En la quinta estacion

5°

El consuelo suele ser un arma de doble filo que termina siendo el método mas soportable ante la aparente idea de soportar dolor, así como consuelas, necesitas que te consuelen y te apoyen en todo momento; porque aunque lo queramos admitir o no, el consuelo es solo la simple necesidad de sentirse querido cuando se siente que el mundo te abandona no solo a su merced sino también a la cruel realidad de estar realmente solo.

Ahí es cuando la gente busca refugio en cualquier lugar, en cualquier objeto y hasta en cualquier persona; porque sucede que esta sociedad le tiene miedo a estar solo, de sentirse solo y abandonado, esto tiene una explicación: Jamas nos han dejado solos; siempre hemos tenido a alguien que estará hay y contrario a tus deseos; nada es permanente y aun sabiéndolo, nos hacemos los sordos; aparentamos no escuchar.

Porque la humanidad se cree la mentira y nosotros no soportamos la mentira; ese es el hecho mas grave, lo que jamas tendremos y creemos tener; lo que jamas sabemos y creemos saber; lo que jamas viviremos y creemos vivir.

Por esto mismo acabe yo aquí, después de mi agotador y francamente espantoso discurso pareció ser que todo el ruido del mundo se hubiera silenciado y que este inquietante silencio estuviera preparándose para dar paso a la espantosa bomba de lo malo.

Mis luneth ya no sonaban, no escuchaba ni el menos zumbido; absolutamente nada, hay fue cuando entendí todos estos sentimientos, cuando entendí que en verdad siempre estaría sola y que siempre lo estuve; puesto que nadie sintió lo que yo sentí durante todos estos años; la soledad es algo a lo que se acostumbra un enfermo terminal. porque uno de los efectos de estar muriéndose es estar intensamente deprimida por ver el mundo tal cual es.

Puesto que la mayoría-por no decir toda- la gente solo reprime la realidad tratando y fallando desastrosamente en el intento de ocultar la fachada; tratar de crear su propia historia y a su gusto; tratar de camuflar su vida porque se pinta tan horrorosa que hasta a ellos mismos les cuesta admitir que no ha sido como quieren.

Esta noche es tal vez la mas larga, la mas desastrosa, la mas perdida y en la que mas a gusto me siento conmigo misma; con este cuerpo cancerígeno que no me dejara vivir; y aun asi, me siento feliz.

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Siempre me resultara un poco irritante el bullicio y el entrometido paso de las demás personas, pues jamas me lo he aguantado del todo.

Recorrí toda la zona mas turística de Washigton donde se encuentran tal vez la combinación mas espantosa de personas que he observado; gente de todo el mundo viene aquí y me resulta increíble ver como se ignoran metódicamente a sabiendas de que sienten mucha curiosidad unos de otros; entre esas yo.

Salí de mi casa muy temprano (a pesar de mis deseos de estar con mi papá) al rededor de las 6 de la mañana porque no quería tener que enfrentarme a mis padres y digo enfrentarme refiriéndome al hecho de tener que ver sus reacciones y sus ya posibles muchas tristezas.

Y se preguntaran porque he venido hasta aquí, bueno, resulto ser que hay mucho mas lió y enredijo del que se logra observar por encima en Andrew Mittherton.

Y es que sacando de mi todo mi instinto reportero pude encontrar demasiadas cosas sobre este peculiar individuo y lo que hace de el un emblema típico de tal vez lo mas escandaloso de todo Washigton.

Por esto mismo llegue metódicamente al famoso teatro Lincoln ubicado en lo mas prestigioso de Washigton. La puerta se mantiene cerrada pero se que allí atrás tal vez encuentre el pequeño tornillo suelto que le hace falta a esta gran maquina.

--Bienvenida al teatro internacional Lincoln, ¿en que le puedo ayudar?--La secretaria me mira desde mi cabello suelto hasta mis zapatillas deportivas de suela plana; tal parece ser que mis vaqueros de color negro, mi camisa manga larga blanca combinada insinuosamente con una bufanda atada ami cuello y una chaqueta formal negra no logra pasar desapercibida por los fríos ojos de esta misma.