Bajo una Estrella Fugaz (Camren)

Capítulo 24

Camila se despertó cuando los primeros rayos de sol cayeron en la habitación del hotel. Yacía completamente quieta, manteniendo los ojos cerrados. Por unos momentos, se permitió imaginarse que solo podía rodar, besar a Lauren para despertarla y hacerle el amor de nuevo.

Pero entonces la realidad se entrometió. No habían hecho el amor; habían tenido relaciones sexuales. Ahora se suponía que estaba fuera de sus sistemas, entonces ¿por qué quería a Lauren más que nunca? Su brillante plan había fracasado, al menos para ella. Por lo que sabía sobre la vida amorosa de Lauren, había tenido relaciones sexuales ocasionales antes. Tal vez esto no era un gran problema para ella.

En silencio, se dio la vuelta para mirarla.

La cama a su lado estaba vacía. Su bata estaba sentada a los pies de la cama, cuidadosamente doblada, con un pedazo de papel encima.

Con las manos temblando, ella alcanzó la nota.

                                                 Fui al gimnasio Te veré para desayunar a las ocho.                                                                                                                  ¿Puedes traer nuestras notas?

                                                                                      Gracias,

                                                                                          L.

Eso era todo. No había mención de anoche. Supongo que estoy fuera de su sistema, y ​​ahora ha vuelto a los negocios. Eso era exactamente lo que habían planeado, así que ¿por qué dolía tanto?

* * *

Lauren apuñaló un botón, aumentando el ritmo hasta que estaba corriendo a tope. El sudor le corría por la cara y goteaba sobre la cinta. Intentó no pensar y se concentró solo en su respiración y en los golpes de sus zapatillas, pero las imágenes de la noche anterior seguían brillando en su mente.

Camila con la cabeza echada hacia atrás en éxtasis. Camila mirándola, sus ojos oscurecidos por la pasión. Camila haciéndolas rodar y besando un rastro por su vientre.

Su ritmo vaciló, y casi se cayó de la cinta. Presionó otro botón para disminuir la velocidad antes de romperse el cuello.

"Maldita sea, maldita sea, maldita sea". En lugar de permitirle seguir adelante, la noche anterior había hecho exactamente lo contrario. Ahora ella quería más. ¿Más sexo? ¿Más que sexo? ¿Ambos? Ella no estaba segura. Sus sentimientos eran un gran y revuelto desastre.

La instructora de gimnasia del hotel, una pelirroja leggy con pantalones cortos ajustados de spandex, se acercó. "¿Todo bien?"

"Sí", murmuró Lauren.

"Tal vez deberías frenar un poco. No estás corriendo por tu vida, ¿verdad?"

"No." Lauren redujo la velocidad a una caminata enérgica.

"Bueno. Sería una pena perder a un invitado tan temprano en el día." La pelirroja le sonrió. La parte inferior de su camiseta estaba atada en un nudo, mostrando su vientre plano. Estiró su cuerpo sinuoso mientras se apoyaba contra el mango de la cinta de correr junto a Lauren. "¿Te quedas aquí por más tiempo?"

Normalmente, a Lauren le hubiera gustado el flirteo inofensivo, pero ahora solo le molestaba. "Sólo unos pocos días."

Aparentemente recibiendo el mensaje, la pelirroja retrocedió. "Disfruta tu estancia, entonces."