Fallo tecnico

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Narrador Omnisciente

La alarma comenzó a sonar y todos los
científicos corrían de un lado para otro tratando de atrapar al experimento. Toda el area estaba cubierta de fuego y era imposible de pasar.

-¡Que no escape, cierren todas las puertas del lugar!- dijo un oficial, haciendo que los científicos apretaran el botón para cerrar las puertas y estas empezaron a cerrarse lentamente pero, de un momento a otro empezaron a abrirse y el experimento salió por primera vez en 17 años, al exterior.
-DISPAREN, QUE NO ESCAPE..-todos los soldados empezaron a disparar pero simplemente no dieron al objetivo, el cual escapó de ese lugar..- PORQUE PASÓ ESTO, AHORA TODO ESTE PAÍS ESTÁ EN PELIGRO, CASI NO SABEMOS LO QUE ESTÁ AHÍ AFUERA Y TAMPOCO SABEMOS LO QUE ES CAPAZ DE HACER..- el comandante estaba furioso gritándole a los investigadores.

-Al parecer hubo un fallo técnico en el sistema señor. Pero no se preocupe, hemos puesto un rastreador en el sujeto en caso de emergencia..-dijo uno de los científicos mostrándole un GPS con un puntito..- con este control podemos darle una pequeña carga eléctrica y que el experimento no pueda moverse.- el comandante desesperado por la situación apretó varias veces el botón logrando que el punto deje de moverse.
-¡Atrápenlo!..- y al instante todos los soldados empezaron a rastrear al objetivo...

En otra parte no muy lejos...
Podíamos ver al chico corriendo desesperado hasta que las cargas eléctricas llegaron a el y, debido al dolor, cayó al suelo retorciéndose. Miró el lugar cosido de su antebrazo y sin pensarlo dos veces, se acercó a la cerca de pinchos frente a él y hizo un corte profundo en el área para luego meter sus dedos y sacar esa cosa la cual le causaba esa horrible carga eléctrica. La tiró lejos de él al mismo tiempo que el fuego salía disparado de sus manos causando que el árbol al lado suyo comenzara a incendiarse. Asustado, el chico corrió lejos de ese lugar para encontrar algún escondite y que esos horribles hombres no lo llevaran de vuelta a ese monstruoso lugar donde pasó su vida entera..

En otro lugar...
Caleb se encontraba en la sala de clases esperando a que la aburrida clase de física terminara de una ves por todas. Sus ojos luchaban por no cerrarse y parecía que mientras más miraba el reloj, más lento iba.

-¡Caleb!..- llamó el profesor al ver al adolescente casi durmiendo en el escritorio.-¿supongo que cómo estás tan interesado en la clase no te molestará hacer el ejercicio que está en la pizarra verdad?..- dijo el profesor mirándolo con un enojo notable.
-La verdad profesor Stuart, me da demasiada flojera ir hacia allá y créame que con sus explicaciones baratas nadie en esta clase o en el colegio entero le entiende.-todos empezaron a reír mientras que el profesor Stuart miraba a Caleb como si lo fuera a matar.
-Supongo,Caleb, que como usted no quiere aprender nada en esta clase, puede ir a pasar tiempo con el director.
-Créame que con ese tampoco lo pasó bien.- todos en la clase rieron de nuevo y el profesor no tuvo más remedio si no que echarlo de clases y enviarlo con el director.

Caleb iba caminando a pasos lentos hacia la oficina del director Feraud pero al escuchar la campana, una amplia sonrisa apareció en su rostro y dio media vuelta comenzando a caminar apresurado hacia el aula para buscar su mochila eh irse de una ves por todas de esa "cárcel" como la llamaba él. En el camino se encontró con sus dos mejores amigos: Elie y Francis.
-Gracias por decirle al idiota del profesor que es una mierda.- Caleb sonrío ante el comentario de Francis y Elie simplemente río ante eso.
-Se te a quedado la mochila.- dijo Elie pasándole la mochila a su amigo, quien dio las gracias ante el detalle.
-¿Alguno quiere ir a tomar helado en nuestra heladería favorita?..- Francis y Elie se dieron una mirada rápida y volvieron a mirar a Caleb.
-Nos encantaría pero..- empezó a hablar Elie.
-pero teníamos planeado ir al cine esta tarde. Ya sabes, lo típico que hacemos nosotros..dos..- Término de hablar Francis.Caleb entendió la indirecta y sonrió.
-No hay problema chicos, la verdad me alegra mucho que estén intentando salir ustedes dos. Será para la próxima.- Sus amigos sonrieron y caminaron juntos hacia la salida para luego despedirse y tomar rumbos diferentes.

Mientras Caleb caminaba vio humo salir  de alguna parte pero no le dio mucha importancia porque siempre habían incendios donde el vivía. Pero al ver que mientras más caminaba comenzaba a sentir un olor a quemado se empezó a preocupar un poco. Al llegar a la heladería ,o por lo menos..lo que quedaba de ella simplemente se puso muy triste. Esa heladería, la heladería Pascal le Glacier, era donde Caleb había formado grandes recuerdos con sus seres queridos y verla caerse en pedazos al frente de el, debido al fuego, era muy doloroso para él. Sin embargo, su tristeza se vio interrumpida ante el repentino choque que sintió. Caleb abrió los ojos encontrándose con un chico bastante peculiar. Su cabello era medio rojizo y sus ojos eran naranjos. El chico ocupaba una especie de bata de hospital y sus manos estaban tapadas con..guantes?¿qué hacía un chico con 32 grados de calor con guantes en las manos? El chico lo veía fijamente desde el suelo, ya que cuando chocaron este cayó fuertemente. Caleb se preocupo al ver el rastro gigante de sangre que caía y caía de su antebrazo.

-¿Necesitas ayuda?..- el chico lo vio extrañando..-¿quieres que te lleve al hospital?- el chico abrió los ojos a más no poder y retrocedió asustado después de oír esas palabras. Caleb sin saber que más hacer se acercó lentamente hacia la extraña persona y le tendió la mano.
-¿Te llevaré a que te curen eso, si?..- el peculiar chico miro la mano de Caleb y dudando de si hacia lo correcto tomó la mano. El chico y Caleb caminaron hacia el hospital en un incómodo silencio. Caleb intento sacarle algo de información al peculiar chico que se había encontrado pero, lo único que conseguía era que el de orbes naranjas lo mirara fijamente. A decir verdad, el chico era muy bonito ante los ojos de Caleb y a él no le molestaría invitarlo algún día a una cita pero eso sería en otro momento.

Una ves llegado al hospital, Caleb y el chico sin nombre pasaron a la recepción pero, el extraño chico al ver a un doctor pasar frente a sus ojos, empezó a tiritar mostrando que estaba asustado. Esto no pasó desapercibido ante los ojos de Caleb quien al notarlo le pidió un momento a la recepcionista y llevó a el de pelo rojizo fuera del establecimiento...

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