Capítulo 5 Gobernante de la Muerte Parte 2

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Caminaba sobre el pasto al caer la noche. Las hermosas estrellas eran visibles cuando miraba al cielo.

Ainz estaba maravillado de ver este paisaje por segunda vez y caminaba en silencio en dirección al pueblo.
Se había excedido un poco.
Con Albedo a su lado, Ainz no podía actuar de forma muy débil. Un maestro debe tener cuidado de actuar como tal frente a sus subordinados. Aunque en esta ocasión se había excedido un poco, había hecho lo mejor que pudo para actuar su rol de maestro.
No sabía si había pasado la prueba, pero estaba bien si no había decepcionado a Albedo.
Ainz no podía ver la expresión de Albedo de “No hay duda, Ainz es demasiado genial. Fufufu” debajo del casco, así que no sabía lo que pensaba. Examinó las actividades del día.

"Pero Ainz-sama, porque salvo a Gazef?"
Por qué? Ainz no podía explicar lo que sintió entonces, así que trató de evitar la pregunta:
"Nosotros comenzamos este problema, así que nosotros debíamos ser los que lo terminen correcto?"
"Entonces por qué le regaló aquel ítem?"
"Es debido a los planes que tengo a futuro, nos será beneficioso si se lleva eso con él."
El ítem que Ainz le había regalado a Gazef era un ítem de efectivo de Yggdrasil, que el poseía en grandes cantidades. Tal vez no pudiera volver a obtenerlos en este mundo, pero no era una gran pérdida si se lo había dado a Gazef.

Ainz estaba contento de que el número de esos ítems se redujera de todas formas.
Debido a que era el premio de consolación de una máquina vendedora de capsulas de 500 yen, le recordaba a Ainz sobre sus antiguos días desperdiciados y empobrecidos. Luego de constantes intentos finalmente había obtenido el ítem mas raro de la máquina, pero uno de sus compañeros del pasado Yamaiko-san, lo obtuvo en el primer intento. El impacto de ese evento había dejado un trauma en el corazón de Ainz que todavía sentía.
Ainz pensó en deshacerse los premios de consolación en innumerables ocasiones, pero una vez que recordaba que cada una de esas cosas costaba 500 yen ...no podía hacerlo.
"No tendrá ningún efecto negativo en mí, no importa a donde vaya a parar ese ítem o si es usado alguna vez."
"...Dejar que yo me encargue hubiera sido la mejor forma correcto? Ainz-sama, usted no necesita actuar personalmente para ayudar a esas criaturas tan bajas...La gente que rodeaba a Gazef no eran problema, es por eso que propuse que Ainz-sama no necesitaba actuar en persona."

"Ya veo"
Ainz que no tenía un medidor de energía solo podía responder de ese modo.
En Yggdrasil, era posible juzgar la fuerza de un enemigo basado en su color o en su nombre. Después de todo, se podía confiar en información de camaradas o en guías en línea para determinar su nivel de poder.
Ainz no pudo evitar sentir nostalgia.
Si solo hubiera subido de nivel un poco en magia orientada a la información --Ainz sentía un poco de arrepentimiento. 
Por supuesto, no podría decir si lo hechizos podrían ser usados aquí o no, pero si se pudiera, ya no tendría la necesidad de ser cauteloso.

No había punto en lamentarse sobre las cosas que no tenían remedio, Ainz decidió cambiar el tema:
"...Conozco la fuerza de Albedo y confió en ti. Pero quiero que abandones esos pensamientos tan ingenuos, y tengas en mente que un enemigo mucho más fuerte podría presentarse en cualquier momento. Especialmente ahora que no estamos familiarizados con este mundo, necesitamos ser más cuidadosos...Es por eso que le permití a Gazef trabajar por nosotros."

" Ahora entiendo...él fue un peón que usó para ver que tan fuerte era el enemigo. Ese rol realmente le sienta bien a la débil raza humana."

No podía distinguir las emociones de debajo del casco, pero su voz era alegre como una flor en plena primavera.
Como un antiguo humano que ahora era un no-muerto, Ainz sentía ya por algún tiempo que a Albedo parecía no gustarle los humanos. Pero Ainz no se sentía triste o solitario debido a esto.
Pensaba que era correcto que las extrañas razas de la Gran Tumba de Nazarick sintieran este tipo de cosas.

"...Es correcto. No, no solo es eso. La gente que ha estaba bajo peligro mortal será muy agradecida con su salvador. Y los enemigos eran una unidad especial, los altos mandos de ese país no podrán causar problemas abiertamente sobre su desaparición. Es por eso que intervine."
"Ah..Era de esperarse de Ainz-sama, tener tanta previsión antes de capturar a esta gente, impresionante!"

Ainz se sentía orgulloso escuchando las alabanzas de Albedo. Haber pensado en un plan tan lógico y sin contradicción en tan poco tiempo, tal vez él tuviera un talento innato para ser un Overlord. Pero la voz temperamental de albedo llego a sus oídos:

"...Pero Ainz-sama, no había necesidad de que usted se soportara el golpe de los ángeles con su estimado cuerpo correcto?"

"Es así? Cuando llegamos al pueblo de Carne, verificamos que el alto grado de inmunidad física funcionaba normalmente."

"Sí, está en lo correcto. También lo vi con mis propios ojos. Pero no puedo permitir que esos ángeles de un nivel tan bajo atraviesen el cuerpo de Ainz-sama con sus espadas."
"Ya veo. Estas protegiéndome como un escudo, pero no pensé en eso desde tu perspectiva. Lo siento rea--"
"Incluso si no recibió daño, ninguna mujer podría soportar ver como espadas atraviesan el cuerpo de los que ella ama."

Ainz no sabía cómo responder en esta situación y silenciosamente la ignoro.
Continuando hacia el pueblo. Albedo no insistió por una respuesta y lo siguió en silencio.
En el momento que ambos entraron al pueblo, el Caballero de la Muerte y los pobladores los rodearon.
Aceptando la gratitud y los halagos de los pobladores, Ainz vio a la figura de Gazef entre ellos.
"Oh Sir Caballero Capitán, estoy contento de que se vea bien. Debí presentarme más temprano, pero el ítem que le di tomó tiempo en activarse, me disculpo por que casi no llego a tiempo."
"No hay necesidad de preocuparse, le estoy muy agradecido Sir. Me encuentro a salvo gracias a usted...Es verdad que pasó con aquello tipos?"
Dándose cuenta del cambio en Gazef, Ainz lo miró despreocupadamente.
Gazef se había quitado la armadura y no se había equipado ningún arma.
Su cara tenía moretones y la mitad de ella estaba hinchada, parecía una pelota sin forma.
Pero sus ojos todavía estaban llenos de vida.
Ainz desvió la mirada y vio algo brillante, su vista había caído sobre el anillo que llevaba Gazef en el dedo anular.
Estaba casado. Era estupendo que su esposa no tuviera que llorar su muerte. Ainz pensó con cuidado antes de comenzar su acto.
"Bueno, logré ahuyentarlos. No pude acabar con todos."

Esta era una mentira, los había mandado a todos a la Gran Tumba de Nazarick.
Gazef entrecerró los ojos por un momento, y los dos permanecieron en silencio. Un aire tenso podía sentirse entre los dos.
El que rompió el silencio fue Gazef:
"Eso fue sorprendente, no sé cómo podre pagarle Señor Gown. Por favor venga a visitarme si alguna vez viene a la capital del Reino, le daré una gran bienvenida."
"Ya veo...lo molestaré entonces."

"...Señor Gown, no sé qué planes tenga, pero estaría dispuesto a viajar con nosotros? Todavía nos quedaremos en este pueblo por algún tiempo mas."
"Ya veo. Estoy planeando en marcharme, pero mi destino todavía no está fijado."
"Ya es tarde, viajar ahora es un poco..."
Gazef pauso en este punto lo que iba a decir:
"Mis disculpas, innecesariamente me estoy preocupando por un hombre tan poderoso como es el Señor Gown. Si viene a la capital Imperial, por favor hágame una visita, mis puertas siempre estarán abiertas para usted. Además de eso, le estoy agradecido por entregarme un conjunto de armadura de los caballeros que atacaron este pueblo.”

Ainz asintió y juzgo que las cosas que tenía que hacer en este pueblo estaban hechas. Eventos inesperados aparecían a cada momento, sentía que se había quedado más de lo debido.

"Regresemos, Albedo."

Ainz habló en un todo suave que solo Albedo pudo oír. Ella inmediatamente asintió contenta mientras aun llevaba la armadura completa.

Overlord I: El rey no-muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora