¿Por qué no la maté?

Capítulo 18: Universidad y vidas cambiadas

Narra Ángel

Había recuperado mi felicidad el día en el que papá nos había abandonado. Lennin Meninger se llamaba aquel bebedor. Aquella noche en la que había llegado borracho a casa como de costumbre; en vez de comenzar a gritar y romper cosas simplemente se limitó a tomar un poco de su ropa y un poco de dinero, sin mirar hacía atrás salió por la puerta y desde ese momento nunca más lo volvimos a ver. Mamá y yo solamente veíamos la silueta de su cuerpo marcharse hacía la carretera. Desde ese día...

...Nuestras vidas cambiaron.

Pasó primero una noche, luego dos, más tarde una semana y cuando no nos habíamos dado cuenta ya habían pasado tres años. La felicidad de mamá había regresado. Volví a ver sonreír a Lauren Enstrong; mi madre. Pude volver a reír con ella, en su cara redonda ya no habían rastros de lágrimas, sus ojos ya no estaban hinchados de tanto llorar y en sus labios habitaba una gran sonrisa que iba de oreja a oreja.  Pudimos disfrutar de nuevo nuestras vidas desde que ese bastardo se marchó, pero como todas las cosas buenas en la vida, duran poco.

Mamá hace ya un tiempo mamá se enamoró de otro hombre y la felicidad terminó.

Nayl Gaarder se llamaba aquel hombre.

Pero ese tipo, ese hombre no venía solo; tenía un hijo Tom Gaarder. Llegaron a nuestras vidas cuando yo tenía diez años y toda la felicidad que tenía se esfumó rápidamente. El hombre de unos cuarenta y tantos años, rostro con facciones bruscas y con algunas cicatrices pequeñas , brazos fuertes y llenos de tatuajes había enamorado a mi madre unos cuantos años menor que él y yo no sabía cómo, su mirada era demasiado y hostil y llena de odio y su hijo tampoco se quedaba atrás.

Tom, Tom. Cuánto odiaba a ese chico, tenía trece años y a mi corta edad de diez años sabía que ellos dos eran un asco de personas, aunque no entendiese bien qué significaba aquello, lo intuía. Tom Gaarder a su edad ya tenía ciertos problemas con niños pandilleros y por aquella razón se mudaron cerca de nuestra casa en Villewood o eso nos dijo Nayl. Nayl llegaba ebrio y drogado a casa, eso significaba que el tormento iniciaba, golpeaba a mamá, gritaba a Tom y lo único que yo podía hacer era llorar en mi cuarto y esperar a que todo pasara. Nayl simplemente ignoraba mi presencia... Hasta que un día cansado de los abusos hacía mi madre la intenté defender.

Primero me dio un puñetazo en la cara, sentí salir sangre de mis labios, luego me tomó del brazo y me arrastró a mi cuarto, se me arañaron los brazos a causa de los escalones. Al llegar a mi cuarto tomó una correa y me golpeó durante un rato por último me amenazó que si volvía a interrumpir en una pelea con mi madre me mataría. Eso fue hace dos años, antes del ataque a la casa de Stanlie. Tom era un completo desgraciado, un poco menos que su padre. Siempre me obligaba a hacer cosas que yo no quería y me metía en problemas cada vez más graves. Empezó robándome el dinero que mamá de daba y luego siguió robándola a ella y ahora en la actualidad le roba pequeñas sumas de dinero a la gente de a pie. También arruina cada momento que tengo con Cata.

Por su culpa y la de su padre mi mamá y yo perdimos la felicidad que teníamos y yo sigo sin entender por qué mamá no los ha dejado, después de tanto daño que nos han hecho. Después de todo aquel daño tenía que aceptar que Lennin era mí padrastro y que Tom era mí hermanastro por más que los odiara. Odio a Tom y a su padre Nayl. Estaba tan cansado de los abusos y maltratos de ambos que pensé en escaparme de casa pero el día que pensé en hacerlo Cata me pidió que saliera con ella, decidí aceptarle. Cata me gustaba y me gustaba mucho.

En el momento que pensé en contarle lo que iba a hacer de mi boca salió una pregunta y ella rompió en llanto. Las lágrimas cayeron sobre su blusa rosada, cuanto amaba como se veía ese color en las chicas y ella lo tenía y esa noche yo ya la había besado y mi mente y yo supe que no podía abandonarla a ella ni a mi mamá. Así que me retracté de lo que pensaba hacer.