- Sueeee, - gritó John desde el salón del club - cuánto habéis tardado eh. -Él la miraba con malicia mientras observaba su ropa limpia.
- Veo que ya te has quitado la mierda de la cara, Pato. - Dijo enfatizando esto último, con una gran sonrisa.
John no se molestó en contestar y de un salto se plantó delante de Adam.
- ¿Al final le has tirado esa boñiga a mi hermana a la cara? - Hizo una pausa. - Porque se lo merecía. - Continuó.
Adam no respondió, sorprendido y algo aturdido. Había vuelto a ser el de siempre. Lo de antes había sido una especie de lapsus, un momento en el cual sintió que era capaz de hacer lo que sea, incluso meterse en una pelea en la cual estaban implicadas plastas de caballo. Sin embargo, ahora no era capaz ni de formar una sola palabra. Sus manos empezaron a sudar de nuevo y aquel tic nervioso que tanto odiaba volvió a aparecer en su pie derecho. Había perdido toda la confianza que había ganado minutos antes. Le sonrió a John a modo de disculpa y sin mediar palabra se dirigió a la recepción donde se encontraba su tía colocando los albaranes.
- Este tío es un poco raro, ¿no? – Preguntó John a su hermana cuando Adam ya se había marchado.
- Es... - Sue empezó a buscar las palabras adecuadas para definirlo. – Especial. – Añadió sin más a pesar de que su hermano no parecía muy convencido con su respuesta.
- En cualquier caso, - continuó John - he de reconocer que me he divertido mucho hasta el momento de la mierda. Eso... - se pausó durante un instante y con un resoplido, añadió – también ha sido bastante divertido; pero que sepas que me las vas a pagar Susan Evans, de esta no te libras.
- Sue se rió ante la seriedad de las palabras de su hermano y con un gesto resuelto sacó un trozo de papel del bolsillo de su peto.
- ¿Es que tenías algo relacionado con los caballos en tu lista vital? - Inquirió John.
- Sí y no. - Respondió ella demasiado concentrada en el papel. - Ya sabes que yo hago la lista vital a mi manera, cada vez que hago algo por primera vez lo apunto y lo tacho.
- Eso es trampa Sue. - Añadió John algo molesto.
- No es trampa, aún conservo mis 12 puntos anuales.
Adam regresó a la sala, interrumpiendo a los hermanos momentáneamente.
- Disculpad chicos, aquí tenéis vuestra ropa. - Les tendió sus respectivas bolsas malolientes. - He hecho todo lo posible por limpiarlas, pero me temo que les va a hacer falta más de un lavado para quitar ese hedor. - Finalizó Adam evitando mirar a Sue directamente a los ojos.
- Oh, gracias Adam. Es un detalle por tu parte. - Dijo John cogiendo ambas bolsas mientras sonreía. - ¿Y tú que tienes en tu lista vital?
- ¿E-En mi qué? - Lo miró extrañado. "Lista vital" pensó Adam; era la primera vez que escuchaba eso. Miró a los hermanos y para su sorpresa, ambos se abalanzaron sobre él.
- ¿¡No tienes una lista vital?! - Preguntaron los hermanos al unísono. Adam retrocedió un par de pasos, algo cohibido, y se metió las manos en los bolsillos de los vaqueros mientras evitaba el contacto visual. - ¿Qué clase de persona no tiene una lista vital? – Comentó John gesticulando mucho aún sin salir de su asombro.
- Yo... Bueno... ¿Es necesario? – Preguntó Adam tímidamente.
- ¡CÓMO QUE SI ES NECESARIO! CLARO QUE ES NECESARIO, ¿DE QUÉ PLANETA HAS SALIDO? - Gritó John aún más alterado lo que hizo que Adam retrocediera un poco más.
- Tranquilo Pato, ni que fuese un transformer. – Intervino Sue intentando relajar a su hermano.
- Y-Yo... - Tartamudeó Adam. – B-Bueno, nunca se me había ocurrido tener una, ni siquiera sé lo que es ni para qué sirve.
- Pues yo creo que ha llegado el momento de tenerla. – Dijo Sue mirándole directamente.
- Sinceramente, no sabría que poner. - Se rió suavemente y cuando se disponía a despedirse de los hermanos Sue le agarró del brazo.
- No es por alardear - comenzó a decir Sue con falsa modestia - pero soy una experta en crear listas vitales; podría ayudarte. - Adam la miró y algo incómodo se apartó de ella haciendo que le soltase.
- No es necesario, en serio. No me hace falta una lista de esas. - Contestó seriamente y acto seguido se marchó en dirección a los depósitos.
- En serio, no sé qué le pasa a este chico. Un rato está lanzándonos mierda como si nos conociera de toda la vida y al otro no quiere saber nada de nosotros. - Dijo John algo irritado cruzándose de brazos.
- Sue no contestó y se limitó a ver cómo Adam se marchaba. En parte estaba de acuerdo con su hermano, cuánto más tiempo pasaba con Adam, más extraño le parecía. A pesar de eso, Sue sentía cierta curiosidad por conocerle. Se sentía culpable de que Adam se hubiera marchado tan repentinamente; quizás le había presionado demasiado con el tema de la lista.
Una lista vital es algo muy personal. Consiste en escribir una serie de objetivos, cosas que no te atreverías a hacer cuya finalidad era cumplirlos para así, una vez completa, poder ver cómo has evolucionado como persona.
Sue se rascó levemente la cabeza, y volvió a sacar el papel de su bolsillo, que estaba bastante arrugado.
- Joder... - Musitó levemente, mientras intentaba estirar el papel lo mejor posible.
Su lista ya tenía algunas quemaduras y estaba algo estropeada, sobretodo en la parte inferior derecha, que había sido quemada por ella tiempo atrás. Quería darle un estilo antiguo, y no se le había ocurrido una mejor idea que quemarlo con un mechero. A pesar de ello, el resultado no había sido el esperado, y digamos que... Bueno, se le fue de las manos.
Nunca juguéis con un mechero.
Y vosotros, ¿qué pondríais en vuestra lista vital?
See ya!
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Encantada de corromperte
RomanceSusan Evans es la definición del anti-drama. Sin embargo, la vida tiene pensado otras cosas para ella; todo cambiaría en el momento en el que Sue decidió enfrentarse contra alguien que se encargaría personalmente de convertir su vida en un infierno...