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Dos años han pasado ya. Dos años en los que aún no consigo el hacerme a la idea de que tú ya no estás. Es extraño que ya no me vengas a visitar con tu típica sonrisa de medio lado y me incordies. Si tú no vienes, los demás tampoco. Y si los demás tampoco vienen, yo no voy al pueblo a visitarlos. Es triste que todo se haya roto en tan poco tiempo. Es triste que no pueda ni siquiera visitarte y decirte lo que de verdad siento. Lo que llevaba escondiendo, a pesar de que tú ya lo imaginabas. Lo que llevábamos escondiendo... Me habría encantado decírtelo a la cara por lo menos una vez. Pero aquí vuelvo a estar, dedicándote otra carta por el aniversario de tu muerte. Dedicándote otro clavel invisible para, supongo, quedarme yo más tranquila. Me siento repugnante con el orgullo que llevo dentro y provoca el no poder visitarte. El no querer llorar cuando esté delante. El tener que seguir aceptándolo y seguir caminando sin poder mirar atrás. Ahora te haré una pregunta que, por desgracia, no podrás responder;

¿Cuánto más crees que aguantaré...?

Sad times [V. En Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora