capítulo 15

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POV shizuru

Se torna tan agotador el sentimiento de culpa. En algún momento dejas de resistirte a la soledad. Dejas de enfrentarte a ella como un problema y le abrazas entre la corriente. Le dejas que te envuelta entre las alas, entonces aprendes. De ti, de todos.

Pero en algún momento esa soledad comienza a corroerte. Y dejas de querer mantenerte ante el mundo. Quieres volverte un poco menos de todo. Y un poco mas de ti.

Comienzas a querer lo propio. Dejas caer el caparazón que cargaste durante tu vida. Dejas de asustarte y de que querer mantener la entereza ante todos. Dejas de mirar a la masa. Dejas de mirar las figuras. Y comienzas a mirarte. A sentir el peso de tus propios ojos ante el espejo.

Pero también la ausencia de una mano que te ayude. Que te guie. Que te envuelva.

Comenzamos a querer dejar de ser nómades y establecernos.

No lo notamos. No siempre nos parece que es lo correcto. Pienso bastante en ello. Mas en el hecho que le veo danzando desde la distancia. Que aunque vive conmigo, no comprendo su abismo. Soy como un niño pequeño y malcriado. He visto como ha tomado su mano, y le planto un beso entre los labios. Entonces he entendido.

Como si fuera una película. Le he sentido a cámara lenta. Torturante. Los minutos. Natsuki ha sonreído incomoda y le ha soltado la mano. Caminando en una dirección contraria.

Pienso en seguirle pero mi cabeza también es un lio. Acabo yendo tras sus pasos.

Se encuentra contra una columna. Las manos escondidas entre los bolsillos de su chamarra. Aunque me ha visto, no levanta la mirada del suelo. La suela de su tenis raspa la tierra sacando pequeños terrones a su paso.

-¿Lo has visto?- me dice, su tono es bajo y sin emociones.

-Si- articulo.

-¿Por qué no lo has hecho?- pregunto. Ella eleva su mirada cruzándola con la mia. No comprende.

- ¿Por qué no le seguiste el juego a Nao-san?- preguntó. Debo saberlo. Debo entender.

- No podía- dijo ella. Se giro dándome la espalda. Levanto su cabeza. Comenzaba a amanecer.

- No logro entenderte- contesto. Luego de un largo silencio.

- Yo tampoco- dijo. Continuaba mirando a un punto lejano. O puede que no deseaba mirarme.

- Creo que deberíamos marcharnos a casa- dijo en un susurro. Se giro mirándome. Asentí.

Viajamos el camino en silencio. Cada quien en sus pensamientos. Ella seguía mirando el horizonte. Yo seguía sin entender.

Aferre mis manos con fuerza al volante. Si solo fuera mi Natsuki podría montar un escandalo. Podría colgar a Nao. Podría llamarle araña rastrera por intentar robármela. Pero no era mi Natsuki. La persona que iba a mi lado, era alguien similar pero no la mujer que conocía.

La pregunta rondaba mi cabeza. ¿Por qué no lo había hecho? Mai lo dijo. Nao había sido el amor primero de Natsuki. Un amor que comenzó mucho antes que yo llegara a su vida. Un amor desde la infancia. ¿Porque Natsuki se había retenido? ¿acaso ya no le gustaba? ¿Natsuki había cambiado? ¿puede que con la memoria se fueran sus recuerdos y le gustaran los chicos? ¿o… acaso que le sucedia? Le mire por un momento. Quería traspasar su piel y entender sus pensamientos. Poder sumergirme en su mente. Entonces ella lo dijo. Sin mas.

Lo hice por mi- dijo sin dilataciones. – De alguna manera sentí que te estaba traicionando. Que me arrepentiría de ello

Contesto sin más. Mi narcisismo se sintió un tanto herido. Seguía sin entender, pero sonreí. Entre esos principios de hierro distinguí un poco a mi prometida.

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Aunque me cueste confesarlo pero no he podido sacarme el beso de Nao de la cabeza. Mas que nada, porque recuerdo latentemente mi amor por ella. La desesperación que sentía en la secundaria ante su toque. Pero ahora ha carecido de efecto.

Sus labios eran torpes, sabían a alcohol. Al momento del beso sentí algo extraño. Como si algo bramara desde dentro de mi. Algo extraño. Se sentía como la tristeza. Me aleje. Algo me decía que aquello no era bueno. Los pasos me llevaron afuera del edificio. Divage un poco hasta apoyarme en una casa vieja. Desde allí, los edificios eran mas bajos. No consumían el cielo. Entonces me fije a ver el horizonte. De alguna manera ello parecía calmarme.

Pequeños pasos de tacon se instalaron a mi lado. No necesite girarme. Era Shizuru. Pude sentir su perfume. Me dio mi espacio. En un lapsus de tiempo me pregunto sus dudas. Conteste despacio. Casi como dando una lección que no te encuentras del todo seguro. No entendia porque me costaba verle. Aun dentro del auto, no entendia demasiado. Pero el destello de su mano me recordó un poco mis motivos. Dentro de toda la compleja situación. Aquella mujer que conducia el auto con el rostro taciturno era mi mujer. Mi futura mujer. Con quien me había prometido a casarme. A formar una familia. Aquella era la persona que había elegido. Y por mas que no entendiera las mil cuestiones de mi decisión, o sobre la relación. No iba a pisar mis decisiones. Ni sobrepesar mi futuro en momentos estúpidos.

Nao jamas podría ofrecerme algo mas que una aventura. Y Shizuru, había dicho que si a formar una familia conmigo. Bueno con mi yo, aquel con memoria. Pero conmigo, al fin.

Le vi sonreir al volante. Y puede que sea el desvelo, o el alcohol, o el amanecer que le daba en el rostro. Pero me parecio la persona mas bella del mundo y suspire. No se que había visto de increíble Natsuki en ella, pero lo descubriría. No la dejaría ir. Por nada del mundo. Y si fuera necesario. Volveria a enamorarme. O puede que ya lo estuviera haciendo.

El Secreto Detras De Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora