Capítulo 5: el último encuentro

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Un portazo, eso fue lo que escuchó Hyukjae mientras se preparaba para salir; sus padres habían peleado de nuevo. Desanimado bajó a la sala para consolar a su madre, pero grande fue la sorpresa de ver a su padre con las manos en la cabeza recargado en la mesa del comedor. Las crecientes crisis, derivadas de los problemas económicos habían transformado su hogar en un campo de batalla, un lugar inhabitable. Él había conseguido un trabajo a tiempo parcial con la finalidad de ayudar un poco, además estaba ahorrando para la universidad, pero a esas alturas de su vida dudaba mucho lograr siquiera pagar el examen de admisión. Suspiró con fuerza, nadie tenía realmente la culpa, pero eso no significaba que la carga era menor.

— Hyuk, ¿qué haces allí?— preguntó su padre cuando levantó la cara.

— ¿Y mamá?

— Debe estar en el pórtico— Suspiró.

— ¿Qué es esta vez?— preguntó Hyukjae.

— Nada realmente nuevo... ¿vas a salir?— preguntó su padre con una sonrisa fingida en el rostro.

— Iba a ir a un concierto, pero si quieren...

— Oh, que maravilla. Ya tiene algunos fines de semana que no sales, ¿verdad?

Lo peor de toda la situación era justamente eso, Hyukjae podía estar veinticuatro horas en su casa o fuera de ella y nadie notaba nada, sus padres se la pasaban todo el tiempo sumidos en lo que los acongojaba, las raras veces que platicaban solo servían para hablar de lo mal que estaba saliendo todo, pero cuando él preguntaba cosas en concreto, sus padres preferían callar. Parecía como si genuinamente creyeran que si no lo decían abiertamente, Hyukjae no se enteraria de nada, no obstante tampoco lo libraban de la carga de vivir en esa casa. Era absurdo, pero no podía juzgarlos porque ni siquiera entendía por qué actuaban así.

— En realidad...— intentó decir Hyukjae...

— Me voy a la cama, suerte con tu fiesta, me saludas a Junsu— dijo su padre y desapareció por el pasillo rumbo a su habitación. Junsu tenía más de seis meses que se había mudado.

—Hyuk, ¿te vas?— preguntó su madre desde la puerta

— Sí, aunque en realidad podría...—

— Despejate tú que puedes, pero recuerda que tienes cosas que hacer, no llegues tarde— repitió de manera rápida y desapareció en la cocina.

A la mierda, pensó Hyukjae y subió a su cuarto por el resto de sus cosas para marcharse.

En el camino a su destino una montaña de recuerdos comenzó a asaltarlo. Recordó cuando lo sacaron de las clases de arte porque era muy caro pagarlas, después de que a su padre le recortaron el sueldo. Recordó cuando despidieron a su madre del trabajo y todo se complicó más; recordó cuando tuvo que cambiar de escuela porque su padre había sido injustamente despedido; recordó cuando les dijo que quería estudiar arte y sólo lo miraron con lástima porque no podían pagarle la carrera; recordó cuando sus padres comenzaron a volverse más ausentes; cuando él pasó a segundo plano, cuando comenzaron las peleas...

De ir a un prestigiosos instituto en la escuela básica, terminó en una escuela media que cerró dos años más tarde de que se graduara, de que su padre le prometiera enseñarle a conducir, a tener que caminar largo tramos porque si tomaba el autobús tendría que gastar más dinero, de que su madre elogiara todos sus dibujos, a ignorarlo cada que lo encontraba pintando. De vivir una vida sencilla y plena, a vivir en el infierno de la crisis.

Por eso Hyukjae salía a correr todo el tiempo, entre más rápido iba sentía que el viento iba quitando poco a poco el peso que llevaba encima, hasta que se volvió un hábito: corría para llegar a la escuela, a su trabajo y de vuelta a casa, corría cuando pintaba paredes sin permiso, o cuando sus amigos desataban peleas callejeras, corria cuando la vida era demasiado para él y hasta ese momento le había funcionado.

Only x you [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora