Capítulo 1

5K 468 315
                                    

Buenos días doctor— Comentó mi madre. —Buenos días, señora Midoriya, y buenos días a ti también Izuku— Me miró el señor de bata blanca, dedicándome una amplia sonrisa. Me escondí debajo del brazo de mi madre, ese lugar no me gustaba.

¿Podría decirme a qué se debe su visita?— Empezó a teclear algo en aquel viejo ordenador, alcancé a leer mi nombre. —Sí doctor, vengo a pedir ayuda psicológica para mi hijo—.

;

Los primeros años de mi infancia fueron normales. Sacaba buenas notas, hacía mis deberes, me gustaba dibujar y cantar... Tenía pocos amigos, pero era feliz así.

Nunca fui muy popular en clase, prefería no llamar mucho la atención. Me gustaba sentarme solo en una esquina y dibujar viñetas sobre mi serie de superheroes favorita.

Pero mi vida tranquila y sin preocupaciones cambió.

Cambió cuando él se transfirió.

;

El doctor tecleaba sin parar, mi madre lloraba a mares. Preferí quedarme absorto viendo los dibujos pegados en las paredes de la consulta.

Doctor, Izuku tan solo tiene once años, no quiero que le queden secuelas para toda la vida— A mamá le costaba mucho hablar, se ahogaba con sus propias lágrimas. —Por ahora les daré cita con el psicólogo para la semana próxima. Mantenga a su hijo vigilado y hable con el centro educativo sobre lo ocurrido— Respondió con cara seria.

Por fin nos íbamos, aquel sitio me agobiaba a más no poder. Mamá me tomó de la mano y me dijo que todo estaría bien.

;

Buenos días clase, hoy se incorporará un nuevo compañero. Sed buenos con él— El chico nuevo se sentó en donde le asignó el profesor. Era mas alto que yo, tenía el pelo rubio y en punta (¿Se pondrá gomina todas las mañanas?) y unos muy brillantes y bonitos ojos color rojo.

Encajó perfectamente desde el primer día. Al poco tiempo ya era uno de los chicos más populares. Era guapo, sacaba buenas notas, excelente en los deportes... incluso su cortante personalidad atraía a la gente.

El grupo con el que se juntaba normalmente no estaba muy bien visto. Estaba formado por unos chicos a los que les parecía un buen pasatiempo molestar a los demás. Casi todas las chicas los aborrecían, debido a que al parecer, uno de ellos hizo que una antigua alumna se tuviera que cambiar de colegio. Pero eran solo rumores.

;

Ya habían pasado unos meses y lo máximo que había tenido de contacto con el chico nuevo era una mirada.

Estaba volviendo a mi casa, tarareando la canción de aquella serie que tanto me gustaba, observando el bonito color azul del cielo.

Y entonces lo vi, llorando sentado en el columpio de un parque.

Y me acerqué, porque no me gustaba que la gente se sintiera sola.

¿Estás bien?— Dije de la forma más suave que pude encontrar. —No, déjame en paz— Contestó el chico mientras intentaba secarse las lágrimas con la manga de su chaqueta. —Puedes hablar conmigo si quieres, no me voy a burlar de ti— Me senté en el columpio de al lado. —Mi madre dice que si no dejamos salir nuestros sentimientos explotamos— Comenté, haciéndole reír. —Que tontería... Me llamo Bakugou Katsuki ¿y tú?— Sonreí. —Izuku Midoriya—.

;

Pasabamos mucho tiempo juntos. En su casa habían muchos problemas, así que venía a visitarme constantemente. Nos gustaba jugar a las cartas, ver nuestra serie favorita, dibujar al lado del otro o simplemente pasar tiempo juntos.

Pero había algo que me molestaba.

Él no se me acercaba en la escuela.

Fuera del aula eramos los mejores amigos, pero dentro eramos completos desconocidos.

Una vez, le pregunté a qué se debía esto. —No quiero que te juntes con el tipo de gente con el que estoy— Respondió vagamente. —Pero Kacchan, si son tan malos ¿por qué te sigues juntando con ellos?— Quizá se siente obligado a estar en ese grupo, pensé. —Nada de tu incumbencia— Bufó.

Ah.

A veces se comportaba así, contestaba cortante y ponía mala cara el resto del día. Sé que es lo que ha visto en su casa y a lo que está acostumbrado, pero no tiene el derecho a tratarme de esa manera, ¿verdad?.

A veces me hacía llorar. Nunca se disculpaba por ello. Igualmente yo lo perdonaba, él era mi mejor amigo y nunca me haría daño a propósito, él se preocupaba por mí aunque no lo demostrara.

;

Un día llegó con varios golpes. No me quiso decir quién lo había hecho aunque se lo supliqué. Le curé como pude las heridas y estuve acompañándole sin decir nada hasta que se hizo de noche y regresó a su casa.

No vino a visitarme por el resto de la semana.

Era casi fin de curso así que todos estaban estudiando para los exámenes finales. Aproveché esto para intentar hablar con Kacchan a solas.

Kacchan, ¿por qué ya no vienes a casa?, mamá me pregunta mucho por ti— Intenté sonar tranquilo, pero conseguí todo lo contrario. —Deja ya de llamarme así, no tenemos cuatro años, además, ya sabes que no quiero que nos vean juntos aquí

Me estremecí. —Ya, pero... Ehm... Estaba preocupado...— Dije mientras jugaba con mi manga, ya sentía las lágrimas en mis ojos. No, no iba a llorar ahí.

Déjame en paz nerd— Dijo.

Y se fue.

Y no me volvió a dirijir la palabra en lo que quedó de curso, ni en todas las vacaciones.

No había llorado tanto en toda mi vida. Ya no quería ni oir de la serie que veíamos juntos. Mi madre me seguía preguntando por él, pero yo solo le respondía que estaba ocupado. Se que mamá se preocupó por mi, pero no quería que se enfadara con Kacchan.

Yo sé que algún día volverá, lo perdonaré y estaremos como siempre, volveremos a ser los mejores amigos y dejaré de sentir este vacío tan grande.— me decía cada vez que sentía las lagrimas a punto de salir.

Fue un mes muy duro, pero seguí adelante, no perdiendo nunca la esperanza de que algún día él tocara a mi puerta.

Y fue así como empezó mi último curso de educación primaria.

Aquel curso que desearía con todas mis fuerzas poder borrar de mi mente para siempre.

Really? || KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora