LIMERENCIA

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↬ R E S I L I E N C I A ↫

─chicos, ha llegado una nueva alumna a nuestro aula, dejen que se presente y luego sigo con la clase, hagan silencio y el primero que diga alguna palabra fuera de contexto lo mandaré a dire...─

mi corazón empezó a bombear demasiado rápido, incluso creía que me demayaría en ese momento. no quería arruinarla y no hacer amigos en esta ocasión, y mi mente negativa no va a traicionarme. caminé hasta la pizarra mientras sentía todos los ojos clavados en mi igual que cuchillas, pensaba que era por mi cabello, no debí haberme teñido de color rosado, pero bueno, la vida es una sola, además se me ve de puta madre.

había un grupo de chicas que se notaban que eran las más populares del salón, me encantaban sus mini-faldas, tenían un estilo re único. en el extremo izquierdo se encontraba un grupo de "k-kpopers" que a simple vista se veían bastante tiernos, con su corte de hongo y sus oufits hermosos. por el final habían gamers, esos chicos que se quedan impregnados en los teléfonos y bueno, los tipos hormonales, de todo un poco, a simple vista me resultaba agradable este aula.

cuando llegué a hacia objetivo, tomé aire y les dediqué una sonrisa a todos, aunque podía deducir que a nadie le importaba mi llegada, negué con la cabeza, todos esperan a que me presente.

─¡hola!─ sentí que grité demasiado, tragué saliva e intenté calmarme. ─bueno, mi nombre es Daniela Ortiz, y pues, no tengo nada que decir que os interese, la verdad─

vamos chica, piensa algo.

─nací en España, pero siento que en Argentina fue realmente donde me crié, así que no os riáis si hablo dos idiomas a la vez.─ la clase soltó una risa y sentí que pude desenvolverme un poco.

─¿tienes novio?─ un chico del final habló con una sonrisa coqueta, ¿por qué el profesor no lo calló?, esa era una pregunta muy privada.

negué rotundamente con mi cabeza. ─soy media torta─

el grupo de chicas empezaron a hablar entre ellas, ahora sentí mi cuerpo tambalearse. vale, soy bastante extrovertida y sé como manejar ciertos casos, pero mi timidez en el ámbito de presentación es algo que nunca supe controlar.

el profesor me dijo que podía elegir un puesto, y bueno, entre el tipo que estaba incrustado en su teléfono igual que un parásito y el otro que estaba sonriendomede una manera extraña, opté por el gamer.

un chico de tez un morena, con el pelo rizado y castaño, a simple vista podría decir que no es tan alto, ocupaba absolutamente todo de adidas, pero le quedaba precioso ese conjunto, y cualquiera que me diga lo contrario se llevaba un puñetazo de mi parte.

─Hola, ¿qué haces?─ intenté sonar tranquila, parecía simpático el chico.

─nada que te importe.─ bueno, al parecer me equivoqué de expectativa.

fruncí el ceño, pero no cambié mi actitud. ─¿Estás de mal humor? disculpame, sólo quería conversar un poco─

─perdona, estaba subiendo una promoción importante─ bufó y apagó el móvil, yo chillé internamente. ─soy mateo, ¿tú?─

─venga, me acabo de presentar y tú ni cuenta te diste, que malo.─ hice un puchero y el rió, estaba claro que le importaba una mierda mi vida. ─me llamo Daniela, aunque siento que es un nombre muy largo, así que llámame dani.─

seguimos hablando de varios temas, desde cosas importantes como qué guarda el área 51 (bastante importante ese tema para nuestra vida), hasta conversaciones banales como los colores que muestran la felicidad. según él, el verde le pone bastante feliz, pero yo denego ese punto de vista completamente, el verde tiene parecido a un vomito.

─el amarillo es el más feliz, porque onda, el sol es amarillo─ hice un gesto con la mano, obviando mi respuesta.

Él iba a debatirme pero alguien le cortó su voz, era otro chico, que tenía su vista fija en mi, su rostro era algo serio, pareciera que se estaba enfadando conmigo.

─eh, boluda─ tocó mi hombro, yo lo miré y le dediqué una sonrisa ─el primer año está al lado de esta aula, dejá de ocupar mi puesto, que lo ensucias─

¿disculpa?

─Manuel, no seas idiota─ me giré al escuchar la voz de mateo ─está bien que estés de mal humor, pero no te descargues con ella, es re simpática la piba─

vi que el chico que tenía gorra bufó y se fue a sentar a otro lugar, mientras, yo me dediqué a mirarme en un espejo. ¿tan nena parezco?, yo me veo de dieciséis años, incluso más, él definitivamente estaba ciego.

el recreo se hizo presente y una ola de alumnos empujandose era el espectáculo que me habían dado para mi primer día de escuela, algo que nunca podría olvidar, puesto que tuve que esperar 30 minutos (aproximadamente, no traía un reloj conmigo) para que me sirvieran mi almuerzo.

miré toda la sala y visualicé a los de mi curso, para poder acercarme a ellos, y cuando llegué a ellos me apuntaron en un asiento que estaba vacío en su mesa.

─así que sos torta─ asentí mientras devoraba mi puré, nunca había probado algo más rico que esto. ─ché, ¿cómo lo hacen entre ustedes?─

rodé los ojos y paré un poco con mi comida. ─no lo sé, soy bastante virgen, desgraciadamente, pero siento que igual de bien a como se hace con los chicos─

─me gusta tu punto de vista─ una de las chicas populares me sonrió, dejando mostrar su pircing. ─¿y no te ha gustado ningún pibe?─

─pueeees...─ empecé a hacer memoria, pero al no recordar nada me encogi de hombros. ─me gustan sus características, pero de ahí a enamorarme, nunca─

─replik está acostumbrado a desacostumbrar a la gente─ mateo me guiñó un ojo. ─¿verdad?─

─cerrá la puta boca, pelotudo.─

─ dejá de decir groserías, el único pelotudo acá eres tú.─

y cuando vi que sus ojos me enterraban bajo siete metros en la tierra, supuse que era mi fin.

que gran comienzo.