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Anoche como lo podrán haber imaginado los chicos y yo fuimos a una fiesta como en los viejos tiempos solo el grupo de "los más populares" colándose en la primera fiesta que encontramos y fue inevitable mantener a la Lena de antes en lo más profundo de mi así que ella volvió, solo por una noche porque este maldito dolor de cabeza y de cuerpo me está matando.

Me levanto de la cama como un zombie y voy a mi baño, vaya, sabía que probablemente lucia del asco pero ya esto es mucho incluso para mi.

Suelto una risa tonta al ver mi desaliñada apariencia en el espejo pero me callo cuando siento una punzada en mi cabeza.

-Au - me quejo mientras busco en mi cajón algo de Tylenol o Advil pero no encuentro nada, bufo, pongo mi cabello en una cola de caballo y me encamino a la habitación de mi madre.

-¡Vaya, los muertos están regresando a la vida! - mi hermano intenta bromear pero lo único que se gana es una mirada de odio - Lo siento, lo siento, no pensé que los zombies tuvieran tan mal humor.

Le saco el dedo del centro y sigo mi camino, ¿por qué está aquí? Anoche no me di cuenta cuando volví de que se había quedado o bueno tal vez no lo noté porque aparte de que estaba viendo doble de todo, las habitaciones se movían en círculos, tanto que tuve que detenerme a la mitad de la escalera para no caerme de espalda por lo mareada que estaba. Definitivamente luego de dejar de ir por unos meses a fiestas uno queda mal la primera noche de regreso a esa vida. No voy a volver pero no encontré mejor manera de explicarlo.

-Buenos días - digo desde el marco de la puerta, ella levanta la mirada de su libro.

-Tardes - me corrige - Hay Tylenol en el primer cajón.

Señala, abro el cajón y sacó las pastillas. Sin agua ni nada hago que dos bajen por mi garganta.

-¿Estás enfadada? - no sé por qué le pregunto, ya soy mayor de edad.

Esperen ya soy mayor de edad, estoy haciéndome vieja, significa que tendré que buscar un empleo luego de graduarme. Desearía que alguien me hubiese obsequiado una máquina del tiempo ayer para poder volver y aún no tener 19 años.

-No, ya eres mayor de edad, puedes hacer lo que te plazca, claro, siempre y cuando no te pases de los límites tan seguido - da golpecitos en la cama indicando que me siente ahí y lo hago, acuesto mi cabeza sobre sus piernas.

-Tranquila mamá, no lo volveré a hacer, me siento como la mierda - ella comienza a acariciar mi cabello y como si fuera magia algo del dolor de cabeza comienza a desaparecer con cada una de sus caricias.

-Leguaje - me regaña.

-¿No que puedo hacer lo que me plazca? - bromeo.

-Claro, pero no bajo mi techo. Mi techo, mis reglas - me recuerda y asiento para confirmar - ¿Tienes hambre?

-Sí - mis tripas suenan como si tuviera 10 Aliens adentro.

-Pues ve a hacerte algo, señorita mayor de edad - ríe, pero yo no le encuentro la gracia.

-Mamaaaá - alargo quejándome y vuelve a reír, de nuevo, no le encuentro la gracia.

-Solo bromeaba, Leo fue más temprano a McDonald's con Kai y te trajeron, solo ve a calentarlo - me levanto de la cama.

-Para tu información, eso no fue gracioso - digo antes de salir de la habitación, la escucho decir un "claro que si" pero la ignoro y bajo las escaleras.

Al llegar a la planta baja, Kai está viendo televisión y ni siquiera nota cuando paso. Caliento mis dos hamburguesas y saco un poco de té frío de la nevera. A mucha gente no le gusta la comida recalentada de McDonald's pero no sé por qué a mi se me hace hasta más rica si es así.

Attention || Hero Fiennes-TiffinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora