Cinco

4.5K 377 141
                                    

–Yo... Perdón, estaba apunto de cambiarme de ropa... –Taehyung dijo algo penoso.

–No se preocupe hyung, a usted le queda bien todo. –Sonrió Jungkook y de inmediato un sonrojo apareció en él haciendo que reaccionará en lo que dijo.

–Ah, bueno.... Gracias, supongo. Pasa. –Taehyung cerró la puerta y Jungkook miró a un chico de tes morena y a un Yoongi comiendo queso. –Chicos, ahora regreso. Llevaré a Jungkook al cuarto de piano, ustedes pongan algo y hay comida, preparen algo. No quemen la casa, por favor.

–Buena suerte en su cita. –Dijo Yoongi y Taehyung le lanzó una mirada asesina.

Jungkook miraba la casa mientras seguía a Taehyung. Era bastante grande, dos veces más grande que su casa. Pasaron por un pasillo y en la derecha había una puerta medio abierta.

Taehyung la abrió y se dio cuenta de que había un piano muy hermoso en el centro.

–Bueno... Aquí no suelo dar clases pero no me dan ganas de abrir el cuarto para más de tres personas. –Le dijo a Jungkook. –Bueno, aquí vamos a practicar. ¿Sabes tocar el piano? ¿Algo básico...?

–Me se una melodía, nada tan espectacular. –Dijo tímido Jungkook. Para él no era normal estar hablando más de lo habitual con Taehyung.

–Cualquier melodía en piano es preciosa. Bueno, empezaremos con lo básico. Ven, siéntate.

Taehyung y Jungkook se acercaron al piano, Jungkook tomó asiento y Taehyung lo veía desde unos pocos centímetros.

–Muy bien, toca la melodía que sepas, yo veré como lo haces. Dependiendo de como toques es lo que practicaremos y perfeccionaremos.

Jungkook asintió y empezó a tocar una pequeña pero hermosa parte de Beethoven. Taehyung cerró los ojos apreciando el maravilloso sonido que podía escuchar con delicadeza.

La noche ya había caído en la ciudad de Seúl. Una pequeña brisa la estaba acompañado. En una habitación se encontraban dos hermosos chicos, uno tocando el piano y el otro cantando.

Una tenue luz los alumbraba haciendo que la escena fuera aún más romántica. El chico de cabello café miraba con tanto amor al contrario que se podía apreciar a más de un kilómetro el amor que le tenía.

El chico de tes canela lo miraba con los ojos brillantes y cada vez que le miraba le regalaba una peculiar sonrisa cuadrada que dejaba atónito a quien le mirase.

Uno tocaba el piano mientras que el otro cantaba, eran dos personas pero sus almas estaban tan conectadas que parecían una misma en una armonía preciosa.

Terminaron aquella melodía tan preciosa y aquel chico de tes canela tomó las manos del contrario y añidio a esto: –Te amo. – Un te amo tan sincero que el de cabello café provocará una sonrisa y un tenue sonrojo posado en sus mejillas. –Te amo. – Pronunció el contrario. Los dos chicos sonrieron se acercaron lentamente y se perdieron en un beso que es para recordad.

Taehyung al escuchar una voz abrió los ojos volviendo a su realidad.

–Hyung, ¿se encuentra bien? –Pregunto el menor preocupado.

–Sí... Me gusto como tocaste, intenta practicar un poco más en el segundo verso. Voy a ver como están los chicos, regresaré. –Sin más que decir Taehyung salió con su mirada triste.

Se dirija hacia su habitación, el recuerdo de Jimin estaba tan situado en su corazón como si de una cicatriz fuera. En parte lo era; era una cicatriz que estaba intentando cerrar pero que no podía.

Al entrar a su habitación corrió a abrazar a ese peluche de conejito tan acogedor y unas pequeñas lágrimas salieron de él.

–No soy nada sin ti, no soy nadie sin ti... –Sollozo. –Regresa conmigo, por favor... Te lo ruego, te necesito de vuelta, regresen.

Con el corazón roto Taehyung hablaba, era demasiado para él haber perdido a dos personas tan importantes, ¿cómo se supone que saldría adelante sin esas personas? No valía la pena salir adelante. O eso pensaba Taehyung.

Jungkook observaba con detalle cada espacio de la habitación. Era muy espaciosa, en la esquina izquierda estaba una pequeña mesa de noche con unas cajas al lado. En la mesa se podia ver una foto, al parecer era de Taehyung y Jimin.

Al lado de la foto se encontraba una carta antigua y una pequeña lámpara clara. Jungkook era muy curioso, quería ver que se encontraba dentro de esas cajas.

Decidió no hacer nada, Taehyung le dejó confianza para que no tocara o hiciera algo. No lo haría.

–Bueno... Es solo una mirada, ¿qué tan malo podría ser eso? –Jungkook sonrió y entre abrió la primera caja.

En esta se encontraban varios peluches y chocolates sin comer con unas cuantas cartas. Estaba demasiado llena.

En la de abajo se encontraban fotos de Taehyung de pequeño. Jungkook le pareció tan tierno ese momento que tomó una foto en donde Taehyung salía con una sonrisa preciosa y sus padres estaban al lado de él. Llevaba en sus brazos un conejito de peluche.

Jungkook no dudo más y sacó su teléfono tomado una fotografía de esta. Antes de que Jungkook se diera cuenta Taehyung lo tomó por la espalda y lo giro.

–No es bueno ver cosas que no son tuyas. –Taehyung se lo dijo serio pero no enojado. Ya se había cambiado la pijama. Ahora tenía una playera holgada blanca, traía unos pantalones deportivos. Según Jungkook se veía espectacular. –¿Qué hacías pequeño chismes?

–¡No soy un pequeño chismes! –Arrugó la nariz. –Solo que me habías dejado solo y... Estaba aburrido, quería ver que habia ahí. –Taehyung tomo el mentó de Jungkook lo levanto. –¿Q...qué haces?

Taehyung se fue acercando un poco al rostro de Jungkook y sonrió al estar unos pocos centímetros de él. La respiración de Jungkook de empezó a agitar.

–Eres un tanto curioso, lo entiendo. –Se acercó un poco más, miró los labios de Jungkook y sonrió. –Aunque... No me gusta que estén de chismosos. Vuelve a tocar el piano.

Taehyung se alejo del pelinegro y volvió a tapar las cajas.

Jungkook por su parte estaba demasiado nervioso aún. Taehyung estaba apunto de besarlo. 

–Perdone hyung pero... –se levantó se su lugar y se paro unos centímetros frente de Taehyung. –Me gustaría saber más de usted, apenas lo conozco y... –Fue interrumpido.

–¿conocer? Vaya, primero querías clase de piano, ¿para qué? Ah, ¡ya se! Para indagar en mis cosas. –Rodó los ojos. –Exacto, apenas me conoces, si me quieres conocer te tendrías que ganar mi confianza, cosa que no haces. –Sin más que decir Taehyung se alejo del menor.

–Perdón...–Jungkook dijo apenado. –No volverá a pasar.

–Y no lo hará, mañana prácticaremos en el cuarto que corresponde. Ahora, toma tus cosas, ya te puedes ir. –Salió de la habitación.

–Bravo Jungkook has metido la pata. –Formó un puchero. –Ahora Tae ya no me tendrá confianza.

El menor tomó sus cosas y salió de aquella habitación hermosa, camino por el corredor y llegó a la sala en donde Taehyung, el chico moreno y Yoongi estaban charlando de varias cosas.

–Ah, ¿qué tal la cita? –Pregunto Yoongi.

–Callate, adiós Jungkook. –No tomándole importancia a Jeon, Taehyung seguí en lo suyo.

–Adiós... –Dijo destrozado.

Jeon salió de esa enorme casa. La examino y una sonrisa se formó en él.

–Solo tengo que darte un tiempo para que veas que yo también puedo hacerte feliz, ya lo verás.

¡Ey! Hola, antes que nada dejen me disculpo por el capítulo que les dí. No es el mejor pero quiero que tomen en cuenta las cajas y la foto que se encontraba en la mesa. Son importantes para esta historia, también unos no serán capítulos como tal. Serán recuerdos de Taehyung de sucesos que lo marcaron.

Nos leemos luego. 🍙

Déjame Construirte || Taekook || GobiixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora