Todas me observan, analizando cada rincón de mi cuerpo. Extrañamente no me incomoda, pero me molesta la razón por la que lo hacen. La asamblea ya ha finalizado y las clases continuaron como normalmente son. Los de Charterhouse no comparten clase con alguna de nosotras ya que ellos son de la sección universidad, pero aún así las chicas tienen un alboroto.
Hormonas.
— Le tocó hacer eso por un castigo, pero ¿Cuándo?— Mandarín.
— Pensé que esa chica no mataba ni a un mosco...— Italiano.
— Dicen que la hallaron teniendo relaciones sexuales con su compañera de casa...— Alemán.
— Creo que se le tapó el escusado, tenía muchísimas ganas de hacer pis y se puso tan nerviosa que hizo en su jardín, entonces la cacharon y la castigaron.— De nuevo Alemán.
Cada babosada que dicen... me hace querer reír.
— ¡Atención chicas!— Al instante todas nos levantamos y saludamos a la maestra de lingüística.— La profesora de matemáticas no va a poder asistir, pero dejó de tarea esta lista.— Reparte a cada una las hojas que tiene en mano, después se retira.
Falta una hora para las 12:30 la cual es la hora del descanso así que me levanto y tranquilamente salgo del salón con la mirada de todos. Camino hacia el baño, pero antes me detengo para mirar el paisaje por medio de una ventana. Se puede apreciar un gran campo verde con mesas y personas de seguridad, está parte es la que está detrás de la escuela, porque en frente se encuentra el camino de rocas para ir a los dormitorios. Esto es como un pueblo... un gran pueblo.
Entro al baño y me cercioro de que no haya nadie. Cierro la puerta y pongo mi mochila aún lado de el gran espejo.
Estoy acostumbrada a todos estos lujos, pero hay veces que me asqueo de tanta "perfección", y mas cuando me veo al espejo. Me analizo a mi misma.
Una perfecta coleta adornada con una trenza por enfrente, ni una gota de maquillaje, odio utilizar los lentes pero aún así en todo el tiempo en el que he estado aquí me los he puesto, llevo el uniforme de gala el cual consiste en una falda de cuadros café que está poco arriba de la rodilla, una camisa de botones blanca y sobre este un saco liso del color de la falda, calcetas cortas blancas y unos zapatos negros.
Un asco.
Recordé mi primer día aquí. No voy a negar que soy bonita aún sin maquillaje, así que ese día todas quisieron ser mis amigas; pero al ver que yo no tenía intención de socializar se rindieron y me tacharon de típica nerd tímida.
Huí de mi hogar, y no tenía intención de volver a pasar por lo mismo.
— Solo debo aguantar un poco más.— Susurro.
Mi plan era: graduarme, ir a una de las mejores universidades por mi propio esfuerzo, trabajar y mantenerme. No quería nada de papá.
Ni siquiera pasan cinco minutos desde que estoy aquí, pero alguien entra con rapidez y la cierra con seguro.
— ¿Thalía?— Habla en inglés, y permanezco en silencio.
Tyler me observa con detenimiento, mientras yo me subo aun lado del lavabo para sentarme. Ahora que está más cerca puedo notar sus pequeñas ojeras, y por Dios, el uniforme de gala le queda como anillo al dedo, pero era de esperarse ¡Escuela de ricos! Tienen que medirte todo.
— María Thalía Bernard López D' Angelo pittri de la concha de tu padre Margot Percebe.— Se acerca a mí, pero solo me carcajeo.
— ¡Ni siquiera me llamo así! Ridiculo.
Me abraza con fuerza y yo se lo devuelvo con gusto. Me comienzo a sentir nostálgica, tantos recuerdos cruzan por mi mente, incluso de cuando me parecía un mujeriego sarnoso hijo de su madre.
— Ay Tyler, créeme que te extrañé.— Susurro.
Tener a Aleana como compañera me hizo sentir mejor, pero era triste y solitario no tener con quien hablar... porque obviamente no me iba a hacer amiga de esas tipejas que por tener dinero se creen, a decir verdad muchas veces quise enseñarles lo que sé de pelea, pero me aguanté.
Nos separamos, mi sonrisa se desvanece cuando su mirada me penetra. Aún así, la sostengo.
— ¿Y bien?
— ¿Y bien, qué?— Me hago la inocente.
— ¿Por qué ese puto te puso una mano encima?
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Yo era ¡Bitch! [2]
Ficção AdolescenteMadurar es parte de la vida, y eso lo sabe Thalía. Ella llega a Suiza a cambiar hasta la más mínima fibra de su pasado, cosa que un buen amigo le aconsejó. Ahora, ¿Podrá Thalía cumplir ese gran reto? ¿Ella podrá... olvidar su lado Bitch?