Epílogo

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Días después todo había vuelto a la normalidad en la ciudad de Beacon Hills, aunque la noticia de que uno de los estudiantes había fallecido aun seguía latente, la gente ya no la miraba todo el tiempo esperando a que se rompiera.

Incluso podía sonreír y fingir que estaba bien, cuando dentro de si su corazón se agrietaba ante la idea de lo que había sucedido.

Si tuviera que decir lo más duro, desde la muerte de Jackson, fue saber que el había creído que nunca seria visto como un héroe, incluso cuando murió como uno.

"Nunca creí que seria de los buenos de todas formas"

El día anterior había cumplido una promesa que le había hecho a Jackson, sus padres adoptivos merecían saber lo que su hijo había querido decirles...pero a pesar de que me detuve frente a la puerta y alce mi mano, no pude darles la cara. No pude mirarlos a los ojos para decírselo,    y como cobarde, había intentado deslizar una nota por debajo de la puerta cuando esta se había abierto.

Los ojos enrojecidos de la señora Whittemore me habían mirado, tan desolados y desgarradores, que simplemente tuve que decirle lo que tenía que decirle: Su hijo quería que le dijera que la quería. Luego d eso, la Señora Whittemore había roto a llorar y la había abrazado, entre tanto dolor, Lydia había visto al Señor Whittemore abrazarla.

Al llegar a su casa, en la soledad de su habitación, por fin había aceptado lo que había estado negándose a creer desde que ocurrió...

Jackson estaba muerto

Y solo en los consoladores brazos de su madre, se había permitido llorar.

Ahora, estaba sentada a unos metros de Stiles y Malia, y más allá, Scott con Allison, quienes mantenían una distancia, como si eso pudiera camuflar el saber que aun tenían sentimientos por el otro.

Suspiro.

Todavía se dormía llorando y se despertaba llorando, y todavía dolía...bastante. Pero había momentos, donde dolía menos. A veces, podía pensar en la muerte de Jackson, en sus últimas palabras y no echarse a llorar o querer gritar. A veces podía incluso estar "bien" y ni siquiera dolía...tanto. Sabia que nunca volvería a ser como era antes, sabia que jamás volvería a ver al chico engreído que la había invitado a bailar en aquella fiesta, o el chico que el regalo la cadena de la llave, pero sabia que la vida seguía, incluso si ella no estaba incluida. Su madre le había dicho:

Cuando Jason murió, creí que no podría superarlo. Me refugie tanto en mi dolor, que olvide que tenía aun otra hija viva. Tu padre y yo, ambos, estamos escondiéndonos de la idea de que uno de nuestros hijos había muerto, pero nos habíamos olvidado de que teníamos a alguien más para superar el dolor. No todos los días duelen, no todas las respiraciones duelen...tal vez, eso es lo único que realmente podamos pedir.

Miro a la pizarra, con letra imprenta estaba escrito, con una caligrafía perfecta: "Una narración de un sueño no puede transmitir (...) esa idea de verse atrapado en lo inconcebible que es la esencia  misma de los sueños..."

Reconocía la frase, pero su mente no podía dejar de viajar a esa noche, una y otra vez, como una hoja zarandeada por la corriente, se vio nuevamente en esa noche.

Las suplicas, los gritos, ella pidiéndole a Scott que salve a Jackson, el no haciéndole caso, Jackson cayendo al suelo por el disparo, sangre, dolor, despedidas. Entre todo eso, pudo oír la voz de Gerard, casi en sus últimos momentos, únicamente audible para ella.

«Esto recien ha comenzado, lo que sabes, es una mentira. Debes recordar para saber la verdad.»

Había pasado varios días intentando entender el significado de esa frase sabia que las respuestas residían en Eichen House, en ese collar y en los Hale. Ahora tenía más preguntas que respuestas y no parecía ayudar el hecho de que Érica hubiera desaparecido.

Deaton les había advertido que las cosas que habían hecho, había alterado el otro lado, el haber traído a Stiles había traído consecuencias, una clase de oscuridad, algo que atraería a lo sobrenatural.

Así que cuando semanas después habían encontrado a Érica atada en un árbol, con la garganta cortada, ellos habían empezado a sospechar que algo más estaba involucrado.

La policía creía que era un asesino en serie.

Pero ellos sabían que había algo más allí afuera, y que quien lo hubiera hecho, había enviado un mensaje.

Érica no era la primera.

Ni tampoco la última.

Habría muchas más.

Y era su trabajo encontrar al que estaba haciendo eso, antes de que fuera demasiado tarde. Incluso si significaba hacer sacrificios en el camino.

La puerta se abrió y el director entro, sacándola de sus pensamientos. Seguramente era el anuncio sobre que debían de tener cuidado y que siempre estuvieran en grupo.

Pero no fue así, junto a el había una chica, cabellos negros, asiática, ojos oscuros. Lydia la miro detenidamente, reconociendo que había algo en ella demasiado...extraño.

—Estudiantes, les presento a Kira Yukimura, ella será la nueva estudiante— dijo este, su voz sonando fuerte y clara—Espero que sepan darle la bienvenida.

Todos asintieron y Lydia capto la mirada de Scott, preocupación, la última vez que habían tenido a una chica nueva, había sido Allison.

Y había sido por venganza.

Así que, ¿Cuáles eran los motivos de que los Yukimura hubieran decidido mudarse a Beacon Halls?

Sin detenerse a pensar que seria extraño, Lydia clavo su vista en la chica, y esta, al sentir una mirada, se volteo.

Sus ojos se conectaron, y a pesar de que lo intento, no pudo ver rastro de maldad...aunque tampoco lo había visto en Allison o en los Argent. Solo, tendrían que tener cuidado con esa chica.

—Alumna Martin—dijo la profesora

Ella alzo la vista hacia la señorita Blake, era su nueva profesora de Ingles, aparentemente. Cabello café y ojos oscuros, parecía simpática en cierta manera, aunque cuando pudo ir más allá, parecía haber algo casi letal en su mirada.

— ¿Si? —pregunto

—Le pregunte si sabía a que libro pertenece la cita que acabo de mencionar—le dijo la profesora.

Lydia apretó un momento los labios

— ¿Podría repetirla? —pregunto

Esta asintió

El horizonte se le prohibió por un banco negro de nubes  y la vida fluvial tranquila que lleva a los extremos confines de la tierra, fluía sombría bajo un cielo cubierto que parecía llevar hasta el corazón de una inmensa oscuridad—la recito de memoria.

Lydia dudo un momento, buscando entre el tumulto de pensamientos, de donde era que conocía la frase. Y luego de unos segundos, dio con el titulo.

—Corazón de Tinieblas—le dijo—de Joseph Conrad

Jennifer Blake asintió,  no parecía realmente sorprendida por eso. Aunque pocos hubieran sabido el titulo del libro.

—No se distraiga la próxima vez

Lydia asintió. Aunque volvió a distraerse al instante, había leído a Joseph Conrad en su tiempo en Eichen House, y eso   solo lograba recordarle que debía de regresar allí para conseguir ese collar.

Pero esas no eran sus únicas preocupaciones, los últimos días, había tenido sueños...veía cosas en la noche, cosas aterradoras.

Veía a Scott, con sangre manchando su rostro, sus ojos resplandeciendo de un rojo fuego. A Stiles, recostado en un frio suelo de hormigon, su piel de un tono gris de muerte.

También a Allison luchar, intentando abrirse paso entre un montón de criaturas, pero lo peor, es que se veía a ella misma de pie junto a un montón de cuerpos.

Quería creer que eran únicamente pesadillas, pero una parte de ella sabia que era una mentira.

No eran pesadillas.

Era algo que estaba por suceder.

Había visto morir a sus amigos y a la gente que quería, y podía jurarse, de que estarían preparados para lo que estaba por venir.

Dispara | Teen Wolf #3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora