(trece) besos y más besos

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—Maldito Hoseok —Jungkook murmuraba con enojo —¡Espero que no te moleste la abstinencia porque cuando le diga a Seokjin lo que hiciste es dónde vivirás!

Taehyung observaba como Jungkook le gritaba a la puerta.

—Gritar no hará que la puerta se abra.

Jungkook volteó a verlo con fastidio.

—Tú cállate que es todo tu culpa.

—Siempre es mi culpa ¿no?

—Gracias por decir lo evidente Sherlock —espetó el pelinegro con sarcasmo —Si no fuera porque tu cerebro no funciona y no es capaz de encontrar una estúpida bolsa de detergente no estaríamos en esta situación —Taehyung iba a objetar, pero Jungkook no lo dejó —Y tampoco hubiera pasado esto si tan solo una vez me dejarás en paz.

—Lo del refresco fue un plan para que nadie sospechara algo de lo ocurrido en la fiesta.

—¡Nadie sospechaba nada, idiota! ¡Es sólo que a ti te encanta joderme!

—No, pero a ti te gustaría ser jodido por mí —Taehyung le guiñó un ojo y Jungkook hizo una mueca de asco.

—Si tan urgido estás, por qué no te vas y te follas a una de tus muchas aventuras.

—¿Celoso de no poder ser una de esas aventuras?

Jungkook se rio con ironía.

—¿De ti? Nunca. Además, estar aquí me trae muy buenos recuerdos —Taehyung lo miró confundido. Jungkook sonrío con malicia —Qué no sabes que este es el lugar donde SunWoo y yo solíamos divertirnos —Hizo bastante énfasis al decir la última palabra.

¿Por qué había dicho eso? ¿Por qué había inventado algo así? ¿Para poner celoso a Taehyung?

El pelinegro no pudo responder a sus preguntas porque Taehyung lo arrinconó contra la pared, poniendo un brazo a cada lado del rostro de Jungkook, para evitar que escapara. No es que hubiera a donde correr. El cuarto de limpieza era la habitación más pequeña que existía en el mundo. Además, Jungkook no tenía intenciones de irse.

La mirada fija e inescrutable de Taehyung sobre él lo quemaba. El rostro del chico estaba a escasos milímetros del suyo. Jungkook pudo haberlo empujado, pudo haberlo golpeado, pudo alejarse. Pero no lo hizo. Al contrario, se acercó y poseído por una extraña fuerza besó a Taehyung. Y como si éste estuviera esperándolo, envolvió a Jungkook entre sus brazos. El beso era todo menos suave. Era áspero, rápido, necesitado. Con choque de dientes y lenguas pelando por el control. De vez en cuando se separaban para poder respirar y así seguir besándose.

Jungkook no tenía idea de cuánto tiempo estuvieron así, y tampoco le importaba. Hasta que un toque en la puerta los interrumpió.

—¿Cómo va todo ahí dentro? ¿Necesitan condones?

Era Hoseok. Los dos chicos ignoraron a su amigo y continuaron en su asunto. Aunque no fue por mucho ya que de repente la puerta fue abierta.

Jungkook empujó a Taehyung y con la mano se cubrió la boca. El castaño limpio la propia con el dorso de su brazo. Al ver a Hoseok asomar la cabeza, actuaron como si nada.

—Vaya, sí están vivos. Como no respondían creí que se habían asesinado.

Jungkook recuperó la consciencia y al darse cuenta de lo que había ocurrido abandonó rápido la habitación.

Hoseok lo vio salir y regresó su vista a Taehyung.

—¿Pasó algo?

Taehyung negó con un movimiento de cabeza mientras una sonrisa de felicidad era mostrada.




El último día del castigo había llegado, y durante él Taehyung y Jungkook no discutieron en absoluto. Y eso fue debido al pelinegro. Taehyung todo el día buscó pelear con Jungkook, pero él, con temor de sus sentimientos, no tenía ganas de ello.

Cuando terminaron de limpiar, Jungkook estaba dispuesto a irse a su casa, pero el sonido de una guitarra lo hizo querer investigar. Fue a la sala de música y al entrar vio a Taehyung sentado en un sillón. Tenía los ojos cerrados mientras tocaba.

—No sabía que tocabas la guitarra.

Al escuchar la voz del pelinegro, Taehyung dejó de tocar y abrió los ojos. Sonriéndole.

—Hay muchas cosas de mí que no conoces.

Jungkook caminó hacia Taehyung y se sentó junto a él.

—Continua. Quiero escuchar más.

El castaño obedeció y comenzó a tocar una melodía suave. Jungkook se sumergió tanto en el sonido de las notas que de manera involuntaria cerró sus ojos y empezó a cantar.

—Please don't see just a boy caught up in dreams and fantasies. Please see me reaching out for someone I can't see. Take my hand let's see where we wake up tomorrow.

Taehyung paró y observó a Jungkook con detenimiento.

—Wow, no sabía que cantabas.

Jungkook regresó a la realidad, y se sonrojó al darse cuenta de lo que había hecho. Y la mirada de Taehyung puesta en él no ayudaba.

—No es nada.

—Tienes un tono de voz hermoso, igual que tú.

Jungkook iba a negar la primera frase, pero al escuchar lo último, se puso aún más avergonzado.

—T-Taehyung...

Agarrando un poco de valentía, Jungkook volteó a mirar al otro chico. Y sin que ninguno de los dos pudiera contenerse, juntaron sus labios, solo que, a diferencia de los anteriores, este beso fue suave, tranquilo. Movían sus labios con lentitud, dándose tiempo para conocerse, para poder fluir.

—Esto no le va a gustar nada a SunWoo... —Murmuraba alguien viendo la escena mientras tomaba fotos de ésta desde una de las ventanas que daba al pasillo.




atrapados en el armario «kth + jjk »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora