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Me encontraba en un enorme bosque, grandes árboles me rodeaban.

El viento danzaba entre las ramas y las hojas caían a mí alrededor. Estaba caminando sin un rumbo fijo, escuchando el hermoso sonido del silencio.

Me sentía en paz estando aquí.

Varias brillantes esferas de luces flotaban a mí alrededor, pequeños susurros eran emitidos por aquellas luces, sonreía a todo lo que decían.

Sabía muy bien donde estaba, no era la primera vez que visitaba este sitio. El hermoso lugar que me fue otorgado por mi amada madre luna conjunto con mi don, el mismo en el cual se encontraban todas aquellas almas que había logrado ayudar a lo largo de todas las vidas terrenales que he tenido.

Todo era calma y tranquilidad, la libertad de caminar por aquí sin miedo al peligro era lo mejor que tenía, era mi espacio personal, uno que nadie sabía de su existencia.

Mantenía mis ojos cerrados con mi cara en dirección a la copa de mi árbol favorito, un enorme cerezo me cubría bajo su sombra.

Estaba de pie frente al árbol y la necesidad de estirar mi mano hacia al frente cada vez era más fuerte. Hice caso a mi instinto y lo hice, estiré mi mano. Pasaron unos cuantos segundos y mi brazo empezaba a cansarse pero algo me decía que aún no debía bajarla.

Esperé otro rato más hasta que sentí una calidez en la punta de mis dedos, luego en la palma de mi mano y por último a alguien tomándola con una fuerza estremecedora. Lejos de sentir miedo por aquel tacto me sentía tan calmado al saber quién era el provocador se esa sensación de electricidad que recorría desde mi mano hacia todo mi cuerpo.

El único miedo que sentía era abrir los ojos y que el volviera a desaparecer entre los árboles, como lo hacía cada vez que quería verlo.

Pequeñas lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas, siendo limpiadas por la mano del contrario. Un beso fue depositado en mi mejilla, odiaba cuando hacia eso porque sabía que era una sutil forma de despedida. Era momento de volver a mi maldita realidad, esa en la cual él ya no se encontraba a mi lado, pero tenía las esperanzas de volver a verlo.

Siempre era así...

La mañana había llegado fría y con aires de tristeza. Las ganas de seguir tumbado en mi cama eran inmensas, la idea de hacerlo no era tan mala y estaba dispuesto a seguir durmiendo.

Lastimosamente no pude hacerlo debido al incesante sonido del celular retumbar en mi oído.

Tomé el aparato y sin mirar la pantalla lo llevé directamente a mi oído

— ¿Se puede saber por qué diablos me llamas un sábado a las siete de la mañana?— Contesté enojado. Odiaba despertar antes de las 9 los fines de semana.

—Buenos días para ti también Jinnie hyung— Respondieron al otro lado entre pequeñas risillas

—Serás un maldito idiota, Kook. Sabes que odio que me despierten a esta hora

—Lo sé y lo siento. Pero realmente te necesito aquí ahora— Soltó con un tono preocupado

— ¿Qué sucedió?— Pregunté restregando mi cara con mi mano libre

—Encontramos un cuerpo de un omega joven, creemos que fue un asesinato y necesitamos tu ayuda para saber qué sucedió exactamente.

—Kookie, sabes que las cosas no funcionan así...

Fɪɴᴀʟʟʏ Fᴏᴜɴᴅ Yᴏᴜ || NJ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora