Horas más tarde, estoy listo con el traje más maravilloso y mortífero que alguna vez se haya visto. Cinna me ha puesto un traje negro ajustado que me haría ver como un tributo peligroso sino fuera por mi mueca de sorpresa y miedo. Cinna me quiere prender fuego.
—No es fuego de verdad —me dice, aunque sigo sin fiarme—. Sólo un fuego sintético que Portia y yo hemos inventado. Estarás completamente a salvo
—Okay —susurro y trato desesperadamente por cambiar mi expresión.
Hasta ahora Cinna me había parecido muy agradable en comparación a todos con los que me he topado este día, pero es muy posible que en realidad esté totalmente loco.
—Quiero que el público te reconozca cuando estés en el estadio —dice Cinna en tono soñador— Peeta, el chico en llamas.
Me trago las quejas, porque ese es un nombre para el que no me había preparado. Pero se ha esforzado tanto en mí que no puedo defraudarlo. No sé de dónde, pero saco la parte más valiente de mí y esa valentía me hace ver mucho más seguro sobre cualquier cosa, como de morir quemado.
A pesar de que Cinna me lo advirtió, me shockea un poco ver a Katniss con un traje idéntico al mío. Su equipo de preparación y Portia la acompañan, todos nerviosos por el impacto que causaremos, todos menos Cinna, que recibe los halagos un poco cansado.
Cinna y Portia nos conducen a nuestro carro para la Ceremonia de Inauguracion y nos arreglan con cuidado la postura del cuerpo y la caída de las capas antes de apartarse para comentar algo entre ellos.
—¿Qué piensas? —me susurra Katniss —. Del fuego, quiero decir.
—Te arrancaré la capa si tú me arrancas la mía —le respondo entre dientes.
—Trato hecho.
Quizá si logramos quitárnoslas lo bastante deprisa evitemos las peores quemaduras. Lo malo es que nos soltarán en el campo de batalla estemos como estemos
—Sé que le prometí a Haymitch que haría todo lo que nos dijeran, pero creo que no tuvo en cuenta este detalle.
—Por cierto, ¿dónde está? ¿No se supone que tiene que protegernos de este tipo de cosas?
—Con todo ese alcohol dentro, no creo que sea buena idea tenerlo cerca cuando ardamos.
De repente, los dos nos echamos a reír. Supongo que estamos tan nerviosos por los juegos y, más aún, tan aterrados por la posibilidad de acabar convertidos en antorchas humanas, que no actuamos de forma racional.
Empieza la música de apertura.
Joder, estoy a punto de salir frente a toda la nación convertido en barbacoa. Me permito sólo un segundo para sacar todo el terror que tengo, es por inercia, pero sostengo la mano de Katniss y la aprieto para tratar de no hiperventilar.
Ella me mira, esperando que diga algo.
—Lo siento, es que siento que me voy a caer —y no miento. Me siento tan mareado y desorientado que si no me sostengo de algo me caeré.
—Vale —es todo lo que dice y esperamos.
Yo mismo trato de calmarme, si no lo logro comenzaré a apestar a miedo, y realmente no quiero eso.
El Distrito 1 sale, ambos luciendo increíblemente atractivos y con unos preciosos caballos blancos.
Cinna se acerca cuando el Distrito 11 se va.
—Bueno, allá vamos.
Y nos prende fuego. Ahogo un grito de terror esperando el calor, pero no siento más que un cosquilleo. Cinna suelta un suspiro de alivio.