Capítulo 2 Guardianes de Piso Parte 2

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Un total de 50 soldados cabalgaban a través de los pastizales. Cada uno de ellos era musculoso, vigoroso y llamaba la atención. Estos hombres solo podían ser descritos con la palabra "robustos". Incluso vestidos en armadura, uno podría ver los músculos debajo.

Un hombre, de alrededor de 30 años, de piel bronceada por la exposición al sol, cabello corto, ojos negros y afilados como una espada, miró al hombre detrás suyo.
"Capitán, nos acercamos a la primera aldea en nuestra ruta."

"Sí, es verdad, Teniente."

Gazef Stronoff, un orgulloso guerrero del Reino de Re-Estize, todavía no ha visto ninguna de las aldeas.

Suprimiendo la ansiedad que sentía, Gazef rogaba que su caballo mantenga un paso constante. Aunque la velocidad actual no debería cansar al caballo, tenía que tener en cuenta que venían cabalgando desde la capital. Subrepticiamente, el cansancio se acumula poco a poco y penetraba el cuerpo. Incluso un caballo estaría cansado luego del largo viaje por lo que no podía permitirse cansar más al caballo.

"Espero que nada haya pasado."

Las palabras del teniente tenían un aire de inquietud. Gazef compartía el mismo pensamiento. El rey, quien ordeno el viaje, le rogó a Gazef que investigue los avistamientos de Caballeros Imperiales cerca al borde del Reino. Si encontrara a algunos, Gazef debía someterlos rápidamente.

Inicialmente, como su objetivo se encontraba a las afueras de la ciudad de E-Rantel, mandar tropas desde ahí sería más rápido. Sin embargo, considerando que los Caballeros Imperiales del enemigo estaban bien armados y entrenados, hacer eso no era razonable.
En Re-Estize, los únicos que podían ser rivales para los Caballeros Imperiales eran los soldados bajo el mando de Gazef. Como tal, la tarea de reprimir las incursiones de los soldados imperiales cayó sobre los hombros del legítimamente frustrado Gazef.

Uno hubiera podido movilizar soldados para proteger las aldeas antes de que llegara Gazef, y hacerlo sería suficiente para resistir los ataques, dándole más tiempo a Gazef. Y aunque habían un millar de otros posibles métodos de resistir los ataques, no se había hecho nada...no, lo que pasa es que nadie podía hacer nada.

Gazef, sabiendo exactamente el porqué de esa situación, se encontraba intranquilo. Trataba de calmarse pero sus manos sostenían fuertemente las riendas de su caballo. Ciertamente era difícil suprimir la ardiente sensación que atormentaba su corazón.

"Capitán, es inconcebible que nadie iniciara una búsqueda antes de que nosotros llegáramos. No sólo eso, por qué no enviaron a nadie más además que nosotros? Por ejemplo, pudieron contratar aventureros. Ellos también hubieran podido buscar a los Caballeros Imperiales. Por qué no se hiso nada así?"

"...Detente Teniente, si aparecieran Caballeros Imperiales en los territorios del Reino a plena luz del día, la situación sería mucho peor."

"Capitán, no hay nadie cerca nuestro. Espero que pueda decirme la verdad."

El Teniente, mostrando una sonrisa burlona llena de malicia, dijo con desdén:

"Es debido a los nobles, correcto?"

Gazef no respondió, porque era la verdad.

"Esos malditos nobles se atreven a usar la vida de las personas como herramienta en sus juegos de poder! No solo eso, ya que este territorio está bajo el control del Rey, ellos no pueden perder la oportunidad de dejarlo en ridículo!.

".....No todos los nobles piensan de esa manera."

"Tal vez el Capitán tenga razón, existen nobles que viven por el bien de la gente, y un ejemplo es la Princesa Dorada. Sin embargo son muy pocos y distantes entre sí... Si sólo pudiéramos centralizar el poder como el Emperador, entonces podríamos oponernos a esos malditos nobles por el bien de la gente, correcto?"

Overlord I: El rey no-muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora