corriendo.
Al doblar la esquina, se encontró con una gran sorpresa, se dio cuenta que todavía le faltaba por correr el triple de lo que ya había corrido.
Así que no lo pensó dos veces para seguir corriendo y seguir chocando con todas esas personas que se encontraban en su camino.
Cuando llegó al final de la calle, miró su reloj esta vez marcaba las 8:10.
Solo le había tomado 8 minutos correr desde donde estaba hasta la escuela.
Se asombro al ver la escuela de lo grande que era y todos los árboles que la rodeaban. pero algo que su corazón palpitara rápido al mirar hacia las escaleras.
Vio a una mujer pasada de edad, tenía como algunos 60 años, con la piel pálida, cabello corto y unos ojos oscuros.
La mujer se encontraba con lo brazos cruzados, como si estuviera enojada con alguien.
Pero una voz lo sacó de sus pensamientos, al escuchar a esa mujer mencionar su nombre.
—Steve Cortés , cierto?
