atrapados en el armario «kth + jjk »

(uno) taehyung y jungkook

Jeon Jungkook, en segundo año de preparatoria parece que lo tiene todo: es de familia acomodada, tiene un cuerpo digno de envidiar más una belleza inigualable, es deseado por todos los chicos y chicas de la escuela, con un buen promedio y el consentido de la mayoría de profesores, además de ser uno de los más populares del instituto, la vida perfecta, de no ser por algo, más bien alguien, su némesis por así decirlo, Kim Taehyung.

¿Era Taehyung tan malo para arruinar la existencia de Jungkook?

Kim Taehyung, era el típico chico que se sienta en las últimas filas del salón para poder echar relajo con su bola de amigos, llevaba la mayoría de las materias reprobadas, les hacía bromas pesadas a los profesores y coqueteaba con las profesoras, tenía la facha del chico malo del instituto, por lo que las féminas lo perseguían, era sobrino del director y era asquerosamente rico.

Eran polos opuestos. O así lo creían ellos.

Taehyung y Jungkook se conocen desde la secundaria, la primera vez que se vieron hubo un notorio choque de personalidades. Podrías llamarlo odio a primera vista.

Los tres años que dura esa etapa escolar fueron pelea tras pelea, insulto tras insulto; el profesor tuvo que intervenir varias veces en sus discusiones de niños de catorce años, constantes visitas a la oficina del director incluso fueron con el psicólogo de la escuela, pero nada ni nadie lograba que esos dos se llevaran bien, Kim Taehyung y Jeon Jungkook se odiaban a muerte.

Al terminar la secundaria, y al entrar al colegio (más caro y exclusivo del país por cierto), Jungkook creyó haberse liberado de la molestia andante y poder empezar su debut en la preparatoria, pensó que la vida le estaba jugando una mala broma, sus esperanzas de disfrutar su adolescencia se derrumbaron cuando al entrar a su salón vio la sonriente cara de Kim Taehyung frente a él.

«Parece que seguiremos siendo compañeros, conejito» y una risilla burlona acompañó lo que dijo. Jungkook soltó un bufido y rodó los ojos. Adiós a la perfecta vida de instituto.

Y así transcurrió el primer año de estudio: como las peleas de secundaria, pero a la tercera potencia. Las bromas de Taehyung eran demasiado pesadas, las discusiones más ruidosas, los insultos más ofensivos y el odio cada vez más grande.

Siempre que Jungkook pasaba al frente en alguna clase nunca faltaba el comentario idiota de Taehyung y sus amigos, «¿Qué, nos vas a enseñar a maquillarnos?». Pero Jungkook tampoco es que fuera una blanca paloma, porque él también empezaba a hablar cuando llevaban a Taehyung a detención, «El simio regresa al zoológico»

Sin embargo.... las cosas no cambiaron cuando empezaron el segundo año.

Las infantiles peleas eran cosa de todos los días, pocas eran las veces en que se lograba la paz y tranquilidad entre esos dos puesto que tenían nuevos intereses: Taehyung se concentraba en ligar y ser un estúpido, mientras Jungkook procuraba cuidar su físico y salir con sus amigos.

El odio que sentían el uno por el otro crecía día con día.

¿Podrían Taehyung y Jungkook llevarse bien alguna vez en la vida?

Pues el destino, suerte o como quieras llamarlo; los pondrá a prueba.