Las malas decisiones son las que mas huella dejan en tu vida
¿como lo sabias?
Eso es simple, gracias a una de esas malas decisiones estabas pagando justo ahora, pero sabes, no todo es tan malo después de todo, pues gracias a esa mala decisión justo...
La taladrante alarma de tu celular no paraba de sonar, extendiste uno de tus brazos hasta donde se suponía debía estar éste pero aquel grande y viejo buró en donde lo solías dejar por las noches ya no se encontraba, manoteaste un poco al aire hasta encontrar un buró mas pequeño a tu lado, pero aquel aparato no parecía encontrarse ahí dejando en su lugar solo una pequeña lampara de noche la cual casi tiras, decidiste abrir con pesar tus ojos sorprendiéndote por unos momentos al hacerlo, pues aquella para nada se parecía a tu habitación, te levantaste de inmediato quedando sentada en la inmensa cama y volteaste a ver con sorpresa todo a tu alrededor pues aun no sabías en donde estabas, sostuviste tu cabeza llena de frustración y confusión tratando de recordar como es que habías llegado ahí, hasta que recuerdos de todo el fin de semana y de la noche anterior vinieron a tu cabeza, rápidamente le echaste un vistazo a tu mano izquierda corroborando que todo aquello de la boda no hubiera sido una terrible pesadilla, pero ese par de anillos descansando en tu dedo anular eliminaba aquella posibilidad. Diste un largo suspiro resignandote a aquello para volver a buscar tu celular con la mirada, el cual por cierto no había parado de sonar en ningún momento
Te levantaste con cuidado tratando ahora de recordar como rayos es que habías llegado ahí mientras a su vez observabas aquella habitación con curiosidad
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Esta era grande y con unos hermosos ventanales detras de un par de sofás desde los cuales podías observar una espectacular vista a una de las orillas del río Sena. Volteaste a ver la televisión en la pared frente a la cama y en ella lograste ver tu propio reflejo lo cual ocasiono que un gran sonrojo atacara tu rostro al notar que ya no llevabas aquel lujoso vestido que traías puesto hace apenas unas horas atrás, llevándote también la sorpresa de que todo rastro de maquillaje en tu rostro ya no estaba. Rápidamente corriste a una de las puertas las cuales suponías era el baño, acertando así por mera casualidad, pero en cuanto entraste a este tu mandíbula casi se cae al suelo pues su tamaño era proporcional al de la habitación, entraste a aquel cuarto de baño y analizaste todo con detalle olvidando asi aquella duda de como cambiaste mágicamente tu vestuario
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Minutos después de haber curioseado por todo aquel lugar saliste de nuevo a la habitación y abriste otra puerta creyendo que esta sería la que te llevará a la sala de estar, pero no podías estar mas equivocada, pues esta tan solo te llevaba a un gigantesco vestidor el cual era del mismo tamaño que el baño, abriste todos aquellos cajones y compuertas viendo así tus pertenecías y las del rubio en estas, otro par de minutos después saliste de aquel lugar y te dirijiste a aquella ultima puerta la cual estabas segura esta vez si te iba a llevar al resto de la casa
