capítulo 4

6 0 0
                                    

Mira furiosa a la persona que estaba frente a mi,en situaciones como estás desearía que las miradas matarán,de ese modo todos mis problemas se resolverían y mi más reciente problema quedaría solucionado,hasta la vida sería más simple para todos,pero la triste realidad es que por más cuchillos que lanzará con mi mirada el idiota causante de mi mal humor y al que tengo frente a mí no estaría tres metros bajo tierra.

—¡¿Qué es lo que te pasa?!—grite aprovechando que el pasillo estaba vacío—¡Todo esto es tu culpa¡—pase las manos por mi cabello en señal de frustración—¡Eres un idiota!¡No puedo creer que por tu culpa no podré entrar en clase!¡Eres un desconsiderado!—podía sentir como el enojo circulaba por los venas,atravesando todo mi cuerpo.

—calmada fierecilla—el tono divertido en su voz solo estaba logrando que quisiera patear su trasero.

—¡No me voy a calmar y no me digas que me calme!

—no fue mi culpa que no te dejarán entrar a clases,así que deja de gritarme.

—claro que fue tu culpa,¿En qué mundo no sería tu culpa?,si no me hubieras entretenido en el corredor hubiera llegado a tiempo a mi clase y no estaría discutiendo contigo—mi voz era mordaz, aunque ya no gritaba, todavía era palpable el hecho de que estaba enojada, de repente a mi mente llegó el trabajo que había hecho y tenía que entregar para hoy—¡Maldición!—exclame frustrada—y también todo por ti no entregare un trabajo que vale 30% de mi calificación.

Escuche como a mi espalda la puerta del salón se abría;no nos habíamos movido desde que la maestra me cerró la puerta en la cara,pero por alguna razón creí que el que se estuviera habiendo sería una buena señal,tal vez por arte de magia la maestra había recapacitado,me permitiera entrar para así entregar mi trabajo y salvaría mi calificación.

—jóvenes—volteo a ver a la maestra que estaba en el marco de la puerta—vallan con el director para que así puedan dejar de interrumpir mi clase con sus gritos y resuelvan sus problemas—al terminar de desir esto, la maestra volvió a cerrar la puerta con un fuerte estruendo lo que dejaba ver qué estaba igual de enojada que yo,pero su enojo era también conmigo y no solo con el idiota que me acompañaba.

—genial,simplemente genial,este día va de mal en peor y todo por ti.

—tu eres la que estabas gritando como loca histérica.

Estaba cansada y arta de esta situación así que decidí que lo más sano sería dejar de discutir con él e ir a la oficina del director para que me pusiera mi castigo.

(...)

Nunca había sido un chica problemática o bueno no tanto como para que me enviaran a la oficina del director,como todos tenía mis defectos y uno de ellos era el hablar constantemente en clases por lo que tenía bastantes llamadas de atención de los maestros pero siempre habían quedado en los maestros,esto de estar con el director era nuevo para mí.

—¿Por qué estás nerviosa?—pregunto el chico de ojos cafés sentado a mi lado.

—creo que la pregunta correcta es,¿Tu porque no estás nervioso?—escuche una pequeña risa a mi lado.

—¿Y de que sirve ponerse nervioso?—gire mi cara para poder verlo mejor,su postura en la silla era relajada,sus brazos estaban flexionados atrás de su cabeza,mostrando la despreocupado que estaba ante la situación.

—nos podrían dar un castigo severo—otra vez río,parecía que todo lo que salía de mi boca le causaba gracia—no te rías, el estar en la oficina del director es una cosa sería.

—claro que no,lo más que nos pueden hacer es enviarnos a detención después de clases o algún otro castigo que crea apropiado.

La oficina del director se abrió y de ella salió un hombre calvo,de estatura media,con gafas a la mitad de la nariz,vestido formalmente con un pantalón sastre negro,camisa blanca,chaleco negro y corbata roja;nos dió una mirada inquisidora antes de hablar.

—ustedes dos,pasen—regreso a su oficina con la seguridad de que lo seguiríamos, los nervios me superaban,a pesar de que el director era una persona entrada en años todavía era intimidante, ya que tenía una expresión seria que nunca abandonaba su cara—¿Quién los mando?—pregunto sentándose en su silla detrás del escritorio,hizo un ademán señalando las sillas que estaban frente a su escritorio,por lo cual lo tomamos como una invitación a sentarnos.

—La maestra Miller—dije en un murmullo,mi mirada estaba en mis manos entrelazadas sobre mis muslos,jugaba con mis dedos a causa del nerviosismo.

—¿Por qué los envío?—su voz sería solo lograba que mis nervios crecieran, estaba a nada de morderme la uñas.

—Estabamos gritando en el corredor, afuera de su salón—la voz de mi acompañante seguía conservando su tono calmado

¿Qué no le preocupaba la situación?

—¿Y que hacían en el corredor?,aparte de gritar claro está.

—yo no tenía clases, así que acompañe a Isabelle a su clase—al escuchar mi nombre salir de sus labios la sorpresa me invadió,yo no le había dicho mi nombre, por lo cual me extrañó que el lo supiera.

—¿Y usted señorita Isabelle?—la mirada del director callo sobre mi a la espera de mi respuesta.

—la maestra Miller no me permitió pasar porque llegué tarde y como vio a...—no sabía cuál era el nombre del chico que hasta el momento me había causado tantos problemas,volteo a verlo para que me dijera su nombre,una sonrisa divertida apareció en sus labios.

Él se quedó un rato en silencio como si meditada el si decirme o no su nombre.

—Ethan—dijo por fin;su nombre es tan lindo como él, debo admitir.

—y como vio a Ethan pensó que no me interesaba entrar a su clase, así que me enoje con él y le grite—admiti.

—bueno—miro unos papeles que tenía sobre su escritorio y después de unos segundo nos miró sobre sus gafas—limpiaran la cafeteria durante toda una semana después de clases—sententencio.

—si—contestamos Ethan y yo al mismo tiempo.

—pueden retirarse—salimos de la oficina y hasta ese momento pude respirar correctamente.

—ya ves, tenía razón,no hubo nada de que preocuparse—queria quitarle a golpes la sonrisa de satisfacción que tenía constantemente en su rostro;era increíble cómo Ethan lograba despertar mi lado más agresivo desde el momento en que lo conocí.

—pues no tendría por que quedarme después de clases a limpiar si no fuera por tu culpa—dije con un tono algo hostil.

—no lo veas como un castigo, velo como una oportunidad para estar más tiempo juntos—me guiño el ojo, antes de que pudiera contestarle lo ví desaparecer por el final del corredor.

Valla día el que había sido,pensé soltando un suspiro.

>>>>>>>>>>>>>

Nota de autor: por fin,después de un tiempo vuelvo a actualizar,espero les guste y si es así no se olviden de dejar su comentario y votar (*_*)

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 16, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Es mi turno de jugar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora