Capítulo 2

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Pasó bastante tiempo 4 meses para ser exactos, la llamé me encontraba muy nervioso, tartamudeaba, ella reía y entre lo que se puede resumir de aquella charla decidimos juntarnos en el parque O’Higgins, volvería a verla después del gran rescate del héroe Ryne, la junta era a las 18:00 horas, para poder disfrutar del paseo nocturno y del otoño que ya se estaba asomando en algunos árboles, así que le pedí a una señora bastante amigable que era como una abuela para mí que me cediera su baño por un rato para poder asearme y estar presentable, ella me la cedió e incluso me prestó un traje de su difunto marido, obviamente me sentí mal por usar algo que debería ser preciado para ella y me negué rotundamente pero con lo que me dijo no tuve nada más para rebatir.

-Esto lo usó en nuestra primera cita y permanecimos juntos por más de 30 años después de eso y ahora que te veo con la cara embobada igual que la de él, no crees que esto serviría un poquito.

Eso me bastó para vestirme como él, era gordito igual que yo, así que me quedó perfecto como si lo hubieran hecho para mí desde hace mucho tiempo, me sentía feliz ya que la volvería a ver, esa persona que me hizo humano con tan solo abrazarme, maldito amor quizás me llega por periodos como regla femenina pero no tan grave. Recuerdo que el cielo estaba anaranjado, el sol estaba ocultándose por el horizonte y que llegué 10 minutos tarde a mi primera cita pero allí se encontraba, Sunny, nunca había visto a alguien tan radiante, ella con su pelo negro liso y suelto, altura promedio (1,72), de tez blanca,  mejillas rosadas pero pasaba desapercibido aquello, labios rojos, -que hermosos labios en mi mente ya me había aproximado hacia ella para besarlos, lentamente nos uníamos mirándonos fijamente a los ojos- sus ojos verdes que me inundaron en mis más “húmedos” sueños y a quién no le gustaría mirar tan de cerca un par de ojos verdes de la chica o chico que les gusta.

-Ryne, hola. Me sonrió, me sacó de mis fantasías

-Hola ¿cómo has estado?

-Mejor al menos nadie me sigue.

-De eso no estaría tan seguro, sabes.

-¿Cómo? No entiendo a qué te refieres.

-Yo te seguiré hasta el fin de los tiempos, de ahora en adelante.

Era raro que estuviera diciendo eso siendo que nos hemos visto contando esta solo dos veces y esta era la primera formal, tuve que haberle parecido un psicópata y si me veía así, quería ser el mejor

-Jajaja que eres loco.

-Loco por ti. Nos sonreímos

-Bueno Mr. Ryne dígame cómo es que tiene poderes, donde vive, de dónde viene, cuénteme sobre usted.

-Bueno, soy chileno, vivo en un callejón en la calle hm…no recuerdo cual pero sé llegar, está cerca de los buses Ahumada, tengo 18 años, no tengo familia ni recuerdos de mi pasado solo que un día aparecí aquí con esta ropa, bueno no precisamente está sino la que me viste el otro día y este mp3 con lo que hago la magia.

-Oh…

-No te preocupes, se cuidarme…cuéntame sobre ti

-Bueno, yo soy Yumbel, tengo 25 años, trabajo en…hm…enseño medicina en una universidad privada que no es muy conocida, se llama…

Así estuvimos bastante tiempo la hora pasó volando –típico de cuándo uno se está entreteniendo- y dijo que me llamaría que estaríamos en contacto, que le gustaría seguir viéndonos, le creí.

Llegué feliz a la casa de mi “abuela” para devolverle el atuendo diciéndole que en verdad había sido útil, le agradecí desde lo más profundo de mi corazón.

-Yo sabía que no eras tan frío como aparentas, solo necesitas estímulos.

Me despedí de ella, llegue a mi “dulce hogar”, tomé las frazadas, me arropé en el colchón que esa noche estaba más blanda que nunca como para dormir toda una vida –que era lo que hacía mayoritariamente del tiempo- apagué el mp3, me acomodé y me dormí.

Sentí que habían pasado solo unos minutos cuando sentí que me pinché con algo, entreabrí los ojos y veo que unos sujetos me llevaban en una camilla y uno de ellos me estaba inyectando una sustancia amarilla media verdosa.

-Rápido, debemos hacer todo antes que despierte.

-Abran paso, abran paso.

Seguimos puerta tras puerta, me comencé a marear y desperté un rato más tarde, seguía en esa especie de hospital o clínica revisaba todo el cuarto, seguía con agujas en ambos brazos mis venas se marcaban, ingresa un viejo de bata.

-Mr. Ryne, espero que esté tranquilo ante esta situación.

-Drogado quién no.

-Veo que despertó con humor Mr. Ryne, bueno le contaré, usted es un ser buscado por muchas empresas, nosotros somos una de ella y como se habrá dado cuenta nosotros lo hayamos primero y le estamos aplicando un suero especial, con la que liberará su verdadero poder.

-¿ah? ¿De qué demonios me están hablando? Aún no recobraba todos mis sentidos así que no entendía mucho la situación.

-Sabemos que puede volar, que tiene súper fuerza entre otras habilidades que no ha podido hacer porque no las ha entrenado pero con este suero saldrán cuándo usted quiera, Mr. Ryne.

-Pero qué…no quiero esto, quiero ser normal, quiero ser un humano como el resto. Traté de levantarme pero no podía concentrarme.

-Usted no es humano Mr. Ryne por lo que nunca será lo que usted quiera.

-…Déjeme…entonces…proteger a la persona que quiero…

-Está bien pero le digo como consejo…no confíe en ella, saldrá lastimado.

-Qué vas a saber tú de ella.

-Todos conocen a Sunny, menos usted Mr. Ryne

Tomó su celular y llamo a la asistente diciendo que me dieran un litro de esa cosa cada hora y que me llevaran a donde –ella- sabía. El doctor se retiró

Entraron más asistentes que me tomaron por los brazos

-¿A dónde me llevan?- Grité con todas mis fuerzas pero aquel viejo que me había dado un poco de información no regresó y caí dormido debido a que aumentaron la dosis del líquido.

Para cuando desperté definitivamente, me levanté abruptamente creyendo que aún estaba en esa pieza pero no, estaba en una habitación bien decorada todo con la última tecnología, revisé los baños, la sala de estar, piezas y nada, estaba solo yo, me puse mi atuendo tradicional y miré por la ventana, el paisaje que miré no era normal, estaban las flores y árboles en su punto ideal era primavera -pero cómo si estaba iniciando el otoño-, revisé por otra ventana para observar con más detalles el lugar y al fondo de una larga calle atravesada por un río se encontraba una torre que se me hacía familiar, me devolví a la cama –tal vez es un sueño- me dije, antes de cerrar los ojos se me ocurrió revisar el velador, había una carta que decía: “Bienvenido a París, Mr. Ryne”.

Quedé completamente desencajado. ¿Pero en que mierda estoy metido?

Un hombre en particular.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora