uwu | 6.

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taehyung.

Suspiré al ver los mensajes del "admirador enamorado" de mi mejor amiga.
Sabía que a Jennie le divertía este asunto del tener una cuenta en Tellonym.
También le daban gracia los mensajes de aquel anónimo, "V".

Si tan solo supiera que yo soy ese anónimo.

Pero, claro, no le iba a decir nada. Le había dejado muy en claro lo mucho que odiaba esa clase de aplicaciones, en donde dejas mensajes a tu crush. Me parecía algo estúpido el tener que ocultar los sentimientos o pensamientos hacia una persona. ¿Para qué guardarse todo, si se lo puedes decir a la cara?
Y aquí estaba yo, el más estúpido y cobarde de todos, dejándole mensajes subidos de tono a mi linda mejor amiga, ocultando mi identidad bajo una letra.

—TaeTae, no tienes por qué enojarte, tú eres el hombre número dos en mi vida, porque el número uno es mi papá. Pero, vamos, sabes que eres el único con un puesto tan especial.— Dijo mi pequeña castaña, tomando mi mano.

¿En qué momento estaba apretando mis manos en puños?
¿Por qué estoy celoso de mi álter ego? ¿Por qué me enoja tanto que a Jennie le divierta esos mensajes que dejo bajo el seudónimo de "V"?

Maldición, Taehyung, reacciona.

—Pero Nini, no estoy enojado.

—Mentir es malo, TaeTae oppa.

¿En qué momento crecimos?
Hace tiempo que Jennie no me decía oppa.

Las ganas de besarlas se hacían más intensas, me encanta cuando Jennie se pone cariñosa. Aunque cada vez se hace más difícil aguantarme las ganas de comerle la boca a besos.

Tomé a Jennie por los hombros, haciendo que nuestras miradas se conecten. Mis ojos viajaban rápidamente de arriba hacia abajo, viendo de sus ojos a sus labios.

—¿Pasa algo, Tae?

Solo atiné a abrazarla, un abrazo cálido y delicado. Jennie no era muy alta que digamos, por lo que su cabeza chocaba con mi pecho. Apoyé mi cabeza encima de la suya, mientras acariciaba su espalda. Si tan solo mi corazón hablara y le dijera a mi princesa todo lo que siento. Todo sería más fácil.

Si tan solo nuestros corazones sean los que hablasen.

—No pasa nada, princesa. ¿Quieres ir por un helado? Así como en los viejos tiempos.

Se separó de mi abrazo, sonriéndome con esa adorable inocencia.
Mierda, Jennie, ¿qué no ves lo que le haces a mi pobre corazón?
¿No te has dado cuenta de que me enamoras con el mínimo gesto?

—¡Por supuesto que sí! Solo si tú pagas mi helado y me permites pagar el tuyo.

Una de mis sonrisas cuadradas salió a la luz. Su ternura me encantaba, ella me encantaba.

—Está bien, Jen, te lo prometo.

—¿Por la garrita?— Preguntó, mostrándome su dedo meñique.

Me sentí como cuando éramos unos niños, cuando todo era tan dulce y puro.

Atrapé su dedo meñique con el mío, apretándolo suavemente. —Por la garrita, princesa.


uwu. { taennie }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora