Corro a toda potencia mientras aplasto al pobre animalito a mi estómago. Se escuchan gritos de el guardia, pero eso lo hace ver torpe ya que me doy cuenta de que me estoy alejando cada vez más. Llega un momento en el que me encuentro en la calle cerrada ¡La única en el lado de los dormitorios femeninos! Respiro hondo y analizo mi alrededor.
Bingo.
— ¡Aquí debe de es...! ¡Me lleva la que me parió!
— Jimmy, eres un tonto, ¿cómo pudiste perderlo?
— ¡También se te escapó, inútil!
Los guardias siguieron discutiendo mientras se alejaban. Rogué para que la bola de pelos no se moviera más e hiciera ruidos. Una vez todo quedó en silencio, me dispuse a salir de mi escondite. ¿Dónde? Pues les doy una pista: es grande, apestosa, de metal y verde. Juro que casi me arqueo por el olor.
Me sacudo los pantalones y después abro un poco mi suéter para ver que mi protegido esté bien. Camino de manera cautelosa por las "calles", hasta llegar al gran portón que nunca intente pasar en estos dos años que llevo en el internado.
Batallo un poco para pasar al animalito por las rejas, pero lo logro.
— Se libre por mi.— Le susurro al conejito mientras lo libero.
La bola blanca sale corriendo y se pierde entre los árboles. Sin más que hacer, me levanto y camino viendo el cielo estrellado.
Extraño a Oso... oh mi querido bebé, espero que el baboso de Tyler lo esté cuidando bien. Por carta me dice que todo va genial por allá, que todos siguen igual, nada ha cambiado. Cada mes recibo una carta de él, jamás perdimos comunicación, Aunque ahora si se está tardando ¡Ya casi termina el mes de Junio!
La verdad es que quiero verlo. Si, lo he pensado de manera libre, y es que aún me siento culpable por haberlo juzgado de más hace años.
Afortunadamente ya no soy la misma, ni física ni psicológicamente.
Al suspirar, de mi boca sale el famoso aire frío. Esto me hace recordar los tiempos en los que yo...
El sonido de un motor me hace reaccionar; corro hacia unos arbustos y me escondo. Uno... dos... ¿Tres buses? Lo más raro es que ya es media noche, la hora de dormir para todos es a las nueve.
Cuando pasó el último carro, me encargué de asegurarme de que nadie me viera pasar, ya que la curiosidad me ganó y seguí el sonido de los motores.
¿Recuerdan que antes odiaba correr? Pues bueno, ahora también la aborrezco, pero me da orgullo decir que tengo una condición increíble.
Cuando los alcancé, fue porque se estacionaron enfrente de la escuela. De ahí primero bajaron adultos, y después...
No puede ser. ¿Estoy soñando? ¿En serio tienen nuestra edad? ¡¿Por qué rayos están bajando los de Charterhouse?!
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Yo era ¡Bitch! [2]
Teen FictionMadurar es parte de la vida, y eso lo sabe Thalía. Ella llega a Suiza a cambiar hasta la más mínima fibra de su pasado, cosa que un buen amigo le aconsejó. Ahora, ¿Podrá Thalía cumplir ese gran reto? ¿Ella podrá... olvidar su lado Bitch?