"prefiero irme hoy Seth, prefiero eso a saber que luego tú o alguno de los chicos correrá peligro por mi culpa, siempre me considere una molestia para los que me rodean, pero tú me enseñaste que no es así, por eso debo irme, por qué ME ENAMORE DE TI...
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La clase paso con rapidez, sin darme cuenta el timbre de la campana resonó en mis oídos sacándome de un pequeño transe tratando de ver el rostro del chico (creo yo) que aun seguía dormido, ¿Cómo pudo pasar desapercibido durante toda la clase? Y más con esa contextura física, aun reclinado sobre la mesa se veía más alto y grande que yo, aunque no se por cuanto.
Aun cuando la campana ya había sonado y teníamos que cambiar de salón, el chico no parecía percatarse y seguía en su quinto sueño, incluso podía jurar haber escuchado unos ronquidos, lo mire detalladamente notando su piel canela, aunque esto no me sorprendía, llevaba solo una remera de mangas cortas, pero yo no era quien para juzgar ya que tampoco me abrigaba mucho, sus brazos estaban acomodados a modo de barrera impidiendo que viera su rostro.
Me incorpore de mi asiento con la ayuda de mi muleta y me acerque a él con la intención de despertarlo, me sorprendió que el ruido de mi muleta no lograse despertarlo, incluso llegue a pensar que tal vez había muerto de alguna manera en medio de la clase y empecé a calcular cuánto tiempo tardaría en descomponerse el cuerpo, cuando llegue justo junto a él note que su espalda se movía levemente con su respiración, su piel parecía realmente suave y quería tocarla. Mi mano se encamino hacia él para con la intención de moverlo levemente y tratar de despertarlo, pero algo inesperado sucedió. La puerta del salón se azoto dejando ver rápidamente a un chico grande y tosco que sin reparar en el ruido que había hecho o en mi presencia hablo.
- Seth, apura – su voz se mantenía en un tono en el que no era un grito pero si era algo fuerte y me hizo temblar, sin decir más desapareció del lugar tal cual como llego, en un parpadeo.
El chico al que intentaba despertar se levanto de golpe empujándome y logrando hacerme caer, de la nada salió corriendo, mientras que yo me encontraba en el suelo con lagrimas en los ojos, en un intento de retener mi caída me había sujetado de algo con mi brazo roto y eso había dolido muchísimo, mi trasero recibió todo el impacto y podría jurar que tendría muchos nuevos moratones.
- Al menos discúlpate... - murmure mientras trataba de ponerme en pie, luego de un intento fallido en el que volví a caer con mi trasero de amortiguador, aunque siendo sincera no amortiguo mucho lo sentí y muy fuerte.
- ¿te ayudo? – una voz llamo mi atención haciendo que mi vista fuera a parar en una mano que resaltaba por la diferencia de color de la piel entre los habitantes de este lugar por su color claro aunque sin llegar a ser pálido.
- Si... lo siento... - le respondí recibiendo la mano que me extendía, el chico me jalo con tanta fuerza que al incorporarme choque con su pecho y el solo me sujeto.
- Lo siento, no medí mi fuerza – se disculpo, aunque la sonrisa en su cara me decía que no estaba arrepentido en lo absoluto, se podría decir que todo lo contrario a ello.
- Me suena a que tratabas de presumir – bromee mostrando una sonrisa juguetona mirando sus facciones con cuidado mientras él se separaba solo un poco para poder levantar mi muleta del suelo.
- ¿yo? Imposible – afirmo con gran sarcasmo acompañado de una sonrisa igual a la que yo le había dedicado mientras me entregaba la muleta – soy Eliot, Eliot Maccabee – se presento con una sonrisa mientras me extendía su mano esta vez para estrecharla.
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- Jacqueline, Jacqueline Suzzi – devolví el gesto con el mismo carisma.
- Bien Jacqueline... - me nombro.
- No, solo Jack está bien – le corregí.
- Bien Jack, se nos acaba el cambio y llegamos tarde a la siguiente clase, así que por qué no te acompaño a tu siguiente clase, ya que se ve que eres nueva – se movió a un lado señalando con la cabeza la dirección a la que debía de ir "la puerta de salida".
Asentí con alegría para seguirle mientras él se acoplaba a mi ritmo tardío, caminamos hasta el siguiente aula luego de que el checara mi horario, luego de eso las clases pasaron rápido, concedía en muchas clases con Jay quien se disculpo por dejarme atrás afirmando que debía hacer unas cosas, y en las clases en las que no estaba con ella me tocaba con Eliot, cabe destacar que no volví a cruzarme con el chico de la primera clase, y espero no volver a hacerlo.
Al salir por fin del instituto camine a paso lento por el aparcamiento mientras buscaba con la vista el Volkswagen escarabajo rojo de mi madre, es fanática de estos autos, el mío es más moderno pero también amo el de mi madre.
Lo encontré cruzando un grupo de personas así que me encamine hacia él, cuando iba cruzando a estas personas, (un grupo de chicos y una chica, todos altos y corpulentos), un muchacho más alto que yo entre risas retrocedió hasta que choco conmigo, por su contextura física no hace falta decir que fui yo la que termine en el piso mientras que el recién notaba que me había chocado.
- Oye Seth, ten más cuidado – le regaño la chica del grupo, era él, el mismo chico de hoy al principio de clases me había vuelto a golpear y aquí estaba yo, aun en el suelo con mi mirada en mis manos apoyadas justo sobre un charco, empapando el libro de textos que llevaba entre las mismas.
- ¡oh, lo siento...! - su oración quedo en el aire, mis ojos se llenaron de lagrimas de impotencia mientras veía los ojos de ese chico que había quedado prácticamente de piedra frente a mí.
- ¡eres un estúpido idiota, porquería, patético, pedazo de mierda, inútil! – no me di cuenta el momento en que comencé a hablar/gritar, y mucho menos el momento en que mi mano buena se movió haciendo que el libro que cargaba se estampara en la cara del chico que parecía aun en shock.
No sé de donde saque la fuerza para comenzar a correr cargando mi muleta aun con el dolor punzante de mi pie, así que llegue al auto y me subí sin reparar en lo que pasaba a mis espaldas.
- ¡cariño! ¿Qué tal tu día? – saludo mi madre.
- Norma, podríamos irnos ya, es que tengo mucha tarea y una serie que ver en casa y eso... - mentí mientras trataba de apurarla.
- Claro, tranquila – soltó una leve risa.
- Mama... - llame su atención al momento en que ya nos encontrábamos a mitad del viaje por la carretera, ella respondió con un "mmm..." incitándome a hablar - ¿puedo...? Es decir... ¿sabes que es complicado...? pero... ¿podría faltar hasta que por lo menos mi esguince sane? Digo, es muy complicado estar cambiando de clases y todo eso con esta cosa ¿sabes? – le dije señalando mi muleta.
- Pues... tal vez... déjame ver que dice el doctor... ¿vale? – me pregunto mirándome de reojo.