LIMERENCIA

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↬E L O C U E N C I A↫

el celular era mi tesoro en estos momentos, los minutos empezaron a pasar lentos desde que pegué mi trasero en esta silla que se encontraba dentro de la heladería donde mi invitado me dijo que estaría hace media hora. ninguna llamada, ningún mensaje de manuel y ya me estaba empezando a comer la cabeza con tonta inseguridades, ni siquiera era una cita, ¿le costaba tanto ser un chico responsable?, al parecer sí.

desde lejos lo vi llegar un poco complicado, venía colocándose un gorro, escondiendo su cabellera, como siempre, mientras sus pasos iban aumentando, tal vez era porque notó que se había pasado de tiempo, mucho tiempo para ser exacta.

─llegaste un poco temprano─ me dió un beso en el cachete derecho y se sentó al frente mío, como si nada hubiese pasado. ─¿querés un helado?─

─quiero partirte la madre, sinceramente─ lo fulminé con la mirada.

─vaya, pensé que no decías groserías─ dejó el menú al costado y me miró con el ceño fruncido. ─¿pasó algo?, te ves enojada, nunca te he visto así, excepto cuando te quité el celular─

¿en serio lo pregunta?, vaya que es idiota.

─hace media deberías haber llegado manu, aparte de idiota, impuntual─ llamé a la mesera para que se acercara a nuestra mesa morada, muy linda por cierto. ─y ya tenemos algo de confianza para decirte que soy una pesada de mierda, pero me gusta mi estilo más amable─ hice comillas con mis dedos en la última palabra, porque era una exageración de adjetivo.

─te entiendo, a mi también me gusta, te hace ver más tierna─ me sonrió y sentí mi sangre hervir, primero llega tarde y luego empieza a decirme estupideces, chico más tonto que él es difícil de encontrar.

la chica que yo llamé llegó a nuestra mesa (por fin) y agarró su libreta. ─¿qué desean los novios?─

¿es joda?, le expliqué a la mesera su error y luego, con la cara de orto que traía, le pedi "amablemente" que nos sirviera unos helados simples, tampoco quería pagar algo tan caro, esta heladería parecía bastante cheta.

miré a Manuel como tomaba su celular y se sumergía como papas en aceite caliente, no sé que estaba haciendo, incluso pensé que estaba jugando, pero todas mis dudas fueron resueltas cuando su cámara me apuntó notablemente.

─eh, no me grabes que rompés la cámara por exceso de belleza─ coloqué la palma de mi mano en frente de su teléfono, tapando mi rostro del vídeo que estaba grabando, no había escogido ropa bonita, qué sentido tenía elegir un buen oufit si nos íbamos a ensuciar.

porque íbamos a jugar fútbol, claro.

─sos una aburrida, daniela─ rodó los ojos y guardó su teléfono, para ahora posar sus ojos castaños en mi. luego de unos segundos reaccionó, mirando hacia todos los lados como si el lugar no lo reconociera ─¿por qué estamos en una heladería si íbamos a jugar fútbol?─

sentí una roca golpearme la cabeza (no literalmente), lo que me había dicho era cierto, pero yo no tenía la culpa, así que me encogí de hombros. ─qué sé yo, tú me dijiste que nos juntaramos aquí, es problema tuyo─

─vámonos entonces─

─¿es joda?, acabamos de pedir nuestros helados─ miré a la camarera que mantenía su mirada en nuestra mesa mientras esperaba los helados, creo que éramos su primer cliente y no quería que nos fuéramos sin propina.

─no lo hemos pagado aún─ me miró desafiante y se levantó de la mesa, alertando a nuestra camarera que se acercaba a nosotros, yo sentí un miedo absurdo cuando me agarró la mano.