0 1: W H O ?

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Marzo.

El corazón de Jeongguk latía con rapidez, los aplausos y gritos de sus amigos y familia eran lo único que podían captar sus oídos, mientras que sus ojos eran testigos del ser que más amaba en el mundo, sus mejillas rosadas y sus ojitos llenos de lágrimas tan solo aumentaron las ganas de besarlo, porque ahora sería su esposo, ahora era su prometido y no podía estar más feliz por ello.
Sonrió enternecido, acercando al más bajito y uniendo sus labios, no importaba nada en ese momento, incluso si estaban rodeados de gente festejando, para Jeongguk siempre eran ellos dos.

Después de unos segundos su hermana apareció, Jihyo los había separado entre risas, diciendo que después podrían festejar a solas y hacer todo lo que tenían planeado.

—¡Ah, realmente me alegra que seas tú! —chilló la mayor abrazando a ambos—¿Sabes cuántas horas estuve escuchando como recitaba lo que te diría? —rodó los ojos, provocando que el prometido de su hermano riera —¡Y ni siquiera dijo todo lo que ensayó!

—¿Es así? —rió —A mí me pareció todo perfecto.

—Fue asquerosamente adorable, no lo negaré. —miró a su hermano —Felicidades Gguk, no sabes lo orgullosa que me haces sentir.

Jeongguk sintió un nudo en su garganta al ver las lágrimas de su hermana acumularse, lo cierto es que nunca hablaba de Jihyo sobre todo lo que tuvieron que pasar, para ninguno era fácil recordarlo.
Jihyo tenía 19 cuando sus padres habían fallecido, Jeongguk tan solo era un niño de 11 años que lloraba al ver a su hermana intentando sacarlo adelante, dejó la escuela, se aisló de sus amigas y cada sueño que le había compartido término por quebrarse, todo por él, Jeongguk estaba realmente agradecido con Jihyo, por asumir roles que no le correspondían y por partirse la espalda evitando que se hundiera, todo lo que había logrado a lo largo de su vida era por ella.

—Hey, no me mires así. —sonrió, limpiando el rastro de lágrimas. —Creciste bien y estoy realmente feliz por ello. 

Jeongguk sonrió antes de envolver a la mujer entre sus brazos. Jihyo era su hermana, su mejor amiga, su protectora y mucho más.

Cuando Jeongguk tenía 15 había lastimado tanto a su hermana, el resentimiento de haber perdido a su padres era descargado con la persona que menos lo merecía. Recuerda haberle gritado a Jihyo que lo dejara en paz, que dejara de actuar como una falsa madre porque ella nunca sería como lo había sido su mamá, Jihyo lloró toda la noche porque eso era verdad, Jihyo siempre sería su hermana, mas no su madre. Jeongguk la observó escondido detrás de la puerta, recuerda como SeokJin había llegado minutos después, estuvo junto a ella en todo momento sosteniéndola,  mientras que Jeongguk se arrepentía de todo y lo miraba horrorizado pero incluso así, su rebeldía había sido mayor. Comenzó a frecuentar personas que no eran buenas para un niño de 15, comenzó a tomar e incluso fumar, había días que escapaba de la escuela e iba con esos chicos, entre ese circulo estaba su actual amigo, Hoseok.
Probablemente era el único que lo había protegido indirectamente, el único que podría valer la pena acercarse a fondo, el Hoseok de ahora con el de hace 13 años no tenían similitud.

Recuerda haber estado tan perdido en el alcohol junto a Hoseok, ambos se habían estado separando de aquellas amistades turbias y se encerraron en un círculo igual de oscuro. En una de esas noches donde ninguno de los dos podía mantener el equilibrio apareció un ángel para Jeongguk. Un chico de mejillas rechonchas, bajito de estatura, con el cabello desordenado y ropa inmensa que estaba en busca de su problemático primo.
No supo si su pequeño carácter mandón y controlador junto con esa carita delicada y adorable lo había cautivado o si había sido por ser el primero en preocuparse por el verdaderamente.

Kill me → JJK + PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora