Dream | Sam Holland

Prologo

—¿Así que ellos son tus nuevos vecinos?— preguntó Maya mi mejor amiga—.

—Ay ya qué May, no me importa quien se va y quien viene— me tire a mi cama y me puse a ver mi teléfono—.

— A mí sí, ven a ver. Son lindos—Maya se acercó a la ventana  y me llamó moviendo su mano con mucha intensidad—.

— ya callate May... Mejor ven a ver este video—le dije mientras le mostraba el teléfono pero al ver su cara de enojo y al oír su gruñido supe que debía ir o se iba a molestar mucho— ok, ya voy May.

—Ay eres un amor. —dijo mientras me jalaba del brazo y nos dirijiamos hacia la ventana.

—Sí, soy un amor—vi por la ventana y no pude evitar perderme en aquel chico tan perfecto—

—¿Y te gusto alguno?—May me hizo una mirada pícara y comenzó a reír.

— May, ¿no crees que somo pequeñas para andar pensando en chicos? A penas tenemos 12 años—dije haciéndome la desinteresada cuando en realidad lo único que quería hacer, era salir por la puerta e ir a declarar mi amor por el a pesar de que no le hubiera hablado nunca—.

Yo a mi corta edad nunca había pensado en un chico, siempre me distraía leyendo o jugando videojuegos, también estudiando y en deportes, nunca me interesó tener una relación porque no me sentía emocionalmente capaz. Por otro lado Maya solo pensabá en chicos, su mundo y su mente estaban llenos de chicos y videojuegos.

—si tu eres una completa nerd, como se me pudo ocurrir hablarte de chicos—dijo May mientras se sentaba en un sillón que estaba al lado de la ventana—.

—Hablando de otro tema, tengo el nuevo juego para PC y esta muy bueno ¿por qué no jugamos y nos olvidamos de esto? — prendí mi computadora, me senté en mi silla de ruedas con la que siempre nos mareabamos  Maya y yo mientras dábamos vueltas en ella—.

—No me digas, ¿tu papá te lo compró? — me dijo verdaderamente emocionada— espera, ¿sabes que? Mejor prefiero que bajemos a la cocina y hagamos unas galletas, luego vamos a la casa de tus vecinos y les damos la bienvenida como se lo merecen. Y no te voy a preguntar si quieres, es una orden —se paro y bajo las gradas sin darme la opción de responder—

...

Baje corriendo a la cocina y vi que Maya ya tenía todo preparado para hacer las galletas, así que nos pusimos a hacerlas muy felices cuando bajó Matthew mi medio hermano más pequeño, tenía 7 años y era un completo monstruo. los dientes –super torcidos– le hacían juego con su apodo.

—¿que hacen Sum?—dijo Matt con una risa al final mientras Metía sus dedos en la masa de las galletas y luego llevaba sus dedos a su boca—.

El sabe perfectamente que odio que me digan Sum.

—Nada que te importe Monster y deja la masa ahi—dije ignorando su existencia y prosiguiendo con las galletas que teníamos en el horno para que no se quemaran—.

—¡Ma!—grito matt mientras de nuevo metía los dedos en la masa — Sum otra vez me dijo monster—.

Entonces bajo la bruja, con su sonrisa demoníaca y sus ojos en llamas, siempre buscando la oportunidad para sacarme de su vida, aunque con mi padre no se desaría tan fácil de mí –eso espero–.

—¿cómo llamaste a tu hermanito cariño? — dijo la bruja—.

Me artaba que me tratara así en frente de mis amigas.

— ¿Eso? no debería de importarte, a parte estoy muy ocupada como para explicarte el contexto.

—Mer, ya están las galletas ¿quieres ir? —dijo Maya con una sonrisa pícara—.

Tenía dos opciones:

1. Ver a monster lloriquear con la bruja y después recibir un castigo injustamente.

2. Ir con May a la casa de los vecino y morir de vergüenza si ese chico abre la puerta.

Después de unos segundos me decidí por la segunda opción ya que no quería un castigo, y la bruja llamada Martha diría algo como: " Summer, el único monstruo aquí eres tu. porque la única que no encaja en esta casa, en este vecindario, en la escuela, en el mundo, eres tu. Ya entendí porque tu madre te abandono, y tu padre por su corazón tan hermoso no te dejó en la calle. Así que esta será la última vez que tratas a tu hermano así, ¿entendiste o te lo dibujo? Y dame tus libros, tus videojuegos y no mas salidas con tu amiga por un mes ¿quedo claro? ". Siempre era lo mismo.

—Vamos May, ya no aguanto las ganas—la jale del brazo y salí de la casa— ok, comamonos las galletas y entramos por la ventana a mi habitación.

—No, me acompañaras con los vecinos Mer.

—por dios, ¿no puedes pensar un rato en tu amiga May?

—Mer, siempre pienso en ti, pero estos últimos minutos no he podido sacarme a un chico de la cabeza, y es uno de tus vecinos. así que vienes conmigo. Mer hazlo por mi ¿si? —dijo haciendo un puchero.

— ok May, ok. —dije desganada.

May soltó un grito de locura y corrimos a la casa de esos chicos castaños.

...

Esa noche no pude evitar dormir pensando en el, Sam el nombre que cautivo mis pensamientos. su sonrisa me traía loca, su pelo rizado que caía suavemente sobre su frente y sus ojos claros que me transportaban a un mar de emociones.

Ese era el chico más lindo que había visto.